La llave para diagnosticar a tiempo el
cáncer que se manifiesta mediante dolor muscular es la coordinación entre Medicina de Familia y Fisioterapia, tal y como coinciden en ambas profesiones sanitarias. Con un trabajo conjunto y un diálogo fluido, los especialistas de Familia y Fisioterapia creen que podrían identificar algunos de los casos que hoy por hoy pasan desapercibidos en las consultas, haciendo más tardío su propio diagnóstico. Y es que, una de las posibles soluciones pasa por, según apuntan, a una posible
consulta conjunta del paciente con el médico de cabecera y el fisioterapeuta. Es decir, que desde el sistema sanitario apuestan por establecer un protocolo médico para después abordar de manera holística la patología mediante la asistencia compartida.
“Uno de los lugares más frecuentes en el que se nota (el cáncer) es en la
columna vertebral, con su consiguiente afectación de tipo osteomuscular, como ciática u otra patología. Otra afectación puede ser por expansión del tumor, que puede causar efectos en el
sistema nervioso. Puede dar
dolores musculares, ya que el efecto del crecimiento de metástasis puede dar lugar a patologías musculares, óseas o afectaciones nerviosas”, explica
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (
SEMG).
Los
signos y síntomas comunes entre personas con o sin cáncer elevan la
complejidad a la hora de determinar que se trata de un
proceso oncológico. Por ello, para
Esther Medrano, fisioterapeuta, profesora de la Universidad de Sevilla y miembro de la sociedad filial de Onco-Aef, es esencial identificar "las posibles
red flags (banderas rojas) que presenta el paciente".
Según comenta la profesional, estas se pueden presentar, además de como un
dolor de espalda severo que no remite con el descanso ni el sueño, dolor
nocturno persistente o dolor
vertebral focalizado, como
una
pérdida de peso inexplicable del cinco por ciento o más en un mes. Para Medrano, estos aspectos podrían considerarse
sintomatología sospechosa de cáncer.
La importancia de derivar al paciente a su médico
Ante esa sintomatología, tanto los propios fisioterapeutas como los médicos de Familia opinan que ambas áreas deben incidir más en su
coordinación para identificar de manera más rápida estos casos. “Muchas veces es complicado, pero cuando el dolor muscular dura mucho tiempo y si por mucha sesión de fisioterapia el dolor continúa y no mejora, al menos habría que acudir al médico a por una valoración”, argumenta
Antonio Alonso, miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (
Semergen).
El especialista da el plazo de
un mes o mes y medio, lo que serían unas cuatro o cinco sesiones, para acudir al centro de salud y someterse al examen del médico. “Si estamos hablando de una posible contractura en la zona dorsal en una persona fumadora de dos paquetes diarios que tiene muchos años, hay que descartar que sea un dolor que venga de un posible cáncer de pulmón”, indica Alonso.
Fisioterapia recalca que identificar más de un factor de riesgo no supone una derivación directa a Oncología
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Sin embargo, para Medrano, “identificar una o más banderas rojas
no implica la derivación directa a Oncología, sino que debe cobrar sentido dentro de los pasos del Razonamiento Clínico en Fisioterapia (RCF)”. Aun así, para la profesional, “un
dolor persistente que no mejora con los tratamientos conservadores tradicionales, o que no mejora con el cambio de postura, debería poner en
alerta al fisioterapeuta
para
derivar al paciente su médico en busca de un diagnóstico certero”.
A pesar de esto, Medrano afirma que no son muchos los
tumores que causan
dolor muscular de espalda y que, de estos, “la gran mayoría se debe a
metástasis óseas de otro tumor previo”.
Del protocolo a la asistencia compartida
Por esa misma razón, el primer nivel asistencial del
Sistema Nacional de Salud (SNS) aboga por atender al paciente de forma “integral”, en el que cada profesional sanitario aporte su ‘granito de arena’. Así, la
Atención Primaria cree conveniente
elaborar un protocolo de actuación en estos casos en los que se estipule cómo y cuándo actuar para derivar al paciente a la consulta del médico de cabecera.
“Sería interesante tener un protocolo, porque nos facilitaría a todos la labor; sobre todo a los fisioterapeutas, que son a quienes les están llegando estos pacientes. Tener algo escrito y mascado para coordinarnos mejor estaría bien, para tener más clarificado en qué momento es interesante decirle al paciente que debe ir al médico para que le hagan
pruebas complementarias”, incide Alonso.
Si bien toda coordinación es favorable para el día a día de estos profesionales sanitarios, en SEMG señalan que la actuación sanitaria no puede quedar en un
documento de consenso, pues un protocolo serviría “para hacer un seguimiento en determinadas situaciones ante una patología”.
Familia propone señalar los "signos de alarma" para un seguimiento más estrecho
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Armenteros, por su parte, apuesta por ir más allá y comprometer a todo el
sistema sanitario español: “Nosotros proponemos trabajar con el paciente. Es como tener en consulta al médico, al fisioterapeuta y al paciente, para hablar con él y sacar conclusiones entre los dos profesionales. No mecanizar el proceso, sino
personalizarlo. Eso es la
asistencia compartida, mucho más personalizada y dirigida al paciente en concreto. Es un paso adelante al protocolo, pero sin negarlo”.
Proponen, entre otras cuestiones, especificar “signos de alarma” en una patología para hacer un
seguimiento más estrecho de esos casos que puedan ser sospechosos de cáncer. “Ahí tenemos que estar
formados todos. Tenemos que pensar que puede haber un trasfondo de algo más importante para que nos cree una alerta y trabajar de una forma coordinada sobre el caso”, especifica Armenteros.
Equipos multidisciplinares en la asistencia privada
En la misma línea, Medrano considera que la
coordinación de todos los profesionales sanitarios en un mismo equipo sería la
opción ideal para los pacientes. En su opinión, “se deberían crear
procedimientos de derivación y/o de consulta (puede ser incluso telefónica u online) entre los profesionales para tratar los casos sospechosos y actuar de forma coordinada”.
Para ella, el principal
problema a la hora de establecer una comunicación efectiva entre profesionales, parte de bajo número de fisioterapeutas dentro de los equipos multidisciplinares. “Nos encontramos de manera habitual ante un escenario en el que el fisioterapeuta de asistencia privada
no posee una red de apoyo, y más cuando con frecuencia es el
primer profesional al que acude el paciente, sobre todo por dolor de espalda” explica.
Además, considera que en la asistencia pública “puede haber una mayor facilidad para crear estos equipos, pero es necesario que se hagan
reuniones de coordinación periódicas y que se establezca un procedimiento para consultas interprofesionales”.
En cuanto a las propuestas planteadas por parte de SEMG y Semergen, Medrano se muestra de acuerdo con llevar a cabo una
asistencia compartida entre profesionales y con que los fisioterapeutas deriven al paciente a su médico “tras varias sesiones acompañadas de una valoración y teniendo en cuenta las red flags” mencionadas anteriormente.
En lo que no coincide con los facultativos de Primaria es en el número de sesiones necesarias para valorar si es imprescindible la derivación. "Tal vez sea
exagerada una derivación solo por no mejorar el dolor de pacientes crónicos en
cinco sesiones": “El número de sesiones depende de la
frecuencia de las mismas y de otros factores que el fisioterapeuta considere como
sospechosos”, matiza.
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