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"Hay jóvenes que meses después de pasar el Covid-19 no pueden ni moverse"

El portavoz de la SEMI Iván Moreno explica las secuelas permanentes que puede dejar el coronavirus

Iván Moreno, internista y portavoz de la SEMI.

02 ago 2020. 09.00H
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POR MARÍA GARCÍA
Los jóvenes no son imunes al Covid-19. Es el mensaje que tanto el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, como el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, han trasladado este jueves. Un hecho que igual no ha calado del todo en la población, pero que los internistas que lo atienden lo saben. 

Iván Moreno, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y adjunto en el Hospital Arnau de Vilanova, en Valencia, explica que él mismo acompañó hace poco a dar un paseo a un paciente que, semanas después de haber padecido el Covid-19, le decía que vivía permanentemente cansado. "Le dije que no podía ser que el cansancio le pudiese estar limitando tanto, pero es que no podía. Y era una persona de 36 años que antes hacía deporte", relata.  

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"Es algo que está siendo más frecuente de lo que esperábamos al principio y que está cogiendo cuerpo: son estos síndromes postCovid donde aparece un cansancio muy importante, con dolores musculares, a veces con febrículas persistentes a lo largo de meses, y otras con alteraciones del sueño y del estado del ánimo", asegura. 

"Vemos a pacientes con 30 años que están meses incapacitados, con un cansancio que no pueden vivir"

Explica que, típicamente, este cuadro aparece en pacientes que han pasado la enfermedad de forma menos grave, pero cuyos síntomas han sido persistentes: personas con diarrea durante 80 días, con febrícula hasta cuatro semanas... "No han estado tan graves como otros, pero sus defensas les ha costado más pasar el cuatro", señala. Y hasta cuatro meses después "están que no se pueden incorporar todavía al trabajo porque sienten como si les hubiera pasado un tren por encima. Para colmo esta gente es joven, en gente de 30 años que está sana", explica. 

"A lo mejor es justamente gente joven que tiene defensas muy potentes, y que hace una respuesta tan exagerada al virus que el cuadro no es tan grave como en la gente mayor, pero que cuatro o cinco meses después sigue sin valerse", añade. 

Pero no son las únicas secuelas que están viendo. Moreno resalta que cuando empezaron a hablar del Covid la discusión era si los pacientes morían o no, o los efectos más graves. "Pero a medida que pasa el tiempo vemos que no solamente es que no se mueran; es que los hay en la treintena que están meses incapacitados, con un cansancio que no pueden ni vivir. Es una enfermedad seria", afirma. 

Secuelas más recientes


Ahora que ya han pasado meses desde que comenzó la pandemia del Covid-19, los profesionales sanitarios van conociendo más en qué consisten las secuelas de los pacientes que lo padecen. Y, aunque aún queda mucha investigación por hacer, pueden dividir los efectos del nuevo coronavirus en varios capítulos

"Hay un gran apartado de secuelas que son los pacientes que han tenido afectación pulmonar grave: que son pacientes que han tenido alguna insuficiencia respiratoria y que poco a poco van mejorando, aunque les está costando, y aquellos que se quedan con fibrosis pulmonar", indica.

"Las personas que pasaron el Covid al principio pueden presentar cuadros de estrés postraumático"

"Otro capítulo, que también es bastante preocupante, es la afectación cardiaca. Algunos pacientes han tenido periocarditis o miocarditis, y que pueden quedarse con arritmias o debilidad. Les cuesta unos meses volver a recuperar su función cardiaca normal. Y luego hay otras afectaciones de órganos nobles, que les ha dado un ictus o una embolia pulmonar. También el riñón. Pero es menos frecuente", añade. 

"Y otro gran capítulo -prosigue- son aquellos pacientes que han tenido un cuadro más o menos graves de Covid que la estancia en la hospitalización o en la UCI les han dejado una pérdida muscular grande". También puede haber cierta afectación de los nervios y de los músculos, "de tal manera que hay pacientes que hay que volver a enseñarles a andar. Nos llama a atención porque hay pacientes con 50 años que tienen mucha más pérdida de fuerza de la que esperaríamos para una estancia en UCI. Es una sarcopenia". 

Afectación psicológica


En la fase subaguda, además del cansancio en pacientes jóvenes, también están viendo afectaciones psicológicas. "A medida que pasa el tiempo se va normalizando, pero las personas que lo pasaron al principio pueden presentar cuadros de estrés postraumático. No solo es que hayan estado en una situación entre la vida y la muerte, los hay que no han estado tan graves pero cuya vivencia de la enfermedad, que estaba siendo tan impactante en los medios, les daba la sensación de que iban a morir", explica. Ven cuadros depresivos y miedos de no tener a ningún médico cerca. 

También a las semanas y meses posteriores, están viendo que de los tratamientos para frenar las defensas que están usando, hay pacientes que presentan infecciones oportunistas, por gérmenes resistentes del hospital o reactivaciones de infecciones que tenían latentes. Por ejemplo, con el uso de corticoides pueden llegar a tener tuberculosis

En otros pacientes ven que, meses después, siguen con articulaciones inflamadas o ven alteraciones en las analíticas de inflamación. Aún no saben por qué puede ocurrir esto. 

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