Los
productos homeopáticos han vivido un gran auge en España en la primera parte del año. A pesar de no contar con evidencia científica que respalde su efectividad, recurrir a estos productos es cada vez más habitual entre los españoles. Una tendencia que para los médicos es fruto de un
cóctel de condicionantes: falta o retraso de atención sanitaria, precios bajos y desinformación.
“Ante la
falta de asistencia médica, bien porque es telefónica o porque es muy difícil que te atiendan en los centros de salud, la
gente ha empezado a buscar soluciones alternativas. La atención médica no es la correcta y ante la
dificultad para acceder a un tratamiento terapéutico que sea eficaz y seguro se recurre a la homeopatía. Además, en muchos casos conocen a alguien que le dijo que le funcionó muy bien”, explica Guadalupe Blay, coordinadora del grupo de trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Un análisis que subraya Rosa Arroyo, coordinadora del Observatorio Contra las Pseudociencias de la Organización Médica Colegial (OMC): "Ante cualquier malestar físico y psíquico, ahora el paciente demanda que se quiere curar al instante y eso nos ha llevado a una
medicalización de la asistencia sanitaria olvidándonos de la prevención. Esa parte del paciente de quiero mejorar, lo quiero ya, y no me ven, sí que ha podido influir".
Además, Arroyo recuerda que tradicionalmente hay ciertas patologías que antes no requerían asistencia médica y ahora sí. "Eran patologías que aparecían espontáneamente y con tratamientos sensatos y de andar por casa, como hacer una dieta astringente si tenías diarrea. Ahora, por la
inmediatez y la necesidad de que nos receten algo, ha crecido este tipo de productos".
El auge que está viviendo el sector de la homeopatía, que
vende sus productos en las farmacias, va más allá de la situación provocada por la pandemia y un ejemplo de ello son los resultados recientes de la farmacéutica Boiron, una de las principales del sector. En el primer semestre de 2022 ha
incrementado sus ventas en un 35,2 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
Desinformación entre los pacientes
Otro de los condicionantes que explican el auge de estos productos, según la especialista de la SEMG, es la desinformación que reina entre sus usuarios. “A la población no le ha llegado que esta
medicina homeopática no tiene propiedades demostradas. Pueden ser
placebos que no tengan ningún efecto, pero a veces es incluso peor al tener unas consecuencias que no son las adecuadas.
Hay una desinformación muy grande”, lamenta Blay.
Además, la
legislación europea no ayuda a combatir esta desinformación. “Es
muy permisiva. Está permitido que se vendan como medicamentos, pero no les pide que demuestren la eficacia. No debían ser vendidos como medicamentos. Dicen que van a evaluar y revisar la legislación, pero no se termina de hacer. Debería poner medicamento homeopático sin indicaciones terapéuticas apropiadas y con la advertencia de que el usuario consulte a su médico”.
Para Arroyo, más que desinformación es infoxicación y sitúa este condicionante como el más influyente de todos. "A los factores comentados se debe añadir la
infoxicación que se genera en las redes sociales y que estamos intentando combatir. Además, el acceso a productos homeopáticos es ahora mucho más fácil que antes. Todo lo que se ha generado a través de redes sociales e internet creo que ha sido el
factor más determinante de este auge. También los movimientos negacionistas después de la pandemia han contribuido", destaca la especialista.
La coordinadora del Observatorio Contra las Pseudociencias lucha diariamente contra el falso prestigio que tiene los productos homeopáticos para evitar la "infoxicación que existe en la sociedad respecto a estos productos y ve en los contactos entre personas una red de transmisión muy importante donde se difunden hechos sin contrastar. "Tienen
mucho eco entre la población todos los
mensajes que se difunden por WhatsApp donde se habla de
estos productos o se rescatan
antiguos remedios caseros que se han dejado de usar y ahora vive un nuevo boom. La frase más escuchada es a mí me hicieron esto o me tomé esto otro y me fue genial, pero no es tan sencillo. Todos los avances que hemos tenido están basados en un proceso científico, no hay atajos".
Un coste superreducido
Para Blay, entre otras cuestiones, este auge también viene condicionado por la facilidad de venta y el ahorro que se produce al apostar por estos productos frente a los medicamentos químicos. “El que es negacionista, lo ha sido antes, durante y después de la pandemia. Toman esos medicamentos porque creen en ellos, aunque no figuran en la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps). Además, pueden venderse en la farmacia y con un IVA superreducido que los hace
más baratos que el medicamento”.
Por último, la especialista recuerda a los sanitarios españoles que debido al código deontológico, los
médicos están obligados a prescribir fármacos con eficacia demostrada científicamente y la homeopatía “es acientífica hoy por hoy”. Por ello, Blay considera que “debería rechazarse hasta que no se demuestre que son tratamientos eficaces”.
Un hacer de los médicos que también detalla Arroyo: “Yo no le voy a decir que no lo haga, pero sí que
no abandone el tratamiento habitual y que este seguro de que para saber si algo funciona se debe dar con ciertas garantías y que reporte todos los efectos secundarios que viva”.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.