“Hay una
retórica anti Medicina de Familia en las escuelas de Medicina”. “La Medicina Familiar no se ve como una especialidad”. “Los médicos de hospital echan mucho la culpa a los médicos de Familia. Sientes que no son queridos. No estamos seguros de dónde viene esa negatividad pero hacer cambiar tu opinión”. “Oh, no seas un médico de Familia: es basura”.
Estas son frases de estudiantes recogidas por Val Wass, profesora emérita de Educación Médica de la Universidad de Keele y Oficial de la Orden del Imperio Británico, en un
informe que ha realizado sobre la situación de la Medicina de Familia (
General Practice o GP) en la educación universitaria en el Reino Unido.
A Wass se le había encomendado un estudio sobre cómo mejorar la experiencia del estudiante para que tenga a la Medicina de Familiar entre sus preferencias de especialización, y lo que se encontró fue una
baja consideración de esta disciplina a lo largo de su itinerario formativo.
A través de encuestas, descubrió que los estudiantes experimentan una “incómoda” división entre Primaria y especializada, y un
sectarismo profesional que lleva a percibir la Medicina de Familia en un estatus más bajo que otras especialidades.
Oxford y Cambridge no miran a Primaria
La Primaria no tiene prestigio en el Reino Unido. Simbólicamente,
las dos universidades más famosas de las islas británicas, Oxford y Cambridge, también son aquellas donde la proporción de graduados en Medicina que escogen la especialidad de Familia es menor.
Según un análisis de aquellos que terminaron el grado en 2013, ambas universidades (que
destacan tradicionalmente en los rankings internacionales sobre calidad de formación en grados sanitarios) cuentan con menos del 10 por ciento de su alumnado en Atención Primaria, siendo las dos únicas con una tasa tan baja.
El ‘top cinco’ de las universidades de Reino Unido con menor presencia en Primaria ha quedado completado por las facultades de Edinburgh, Southampton, y Queen´s University Belfast, quienes
sobrepasan ligeramente el 10 por ciento. En la otra cara de la moneda se encuentran las facultades de Keele y Lancaster, ambas con una tasa que alcanzan el 30 por ciento, las más altas del país.
Recomendaciones para hacer más atractiva la Medicina de Familia
Wass elabora varias recomendaciones, como revisar el itinerario estudiantil para que refleje el viaje del paciente a través de los niveles asistenciales, promover el conocimiento de la Medicina Familiar en los diferentes niveles educativos, una revisión del sistema de financiación en estudiantes para asegurar la equidad y la calidad de una formación que refleje la estructura sanitaria, así como
mayor colaboración para elevar el perfil académico de la disciplina.
De esta forma, la autora del informe espera que la Medicina Familiar sea reconocida como especialidad por derecho propio y, como reza el título del documento, “Por elección, no por oportunidad”.
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