La especialista Isabel Heraso denuncia la reducción de presupuestos en las Unidades de Dolor que conlleva una falta de libertad del facultativo para prescribir el fármaco más adecuado a cada dolor. “Para muchos casos de dolor crónico benigno, el médico se ve obligado a prescribir morfina, que tiene una farmacocinética rápida y es muy barata, pero puede provocar al paciente una dependencia y tolerancia”, ha asegurado durante la presentación de su libro 'Viajeros en tránsito 2: cómo ayudar a los que se han marchado'.
La experta ha incidido en que los protocolos existentes en cada gerencia hospitalaria o comunidad autónoma suponen esta pérdida de capacidad del médico para tratar correctamente a los pacientes crónicos. "El clínico se encuentra con un gerente y éste con un consejero al que debe presentar un balance de resultados económicos”
Heraso ha afirmado que existe una gran batería de medicamentos con una biodisponibilidad lenta que no generan esas adicciones, como opioides naturales y otros sintéticos, parches de liberación prolongada con lidocaína y otros tratamientos antiinflamatorios “que no tienen tantos efectos secundarios”.
Abordaje desde todas las especialidades
Determinadas enfermedades como las neurodegenerativas o el cáncer pueden conllevar que los pacientes pasen años con dolor, de ahí la necesidad de que los facultativos de todas las especialidades dominen el conocimiento de todos los escalones farmacológicos existentes para aliviar el dolor y que estos pacientes disfruten de la mejor calidad de vida posible durante todos los años de su vida.
"Es necesario practicar una asistencia transversal y multidisciplinar en la que se comparta el conocimiento entre profesionales y abordar mejor la atención al paciente en el área del dolor físico y psíquico", ha señalado la especialista, que anima a los pacientes para que ellos mismos también se informen de la oferta terapéutica disponible y luchen para acceder a tratamientos clínicos aprobados.
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