Como cada año, miles de estudiantes se enfrentarán en breve a la elección de plaza en el sistema MIR, una vez superado el examen. Como cada año, la
Medicina de Familia será una de las últimas especialidades agotar sus cupos. Primero, porque es la que más plazas ofrece; segundo, porque los estudiantes
no la ven atractiva: 2016 fue todo un récord al ser elegida por nueves aspirantes… entre los primeros 500. Redacción Médica aborda las causas y posibles soluciones a esta situación.
Juana Sánchez, responsable del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG): La Medicina de Familia era la gran esperanza del Sistema Nacional de Salud. Todos pensábamos que podríamos ser el eje que dinamizara y promoviera la modernidad del SNS. A lo largo de los años hemos comprobado que esta visión no se ha desarrollado. Desde 1978, la Medicina de Familia ha sido la papelera de reciclaje, y eso ha hecho que no sea atractivo para los estudiantes. En las facultades donde hay cátedras de Medicina de Familia o donde hay una enseñanza, digamos, más dirigida a lo que debe de ser un médico pluripotencial y no un súper especialista –pues de estos vamos a necesitar menos–, los estudiantes tienen mejor idea de lo que es la Medicina de Familia, y por lo tanto, probablemente, la elijan más.
Blanca Lucio, vocal de Atención Primaria del Consejo Español de Estudiantes de Medicina (CEEM): El estudiante no sabe qué es la Medicina de Familia, o no sabe de su existencia hasta que no llega a unas prácticas. ¿Cuál es el problema? Que esas prácticas no se contemplan a través de créditos y, desde luego, son la base que va a establecer el prestigio. Los estudiantes somos el futuro de la Medicina, por tanto, ¿quiénes son los primeros que deben de conocerla y conocer su importancia?
La Medicina de Familia no vende, según Juana Sánchez.
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Ana de Santiago, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) Madrid: Debo de ser un poco crítica: los médicos de Familia nos vendemos mal, muchas veces echamos balones fuera echando la culpa a la Universidad, que no nos ha dejado un sitio dentro del Grado, echando la culpa al ministerio… Sin embargo, nosotros tenemos un cuerpo doctrinal muy potente porque somos una especialidad nueva, nuestra teoría tiene peso porque se significa mucho en el cuerpo docente de otras especialidades, y creo que ahí ha estado nuestro error. Nuestro cuerpo docente es grande, nuestro fundamento como especialidad es grande. Somos médicos de Familia, atendemos a la salud del individuo, pero también atendemos a urgencias, tenemos una pluripotencialidad muy grande, pero la hacemos menos visible porque en el Grado, fundamentalmente, explicamos nuestra teoría, que es muy importante, muy novedosa pero un poco aburrida. Nos vendemos mal. Y creo que ahí está uno de los problemas por los cuales los residentes no nos eligen como una opción de lujo, que es lo que somos.
José Barberán López, vicedecano de Hospitales, Posgrado y Doctorado de la Universidad CEU San Pablo: Yo no soy médico de Familia, soy internista, no vivo el día a día de la profesión. Puedo hablar desde la Universidad: hay algunos aspectos que pueden condicionar esta falta de vocaciones por la Medicina Familiar y Comunitaria. Lo decía Ana, está poco representada dentro del Grado. Bueno, cuando yo era estudiante de Medicina no había esa asignatura. Ahora los alumnos la tienen, pero los temas son un poco repetitivos porque tiene un poco de todo. Y luego en las prácticas están poco en contacto con lo que es la Medicina Familiar. Ahora es verdad que también tienen que rotar por centros de salud obligatoriamente, pero sigue un poco fuera del contexto universitario. El alumno que vive la universidad, de lo que vive y de lo que se empapa es del hospital. Vive en el hospital, está en el hospital, y por mimetismo quiere ser internista, cardiólogo, nefrólogo, cirujano… Ve la Medicina Familiar como una opción, pero quizás, en un segundo lugar. Puede ser una de las razones por las que los médicos jóvenes no eligen esta especialidad. Desconocen qué es exactamente, no saben lo que hace un médico de Familia.
