La pandemia por
Covid-19 ha supuesto una
aceleración de la digitalización que promete reforzarse en los próximos meses y años. Esta transformación está afectando a todos los sectores, incluido el sanitario, en el que la
telemedicina y la atención en remoto se han convertido en los grandes motores del cambio de modelo. Sin embargo, a pesar de los numerosos beneficios que presenta la salud digital, esta rápida transición ha marcado aún más la
brecha digital en la atención de pacientes mayores.
Ante este nuevo escenario,
Francisco José Sáez Martínez, responsable del Grupo de Gestión Clínica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), sostiene que no se debe abandonar la consulta presencial y subraya los pasos a seguir para evitar la
exclusión de pacientes, así como su
necesaria atención por la visión futurista de las Tecnologías de la información y la comunicación (TICs).
A grandes rasgos, la población mayor no tiene manejo de las nuevas tecnologías, sin embargo, según Sáez, la telemedicina y otros mecanismos son sistemas que se han puesto
“completamente en marcha”. De hecho, arroja que parte de los fondos que ha recibido España por parte de la Unión Europea se están destinando a la
adquisición de novedades tecnológicas o a la activación de nuevas aplicaciones.
No obstante, el sector sanitario, en el que proliferan las citaciones y certificados digitales, no es el único que está poniendo 'trabas' a este colectivo. Tanto es así que, en las últimas semanas, la petición de un residente valenciano, de 78 años, que exige
"un trato más humano en las sucursales bancarias", ha llegado a todos los rincones de España. Por su parte, "los pacientes crónicos mayores van a seguir perdiendo y van a sufrir una marginación”, añade Sáez, remarcando la dificultad de acceso a las nuevas tecnologías de determinados grupos etarios de la sociedad.
Pilares fundamentales en la digitalización de la sanidad
Para seguir avanzando en esta digitalización de la sanidad,
Sáez considera “imprescindible” que
no se renuncie a la consulta presencial y que se elaboren una serie de
documentos base entre el paciente y el profesional, diseñados en torno a las características de la patología que este sufra.
Para la SEMG, los tres pilares que deben respetarse en esta transición son que el paciente siempre tenga la
capacidad de contacto, una disposición para poder llevar a cabo el proceso y, por último, dejar la puerta abierta a la consulta presencial. “Aunque se establezcan teleconsultas, son necesarias las consultas presenciales en pacientes crónicos”, defiende, con el objetivo de no dejar atrás a los más de nueve millones de personas mayores de 65 años en España.
Sobre esta cuestión, Sáez reconoce que parte del miedo de los médicos de Familia reside en la pérdida total de la presencialidad en las consultas. “Existen opciones que tiene la telemedicina que son muy favorables y que pueden permitir consultas más rápidas y hacer un seguimiento más sencillo de patologías ya conocidas, pero
no debe suponer la desaparición de otro tipo de asistencias”, sostiene.
“Estamos viendo que, con la pandemia, muchas citas presenciales de pacientes crónicos realizadas en hospitales o Atención Primaria han desaparecido y han sido sustituidas por llamadas telefónicas.
Esto no es una buena opción”, lamenta, indicando que esta falta de contacto con el paciente también repercute en el seguimiento que realizan los profesionales de Enfermería.
Por otro lado, el sanitario alerta del
“gran riesgo” que supone la ‘colaboración’ con los familiares cuando se trata de realizar un seguimiento a una persona de avanzada edad. A este respecto, destaca que, en muchas ocasiones, el médico no habla con el paciente, sino con un familiar del mismo, por lo que este puede
no recibir la información “necesaria”.
No obstante, este nuevo escenario no solo supone un reto para la población mayor, sino también para los
profesionales que ejercen la Medicina Rural. Unos sanitarios que trabajan en zonas conocidas como de difícil cobertura y que no siempre tienen la posibilidad de acceder al mundo digital. “Estamos dando por hecho que los médicos rurales cuentan con WiFi y conexión, pero no es así”, finaliza el responsable del Grupo de Gestión Clínica de la SEMG, alertando de los posibles riesgos que pueden suponer las 'prisas' en este cambio hacia un nuevo modelo sanitario.
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