Acabar con la hiperfrecuentación de los pacientes a los centros de salud es una de las soluciones posibles para aliviar la sobrecarga de la
Atención Primaria. Existen diferentes fórmulas para desincentivar el uso de las consultas banales. Para ello, un estudio publicado por el Centro de Políticas Económicas EsadeEcPol propone el
pago por visita, siguiendo el modelo japonés, para disminuir la presión asistencial en estas consultas. Una propuesta que ofrece la posibilidad de
reembolso cuando la visita sea justificada. Otras propuestas para mejorar este nivel asistencial son darle prestigio y hacer obligatoria la especialidad de
Medicina de Familia y Comunitaria en las universidades, establecer un sistema de rotación de especialistas en los
centros de salud, mejorar las condiciones retributivas de los médicos mediante contratos estables e
incentivos por volumen y lugar de trabajo.
La introducción de un
precio simbólico de uso ha sido recientemente evaluada en las consultas de Pediatría en Japón (Iizuka y Shigeoka, 2022) registrando un descenso considerable en la
demanda. Entre los efectos destacados de esta política, subrayan que la mayor reducción del total de visitas se dio entre los niños más sanos, mientras que apenas tuvo efecto entre los menores verdaderamente enfermos. De esta forma, se mejora la
eficiencia del sistema al "canalizar los recursos" hacia quienes más lo necesitan.
Dotación y gestión de los RRHH de Primaria
Sin embargo, el
pago por consulta no es la única vía que se presenta en este estudio como
método "eficaz" para aliviar la sobrecarga de los centros de salud. Señalan que "una Atención Primaria de calidad que pretenda preservar no solo la accesibilidad, sino la equidad y la universalidad efectiva, requiere de una dotación suficiente y una gestión adecuada de los recursos humanos". Además, apuntan a que actualmente, una de las principales debilidades del
sistema sanitario es la
falta de atracción profesional de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, que se ve reflejada en los profesionales más jóvenes en la
elección MIR. No en vano, las plazas de medicina de Familia son las últimas cubiertas.
Es por ello que estiman como esencial la mejora de las condiciones de los profesionales de
Atención Primaria y proponen seis medidas específicas para ello. La primera es proporcionar
incentivos económicos y de carrera, tal y cómo se hace en otros países a los profesionales para aquellos que trabajan en puestos de difícil cobertura y desempeño, considerando, entre los criterios, la
presión asistencial de los centros de
Atención Primaria.
Otra medida pasa por reducir la
temporalidad en las contrataciones en Primaria con el fin de garantizar la continuidad en la
relación entre paciente y médico de forma que no solo mejoren las
condiciones laborales, sino que también se reduzca la frecuentación excesiva y mejoren los resultados sanitarios.
Redistribuir demanda y agendas entre médicos de Familia
Otra de las propuestas pasa por redistribuir la demanda dentro de las
Área de Salud (particularmente de nuevos pacientes) teniendo en cuenta criterios como la presión y no solo la distancia al domicilio, especialmente cuando existe una única Área, y en aquellas con menor dispersión de población.
Las agendas también pueden redistribuirse entre los profesionales, de forma que las
incapacidades temporales sean realizadas por los facultativos que lleven a cabo el reconocimiento médico. Apuntan además a reducir la
carga burocrática mediante la contratación de administrativos.
Digitalización y acceso a historias clínicas a nivel nacional
La digitalización completa es otro punto a mejorar para conseguir el objetivo de aliviar este nivel asistencial. El estudio indica que la historia clínica de los pacientes sea compartida entre Primaria y Hospitales, pero también entre comunidades autónomas. La digitalización debe, a su vez, facilitar
sistemas de información ágiles y actualizados que permitan extraer indicadores de desempeño, acompañada siempre de una mayor transparencia en la publicación de los indicadores a nivel agregado.
Por último, señalan que garantizar una formación suficiente y transversal en
Medicina Familia y Comunitaria en todas las universidades españolas de Medicina (con asignaturas y rotaciones obligatorias), alentaría a los estudiantes en esta dirección para acceder a la especialidad.
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