A pesar de que ahora hay más asignaturas de Medicina de Familia, ¿representa la parte de Medicina Familiar de la Universidad la práctica real de este profesional?
Juana Sánchez: Yo creo que no. Voy a ser crítico con la prensa: es una especialidad poco mediática, vendemos poco pero es que hay que vender poco. Nosotros tenemos longitudinalidad: el paciente llega, entra por la puerta y le seguimos durante muchos años, vemos a sus hijos crecer, los vemos embarazados y después se nos mueren. Los llevamos en toda la progresión, pero eso no vende. Vende un trasplante, una gran intervención, un fármaco que puede ayudar a remediar el cáncer. ¡Eso es lo que vende! Y es lo que hay en los medios de comunicación.
Entonces, cuando nos quejamos de que los estudiantes conocen poco la Medicina de Familia es que no valoran la normalidad, quieren la excepcionalidad. Y eso, en el mundo real no puede ser. Excepcionales van a ser unos pocos. Y quizá en la facultad no vendemos eso, somos realmente aburridos. Porque damos las clases de comunicación o del control del uso racional del medicamento, que son facetas muy interesantes pero que se quedan acotadas a una parte muy escasa de lo que realmente son nuestras competencias, que son muy amplias.
Blanca Lucio: "Salvar una vida también es regular la medicación del crónico"
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Blanca Lucio: Siguiendo por esa línea, diría que a nosotros nos preparan para casos excepcionales: no nos preparan para tratar de forma regular una diabetes, nos preparan para una hipoglucemia de un diabético. Dices: "¡Yo voy a ser médico para salvar vidas!" Salvar una vida también es regular la medicación de un paciente con una enfermedad crónica. Debemos valorar si estamos formándonos para el paciente o nos estamos formando para una especialidad que nos puede dar ese tipo de prestigio del que hablaba Juana.
La Medicina de Familia, la Pediatría y la Psiquiatría en las facultades se da de manera teórica, pero luego las prácticas que son los que realmente llama la atención y lo que te permite decantarte por una especialidad u otra. En Medicina de Familia no son obligatorias en ciertas facultades, una vez que estás en sexto curso te apuntas a las especialidades que más te llaman la atención y Medicina de Familia es, de lejos, la última de todas. Eso sí, se sabe que una vez que estás en el centro de salud es una rotación muy querida por los estudiantes.
Ana de Santiago: Dos puntualizaciones. Primero, ya es obligatorio que en el Grado se impartan las competencias propias de la Medicina de Familia, lo que pasa es que en cada Facultad se hace de forma muy diferente. En algunos se hace como una asignatura en sí misma; en otras, como la mía [la Universidad de Alcalá de Henares], está dentro de una asignatura más amplia que se llama Entornos Específicos. Las competencias de Medicina de Familia tienen que estar descritas, es obligatorio, pero la forma de implementarlas es diferente en cada facultad.
Además de que se imparten de forma singular, como Medicina de Familia, y se dé visibilidad, yo creo que también hay que pelear por otra cosa. En términos de Grado no hablamos de especialidades, eso es lo que hacemos los profesores que estamos metidos dentro de un mundo laboral en el cuál impartimos clases siendo especialistas. En el Grado, es preferible hablar de competencias y, por tanto, los Médicos de Familia no solamente tenemos que enseñar las competencias dentro de la asignatura de Familia, nos irá mucho mejor y seremos más visibles cuando impartamos competencias de la asignatura de Medicina de Familia dentro de las propias de Medicina Interna, dentro de las propias de Medicina Legal, de Preventiva, de Cirugía… Es decir, todas aquellas capacidades que tengo yo como médico pluripotencial que soy. Cuando esas competencias que yo tengo se reparten dentro de todas las asignaturas y doy mi visión propia de la Medicina como médico de Familia, probablemente llegue más porque no estaré encasillada dentro de un cuerpo doctrinal sino que seré capaz de ofrecer todas esas caras diferentes que somos. No estamos solamente en centros de salud. Estamos en centros de salud, en centros de urgencias, en UVI móviles, en servicios de preventiva. Los médicos de Familia hacemos muchas cosas y dentro del Grado debemos de estar representados dentro de muchísimas materias. Entonces, seremos capaces de demostrar todas aquellas competencias que somos capaces de aglutinar.
