Médicos de Familia y otros generalistas como los internistas o los salubristas, además de psiquiatras, serían el caldo ideal para un
área de capacitación específica (ACE) en
drogodependencias.
Así han comentado a
Redacción Médica los representantes del primer nivel, aprovechando las recientes palabras de
Serafín Romero, presidente de la Organización Médica Colegial, pidiendo un reconocimiento para los profesionales que se dedican a esta área, ya sea a través de
diploma o de ACE.
Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (
SEMG), explica que, desde su asociación, “estamos de acuerdo con todo lo que sea un desarrollo de las competencias para las que están capacitados los médicos de Familia, así como de otras especialidades”.
“Vemos factible la ACE y que el acceso sea desde Familia, Psiquiatría y
quizá otros generalistas, como Medicina Interna”, apunta, especificando que, aunque los residentes de Psiquiatría son
los únicos que tienen rotación específica en los centros de drogodependencias, muchas veces estos son atendidos por médicos de Familia.
Unidades de Salud Mental
Armenteros: "Haría falta formación para tratar este tema en poblaciones de riesgo"
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Por su parte, el coordinador nacional del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (
Semergen),
Jesús María Iturralde Iriso, considera que esta capacitación “es una más de las que debe tener el médico de Familia”.
Así, señala que las
unidades de Salud Mental muchas veces no llegan a localidades pequeñas, por lo que son los médicos de Familia quienes se encargan “en muchos casos” de las adicciones. Además, cree que a esta capacitación se debería poder acceder desde urgencias y Salud Pública.
Diagnóstico y manejo precoz
Pero ¿qué debería contener esta ACE?
Lorenzo Armenteros, responsable del Área de Drogodependencias de la SEMG, indica que “debería contemplar sobre todo conocimientos para determinar el consumo y el grado del mismo, para asumir la asesoría y coordinación hacia unidades donde se reciba el tratamiento adecuado, cuando el paciente se considera drogodependiente”.
“También sería
necesaria formación en cómo tratar este tema en diferentes poblaciones de riesgo, sobre todo adolescentes y jóvenes con escasa percepción del riesgo que incrementa su fragilidad”, continúa, “con el fin de evitar el inicio de consumo a edades muy tempranas, y en ancianos buscando el buen uso de psicofármacos”. Por tanto, ve a los geriatras como otros objetivos potenciales de esta ACE.
La detección precoz del consumo de drogas y su prevención sería un aspecto más a cubrir, añade Armenteros, “junto con la prevención, promoción de hábitos de vida saludables y el manejo de los efectos perjudiciales de su consumo”.
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