El
impacto del cambio climático en la
salud humana es una de las principales preocupaciones de la
Medicina Interna, tal y como se ha reflejado en la conferencia inaugural del
44º Congreso Nacional de Medicina Interna. Tal y como ha explicado
Francisco Pérez Jiménez, catedrático emérito de la
Universidad de Córdoba, “la consecuencia del cambio climático es la principal
amenaza de salud de los humanos. La recomendación de una
dieta planetaria debe limitar las
proteínas animales y
aumentar las vegetales”. Para conseguirlo, el catedrático ha afirmado ser partidario de “que los médicos tienen la responsabilidad de liderar esta transición alimentaria”.
Francisco Pérez ha destacado los beneficios ligados a la dieta planetaria.
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Pérez ha recordado que según los datos de la Organización Mundial de la Salud (
OMS), en 2016 hubo hasta
13 millones de muertos “y el 22 por ciento estaban ligados al medio ambiente. Es necesario plantearse cuando el médico se sienta delante del enfermo que esa persona necesita atención, pero que
detrás hay muchas causas y factores ligados al cambio climático”.
Francisco Pérez, catedrático emérito de la Universidad de Córdoba, ha analizado cómo la dieta mediterránea está perdiendo su fuerza en España.
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La
transición ecológica es, tal y como ha recordado el catedrático, la solución para
corregir la temperatura y disminuir la
polución atmosférica: “El 60 por ciento de las emisiones son de
origen animal, mientras que las de origen vegetal y las plantas están mucho más minimizados. El
colapso ecológico está muy marcado por el tipo de alimentación que se tiene”. Otros factores que consolidan la versión de Pérez son que “la
mitad de la tierra habitable del mundo se dedica a la agricultura y a la ganadería, aparte de que un 75 por ciento de agua disponible en el mundo se consume en alimentación, que genera un gran impacto sobre el cambio climático”.
"El colapso ecológico está muy marcado por el tipo de alimentación que se tiene"
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Las
dietas alimentarias han sido uno de los temas principales de la conferencia, y Pérez ha remarcado que un estudio publicado en la revista
The Lancet “llegó a conformar la dieta planetaria para que fuera posible que el planeta produjera alimento para
11.000 millones de personas”. La principal fuente de alimento de esta dieta sería, en palabras del catedrático, “las
frutas,
verduras y
hortalizas, el aceite y las proteínas vegetales. Se trataría de una
dieta flexivegetariana, que acepta la proteína animal, pero en pequeñas cantidades”.
Montserrat Chimeno, vicepresidenta de la SEMI, ha moderado la ponencia de la conferencia inaugural.
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La dieta mediterránea no se sigue en España
La dieta mediterránea ha sido defendida durante décadas por ser unas de las más completas. Pese a ello, el catedrático ha rescatado un artículo del diario inglés
The Guardian, en el que los países defensores de esta dieta, en los que se incluyen
España,
Italia y
Grecia, “tienen
cifras de obesidad cada vez más preocupantes. La dieta mediterránea en estos países no se sigue, la
pirámide de la dieta real española ha disminuido los
productos vegetales y aumentado los lácteos, la
carne y los
alimentos con azúcar añadido. En España se come tres veces más carne que los que defiende la dieta mediterránea”.
"España, Italia y Grecia tienen cifras de obesidad cada vez más preocupantes"
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Defender y consolidar una
dieta alimentaria saludable y que no genere más daño al medio ambiente es el camino que ha defendido seguir Pérez, además de conseguir “un
compromiso mundial para alcanzar que los
países más pobres tengan también acceso a estos alimentos”, permitiendo frenar un cambio climático que cada vez gana más fuerza.
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