Blanca Lucio advierte de que en la Universidad no preparan para la normalidad.
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Una encuesta en el Reino Unido mostraba que el especialista de hospital veía la Medicina de Familia como algo menor.
José Barberán: La asignatura de Medicina de Familia se da en tercero en mi Facultad. Cuando yo era estudiante de Medicina, estas asignaturas no existían. Entonces, cuando hablo con los que dan Geriatría, con los que dan Medicina de Familia, como vicedecano de Hospitales que soy, a veces no les entiendo porque creo que para ser atractivo no tienes que contar otra vez la neumonía, la arteroesclerosis, ¡no! Tú lo que tienes que contar es: ¿Qué haces tú en tu ámbito con esto? Así lo puedes ver atractivo. Si un alumno te dice: "Quiero ser endocrino", le preguntas por qué quiere ser endocrino y te dirá "porque me gusta mucho la Endocrinología". ¿Pues sabe usted que a lo mejor siendo médico de Familia ve más diabéticos, hipotiroidismo, hipertiroidismo, enfermedades endocrinológicas prevalentes, etc. que un médico especialista? ¿Sabe que va a controlar la diabetes desde el diagnóstico hasta que se muera? ¿Sabe que va a modificar y puede implementar el tratamiento, que puede mejorar su estado de salud, que puede evitar las complicaciones? ¡Se lo tienes que explicar! Lo que no puedes explicarle es la diabetes otra vez, de arriba a abajo...
La diabetes tipo 2, la tipo 1, la diagnosticáis los médicos de Familia y, a veces, lo mandáis al especialista para una revisión, pero sois quien vais a seguir la diabetes, quienes vais a cambiar los tratamientos, que les vais a insulinizar. Las complicaciones ya las mandaremos al hospital. Un diabético tipo 2 no hace falta que vaya a un hospital a nada, al endocrino puede ir de vez en cuando, pero el seguimiento lo tenéis que hacer vosotros. Si lo enseñáis desde este punto de vista podéis enamorar al estudiante. Ahora, si llega y si le contáis otra vez la fisiopatología de la diabetes y el tratamiento de la diabetes, ¡pues ya vamos mal!
Yo soy internista, y por tanto, tengo una visión general del paciente, como tienen los médicos de Atención Primaria, la misma, solamente que trabajo en el hospital. Veo las carencias que tienen mis compañeros súper especialistas. Pero claro, los pacientes que ingresan que tienen 70, 80 años, tienen cardiopatía isquémica, tienen arritmia, etc. pero son diabéticos, tienen asma, tienen EPOC. Os entiendo perfectamente.
José Barberán: "Si te gusta la Endocrinología, quizá prefieras ser médico de Familia"
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Nosotros vemos al enfermo, y eso también lo tenéis vosotros, de una forma global, abordando todas sus patologías. Naturalmente que nosotros no podemos afinar en una parte determinada, ¡ya lo harán ellos! Pero ese paciente lo llevamos nosotros, lo lleváis vosotros en el ámbito extrahospitalario, por tanto si esto lo hacéis atractivo podéis tener muchos adictos. Además, vosotros tenéis otra parte, que es la humanidad de la Medicina. Tenéis al paciente, veis a sus hijos, podéis ganaros su confianza. Lo que quiere el paciente es que cuando vaya al médico, le atienda, le comprenda y además que le sepa tratar como médico. Hay muchas posibilidades pero quizás no la universidad no sepa venderlo porque los contenidos no están bien enfocados.
Juana Sánchez: Sobre el estudio que se ha comentado antes sobre Reino Unido: se lo propusieron al Sistema Nacional de Salud inglés porque no puede seguir manteniéndose así, tiene que fomentar la Medicina de Familia o la medicina de primer nivel porque si no funcionamos bien en el primer mi nivel el sistema es muy costoso y no se puede mantener. Eso lo tienen claro los ingleses.
