El Grupo de Trabajo de Atención Primaria de la Organización Médica Colegial (OMC) ha llegado a un consenso sobre qué necesita el primer nivel asistencial para salir del atolladero. La primera de las medidas incluidas sugiere adelantar un 0,1 por ciento del producto interior bruto (PIB) en los presupuestos sanitaros que se fijen entre 2017 y 2025.
A su vez, dentro de este porcentaje, el documento –que han dado a conocer en la sede de la institución durante la segunda sesión de una jornada dedicada al primer nivel asistencial–, los vocales que lo representante en la OMC proponen un avance de un 0,3 por ciento anual en la participación hasta llegar hasta un 17,3 por ciento del presupuesto sanitario público en 2025, lo que equivaldría al 1,19 por ciento del PIB.
El Grupo de Atención Primaria de la OMC considera necesario, además, que se tienda a la flexibilización de los horarios laborales, en especial en aquéllas autonomías en las que existen turnos de tarde hasta las 21 horas y que, de forma habitual, se ocupan por los médicos más jóvenes que, ante la dificultad para conciliar su vida laboral con la familia, se ven abocados a buscar otras salidas profesionales o a solicitar una reducción de su jornada laboral con la consecuente disminución de sus ingresos.
Historia clínica unificada
Otro elemento por destacar del documento es la insistencia en que la historia clínica electrónica (HCE) debe ser única para Atención Primaria y Hospitalaria, la misma en todas las autonomías y gestionada por el paciente y su médico de familia, debe ser accesible de manera global y siempre bajo el consentimiento explícito del paciente.
En cuanto a la formación del médico se remarca la necesidad de que la asignatura de Medicina Familiar y Comunitaria sea obligatoria en todas las universidades. Para ello, deben crearse departamentos de esta especialidad en todas las Facultades de Medicina y que estén integrados por estos especialistas.
También se contempla el proceso de Validación Periódica de la Colegiación y Recertificación (VPC-R), comprensible y voluntario, que reúna unos requisitos mínimos, con carácter periódico cada seis años, que no sea punitivo, con un peso significativo en la práctica clínica y asimilable a procesos internacionalmente reconocidos.
Asimismo, la investigación en Primaria se considera imprescindible, para lo cual se demanda tiempo específico que pueda adaptarse a las agendas de los profesionales así como establecer dotaciones presupuestarias concretas e independientes.
1.450 pacientes como cupo máximo
Para mantener una atención sanitaria de calidad, además de financiación se reclaman plantillas suficientes para una asistencia sin demoras, puesto que los médicos de Atención Primaria vienen manifestando desde hace tiempo sentirse al límite.
Para conseguir que los cupos máximos no superen los 1.450 ciudadanos adscritos, se calcula que es necesario un incremento de las plantillas de más de 2.200 médicos de familia, lo que supone una inversión de algo más de 100 millones de euros anuales.
En este sentido, se considera imprescindible la inversión económica para fomentar la contratación de médicos de familia que formen plantillas estables, para lo cual se insta a la convocatoria periódica de concursos-oposición para la consolidación de plazas.
En línea con lo anterior, la progresiva feminización de la Primaria debería servir de incentivo para lograr una mejora en las condiciones laborales de los médicos de familia, disminuir la precariedad laboral, la inestabilidad en los contratos y la posibilidad de la conciliación familiar.
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