La osteoporosis tiene una prevalencia del 17 por ciento, cifra que aumenta en personas mayores de 75 años. En España, afecta a más de dos millones y medio de personas y se producen anualmente unas 500.000 fracturas vertebrales y 40.000 fracturas de cadera. Estas fracturas incrementan el gasto sanitario, disminuyen la calidad de vida de quienes las padecen e incluso aumentan su riesgo de mortalidad.
Los esfuerzos a la hora de abordar esta enfermedad tienen que centrarse en la prevención primaria pero, sobre todo, en la prevención secundaria, es decir, sobre los pacientes que ya han sufrido alguna fractura osteoporótica. El objetivo es conseguir que los pacientes “se paren en la primera fractura y, dado que la esperanza de vida ha aumentado considerablemente, que esos años sean con una calidad de vida lo mejor posible”.
Así se puso de manifiesto durante el último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en el que una de las conferencias estuvo dedicada a la identificación de los pacientes con alto riesgo de fracturas. Los encargados de trasladar a los médicos asistentes los factores de riesgo principales fueron Carlos Bastida, presidente de SEMG Galicia, y Cristina Carbonell, autora de numerosas publicaciones y guías de práctica clínica en el campo de la osteoporosis y fracturas por fragilidad.
Los especialistas destacaron que la edad juega un papel muy importante, sobre todo, a partir de los 65 años, pero que el criterio fundamental a tener en cuenta son, precisamente, las fracturas. Ante el infradiagnóstico y desconocimiento de esta patología, se hace necesario que el médico de Atención Primaria valore debidamente esta enfermedad y conozca perfectamente los factores de riesgo de fractura por fragilidad ósea, sabiendo detectar a aquellos pacientes con mayor riesgo.
“Se hace totalmente necesario que el médico de Atención Primaria aprenda a valorar esas fracturas, sabiendo reconocer las que se deben a la fragilidad del hueso, y actuar en estos pacientes fracturados para tratar de prevenir las siguientes fracturas, que van a repercutir de una manera muy importante en su calidad de vida, en el gasto sanitario e incluso aumentar el riesgo de mortalidad”, señalaron los especialistas.
Asimismo, a la hora de identificar las fracturas óseas, se deben tener en cuenta otros factores, como diferentes patologías concomitantes (hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, bajo peso, diabetes, nefropatía crónica, insuficiencia hepática, trasplantes, artritis reumatoide, LES, malabsorción, anorexia, hipogonadismos, menopausia precoz, etc.) e incluso una serie de tratamientos, como la corticoterapia, los IBPs, ISRS, anticoagulantes, inhibidores de la aromatasa, anticonvulsivantes, etc.
Los especialistas creen que se deben conocer los factores de riesgo de caídas de los pacientes, tanto de una forma intrínseca (hipotensión, hipoglucemias, párkinson, deterioro cognitivo, inestabilidad, agudeza visual, etc.) como extrínseca (su entorno y condiciones de su hogar).
Indagar sobre la existencia de otras fracturas
La inmensa mayoría de las fracturas vertebrales son debidas a la fragilidad ósea y a la osteoporosis, al igual que las fracturas de cadera en los mayores. En estos casos, se hace necesario preguntar a todos los pacientes fracturados por la génesis de sus fracturas (cómo ha sido el impacto), para conocer debidamente su etiopatogenia, descartando otras posibilidades (neo, metástasis, accidentes, mieloma, etc.).
Bastida y Carbonell reconocen que “a la gran mayoría de los pacientes fracturados, nunca se les pregunta ni se valora la posibilidad que dichas fracturas pudieran ser por causa de la osteoporosis. También debemos indagar sobre la existencia de otras fracturas en la historia clínica del paciente (muñeca, hombro, costales, etc.), preguntando si pudieran ser provocadas por traumatismos de bajo impacto, lo que nos va a ofrecer mucha información clínica”.
Durante el Congreso Nacional de la SEMG se ofrecieron las claves para que la osteoporosis y el riesgo de fractura de los pacientes sean valorados adecuadamente y “realmente demos a esta patología la importancia que tiene” para evitar dejar a los afectados sin ningún tipo de tratamiento. Asimismo, para los pacientes que ya son tratados de alto riesgo de fractura, hay que observar el cumplimento y adherencia a las medidas indicados, ya que, como en toda enfermedad crónica, “es elevado el incumplimiento y el abandono de los tratamientos”.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.