La Medicina de Familia no se desarrolló porque hubo falta de capacidad de resolución. Siempre fue como la hermanita que había nacido, era necesaria para que recete, para que haga esto, “para que lo que a mí no me gusta”, la visita domiciliaria, etc. Y eso ha hecho que muchos compañeros que son tutores o que incluso les preocupó mucho y creían en este desarrollo, creían en la investigación en el primer nivel, creían en muchas cosas, están desencantados porque no ven tampoco un futuro y eso hace que seamos poco atractivos también para los estudiantes, porque si uno no reparte entusiasmo es muy difícil que el otro lo vaya a tener. Y eso es un gran hándicap porque no se termina de desarrollar convenientemente la Medicina de Familia. Nos hartamos de decir que es el centro del sistema y la puerta del sistema, pero ¡nadie se lo cree!
José Barberán: Os han burocratizado mucho, muchísimo. Os han generalizado mucho, de tal forma que os habéis convertido como en un funcionario que está en una ventanilla. Tenemos que decirles: "Mira, es que tengo 10 minutos porque tengo…" y luego ni miramos al paciente porque estamos metiendo datos en el ordenador.
Ana de Santiago: Ninguno, ni desde el hospital ni desde Atención Primaria, trabajamos y nos creemos la multidisciplinariedad. El paciente no es mío ni tuyo, el paciente está en los dos sitios. No hemos sido capaces de hacer un único mundo, una única casa donde vivan los pacientes. En un mundo donde todo ha cambiado, la historia electrónica tendría que ser ágil, las telecomunicaciones tendrían que ser muy ágiles y, sin embargo, no lo sabemos aplicar a la Medicina. Eso hace que haya un primer y un segundo nivel y no una planta baja que es en la que debemos estar todos.
Un momento de la celebración del debate en el estudio de Sanitaria 2000.
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José Barberán: Algo que puede ayudaros mucho, en la relación con la especializada, son los métodos estos que hay ahora de diagnóstico y de telecomunicación. Va a llegar un momento en que no habrá que mandar al paciente a la especializada sino que habrá consultas electrónicas. En nuestro hospital estamos implantando esto: llega el paciente, le ves y a lo mejor no tiene que ir a una segunda visita. Simplemente tú tienes sus datos y haces una videoconferencia: el electro está bien, la analítica está bien, por tanto, no hace falta que venga, y tienes que verle pues tiene este problema y hay que tratarlo. Este tipo de comunicación virtual con la especializada puede ayudar mucho, de tal forma que tú puedes hacer una consulta a un paciente determinado y el especialista decide. Esta labor os va a beneficiar si sabemos tener una comunicación mucho más fluida entre el primer sistema o el primer escalón y el segundo escalón. Vosotros en esto tenéis mucho que decir, pero tenéis que venderlo.
¿Se ve en la facultad este potencial que tiene la Medicina de Familia?
Blanca Lucio: No se ve. El otro día yo hablaba con dos compañeros de clase y les pregunté si sabían qué era la Atención Primaria, y no tenían ni idea. Por el significado de la palabra podían deducir qué significaba. Pero no sabían que si él se pone malo y llegaba a su consulta del médico de Familia, ahí estaba teniendo contacto con Atención Primaria. La importancia de todo lo que abarca la Atención Primaria no se ve en la facultad. Lo ideal sería que cada asignatura de las especialidades o de las competencias incluyera un ámbito de Atención Primaria, y ésta fuera rascando su papel en la universidad. Pero no existe, y si existe es una diapositiva del final de una presentación de un tema.
Depende del docente, pero las universidades ponen muchas trabas en relación a profesores de Medicina de Familia asociados. Por tanto, no existen profesionales de Medicina de Familia que te puedan dar esa parte de Atención Primaria. Entonces, acabas la carrera y dices: vale, a mí me han hablado en cinco asignaturas de la Atención Primaria. ¿Y mis prácticas en ese ámbito? Yo sí voy a Traumatología, al hospital, pero no me meten en un centro de salud para que llegue un niño que viene del parque y que se ha roto un codo.
