Uno de los efectos que ha surtido de la pandemia originada por el Covid-19 ha sido la posibilidad de
implementar el sistema de teletrabajo en varios sectores profesionales, entre ellos, en los
centros de salud. No obstante, desde la propia especialidad de
Medicina de Familia apuntan a que, para llegar a ese escenario, las Administraciones tendrían que hacer una
inversión mínima de dos mil euros por cada médico de cabecera. Los médicos, por su parte, apuestan por centrar en una de sus jornadas las tareas burocráticas para facilitar el trabajo desde casa.
Si bien hay especialistas que opinan que
el teletrabajo mejora el rendimiento del profesional sanitario del primer nivel asistencial, otros opinan que su puesta en marcha requiere de una
inversión e infraestructuras que a día de hoy están lejos de llegar. Por lo menos, en España. “Es factible, pero requiere mucha inversión. Por cada médico de Familia habría que desembolsar unos
2.000 o 2.500 euros como mínimo, para dotarles de un
equipo informático adecuado”, explica
Javier Sanz, coordinador del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (
Semergen).
Además, uno de los problemas añadidos que tiene el teletrabajo a día de hoy es la
conexión wifi o la red de Internet, ya que en muchas zonas rurales y de difícil cobertura la conexión no se puede garantizar. Y la
Atención Primaria cuenta con varias de sus plazas en localidades con esas características.
A pesar de estos
problemas logísticos, los especialistas cuentan con otro hándicap no menor. Se trata, concretamente, de la
accesibilidad a los datos del paciente, tal y como recalca
José Francisco Martínez, responsable del Grupo de Gestión de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (
SEMG): “Fuera del sistema informático de los centros de salud, no hay acceso posible a la
historia clínica del paciente”. Algo que, a ojos de la especialidad, habría que modificar si se pretende llevar a cabo el
teletrabajo en la Atención Primaria.
Apilar tareas más burocráticas para el teletrabajo
Por otro lado, a la hora de plantear una jornada híbrida en el primer escalón del
Sistema Nacional de Salud (SNS), en Semergen optan por ‘amontonar’ las
actividades más administrativas en un mismo día. “Se podría organizar una agenda de 30-35 pacientes al día, dejando un día a la semana o cada quince días para tareas más burocráticas como
analizar los resultados de las analíticas, de los cultivos de orina o de las pruebas de resonancias. Haciéndolo así puede ser factible”, comenta Sanz.
“Una cuarta parte de nuestro día a día es ver resultados de diferentes pruebas. Ese trabajo se puede hacer perfectamente desde casa. Ahora, por ejemplo, si el paciente me pide que le envíe una copia del informe, yo lo tengo que imprimir, el administrativo lo escanea y se lo envía por email. Habría que
actualizar el sistema de historia clínica para que pudiéramos rebotársela mediante el teletrabajo”, argumenta el coordinador del GT de Nuevas Tecnología de Semergen.
Además, dependiendo del volumen de resultados a analizar que tenga habitualmente cada centro de salud, Familia indica que los días de teletrabajo podrían ser “más o menos”.
Presencialidad, obligatoria en Primaria
No obstante, desde la SEMG inciden en que la presencialidad debe seguir siendo la máxima de Medicina de Familia: “El problema que tenemos los médicos de cabecera es que hacer un trabajo sin contacto y sin visita presencial tiene poco sentido”. A su vez, Martínez recalca que en su sociedad médica no terminan de ver claro la ‘renuncia’ a la presencialidad, por mucho que se trate de un único día a la semana: “Creemos que es difícil realizarlo, porque la Atención
Primaria está basada en el contacto con el paciente. Se generarían
problemas legales como dar la receta o el parte de baja por incapacidad temporal (IT)”.
Es por ello que abogan por una profunda remodelación si lo que se busca es incorporar la
atención telemática a la sanidad española. “Puede haber un día que yo no estoy presencial. ¿Quién ve mis urgencias? Esto habría que verlo también. Es decir, si yo tengo cuatro días al mes que no trabajo porque salgo de guardia y a eso le sumamos otros tres o cuatro días que estoy teletrabajando, ya tendría una semana que no estoy en el centro de salud físicamente”, añade Sanz. Si ese factor no se tiene en cuenta, el especialista señala que se “rompería la característica de la Primaria”, la de realizar el
seguimiento en el día a día de los pacientes, concretamente.
Un teletrabajo que, si bien tiene varias aristas en su implementación, dotaría de
“mayor calidad de vida” a los médicos de Familia. Sobre todo, si esos especialistas trabajan en centros de salud “algo más dispersados”. “Nos facilitaría el trabajo y nos daría flexibilidad”, recalca Sanz.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.