Las
bajas remuneradas por regla dolorosa entrarán en vigor el próximo 1 de junio. Este nuevo trámite burocrático que autoriza un permiso para las mujeres
con menstruaciones incapacitantes recae en su mayoría en los
médicos de Atención Primaria que ven cómo no deja de crecer el número de documentos que tienen que abordar en su día a día y que las posibles soluciones que aligerarían su ejecución no han sido escuchadas.
Lorenzo Armenteros, responsable del grupo de trabajo de salud de la mujer de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica a
Redacción Médica que se ha hecho "una ley que no es favorable y que tiene un recorrido burocrático complejo en el que no se ha buscado ninguna solución alternativa que lo agilice". El facultativo asegura que cuando se aprobó la ley el 16 de febrero de 2023 esperaban que se contemplaran ciertas facilidades para la tramitación que, a menos de un mes de su entrada en vigor, no se han hecho.
Armenteros: "La ley no es favorable y tiene un recorrido burocrático complejo para el que no se ha buscado ninguna solución alternativa que lo agilice"
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"La ley pone trabas porque indica 'menstruación incapacitante secundaria asociada a una patología diagnosticada previamente como endometriosis, ovario poliquístico, dificultades para la salida de la sangre...'. Por tanto, antes de hacer el trámite tiene que haber una consulta con
Ginecología que realice un diagnóstico concreto y, a partir de ahí, hacer las bajas. Pero es cierto que una endometriosis puede tardar entre cinco y seis años en ser diagnosticada", explica el facultativo.
Confirmar el diagnóstico y visitas mensuales a Primaria
La condición de 'incapacitante secundaria' que contempla la ley obliga a disponer de un diagnóstico previo para poder tramitar este permiso retribuido, lo que supone un aumento de trabajo a los
médicos de Familia, no solo para
gestionar la baja por regla dolorosa sino también en los momentos anteriores a formalizarla.
"El sistema obliga a una visita mensual al médico de
Atención Primaria de las mujeres afectadas, simplemente para una baja que ya tienen diagnosticada". Es por ello que Armenteros subraya el exceso de trámites que añade este permiso a este nivel asistencial: "crea más carga burocrática y genera un trabajo previo de diagnóstico para poderlo hacer, en el caso de aquellas mujeres que no contaba con ello". Sin ese diagnóstico, "se puede formalizar una baja, como ya se venía haciendo anteriormente, pero no la que conlleva una prestación económica" como contempla la nueva ley, lo que supone un perjuicio para la paciente.
Armenteros: "La baja remunerada por regla dolorosa debería poder gestionarla la propia paciente con un sistema de autobaja"
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Desde
SEMG, creen que existe un modo más eficaz y menos laborioso para realizar este trámite: la autobaja. "Debería ser una baja renovable anual con un permiso diario medio de los días de máximo dolor o molestias, que fuese de forma periódica autoregulable por la propia paciente por un sistema, como una aplicación en el móvil por ejemplo, algo a lo que todos tenemos acceso hoy en día".
Armenteros cree que de esta forma se evitarían trámites burocráticos adicionales y desplazamientos mensuales periódicos al centro de salud por parte de las mujeres afectadas.
"La paciente podría activar esa baja cuando comience la
menstruación y al facultativo le llegaría la notificación. Si se complica y necesita más tiempo, puedes contactar con el médico para alargarlo. Si no es así, pues coge el alta a los cuatro días", expone.
Este sistema de autobaja contaría con un control anual por parte del
médico de Atención Primaria para renovar el sistema en caso de que la medicación u otras alternativas de tratamiento que pudiera recibir la paciente para paliar esos dolores incapacitantes secundarios no hubiesen sido efectivos. "Con esta revisión al año controlaríamos cómo está su dolencia, por ejemplo la endometriosis, y renovaríamos o no ese sistema".
Posibles abusos al sistema de autobaja
Las facilidades burocráticas que presenta esta posible 'autobaja' genera dudas a
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
Nuria Pascual, del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la sociedad, expone que "un sistema autoregulado por la paciente podría dar lugar a ciertos abusos" y abogan porque en todo momento la mujer se desplace al centro de salud para ser examinada por su médico antes de tramitar esa baja por regla dolorosa.
"Los
centros de salud que disponen de ecógrafo pueden hacer un control para saber cómo están algunas patologías que provocan menstruaciones doloras incapacitantes, como por ejemplo el ovario poliquístico", apunta Pascual. La facultativa recuerda además una novedad respecto a hace unos meses. "Los facultativos de especialidad en hospital, como es el caso de
Ginecología, también pueden ya tramitar bajas" por lo que considera que todo el peso de la
burocracia que puede generar el permiso "no debería recaer en su totalidad en
Atención Primaria".
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