Ana de Santiago lamenta el que no se haya encontrado el equilibrio entre accesibilidad del paciente y conciliación de la vida personal y profesional del médico.
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¿Se contemplan también las oportunidades laborales que pueda tener la Medicina de Familia una vez acabada la residencia?
Juana Sánchez: Hoy en día hay una escasez absoluta de médicos de Familia. Es muy difícil encontrar suplentes, las vacaciones son un verdadero quebradero de cabeza. Dentro de, como mucho, cinco o diez años nos vamos a jubilar una generación entera de médicos de Familia, va a dejar puestos libres y no hay suficiente gente para cubrirlos. La población crece y tiene más necesidades porque es una población más compleja. Vivimos en un país desarrollado y eso hace que la gente tenga más expectativas y más demandas, y les tenemos que dar respuesta.
Por lo tanto, sí que tenemos un serio problema. Lo que pasa es que la solución no está en nuestra mano a pesar de que lo decimos reiteradamente en todos los foros donde estamos. Siempre he creído que la Medicina de Familia es suficientemente atractiva en el momento en que la conoces.
Yo estudié en la Universidad Autónoma de Madrid y una de las cosas que me alucinaba más es que la muerte no se veía como un hecho natural. Fue cuando hice Medicina de Familia cuando me di cuenta de que acompañar a la muerte y ayudar a la gente a que tenga una buena muerte era lo que quería, me pareció de lo más atractivo poder tener esas posibilidades. Luego es verdad que es más difícil de desarrollar todos los campos en los que debíamos de tener buena respuesta. Es muy difícil hacer investigación, una barrera que puede hacer más atractivas otras especialidades hospitalarias porque tienen más facilidad. Igual que las dificultades que hay para entrar en la universidad: lo lógico es que fuera un médico de Familia el que explicara ese aspecto de una asignatura particular, cómo la puede ver un médico de Familia, qué es el día a día de una diabetes, o de una insuficiencia renal. Estás viendo toda la patología y manejas mucha incertidumbre, eso puede dar miedo al estudiante. Te mueves en un campo donde tienes que pensar rápido y hacer las cosas bien.
Ana de Santiago: "Al médico que sale del MIR se le ofrecen suplencias"
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Blanca Lucio: No existe, al igual que en las especialidades o competencias, un estudio por parte del Ministerio que nos diga en qué grado es necesaria una formación o una especialidad concreta. Entonces, se sabe que hacen falta médicos de Atención Primaria pero en qué grado aliento yo al estudiante de que esto es importante y de que si escoge esta especialidad va a tocar todo lo que está estudiando. Estamos en un país en el que el Ministerio no planifica qué cantidad de plazas en cada periodo MIR son necesarias, qué necesidad tiene la población de cada especialidad.
Ana de Santiago: Yo formé parte de la Comisión Nacional de Medicina de Familia durante ocho años, hasta hace dos, y sí que se hace un estudio sobre las necesidades de especialistas todos los años, previo a la oferta de plazas en el MIR, según una serie de ratios, los índices de jubilación, las expectativas de crecimiento de cada comunidad autónoma, etc. Todos los años se ofrece a Recursos Humanos del Ministerio un estudio con lo que desde la Comisión Nacional se recomienda como oferta de plazas MIR. Lo que pasa que es que ésta va ligada a los requerimientos económicos. No siempre se hace caso a las recomendaciones porque más ofertas de plazas MIR implica más sueldos que pagar. El estudio no se publica porque son actas de la Comisión Nacional de Familia, supongo que otras especialidades también lo hacen, pero supongo que si se pide nos lo darían.
Juana Sánchez: Creo que se hace en todas las especialidades, el Ministerio pide que lo hagas pero luego esas necesidades se ven mediatizadas. Tenemos que reconocer que el número de plazas que salen vayan a cumplir las expectativas lo que necesitamos.
José Barberán: En las especialidades hospitalarias cada hospital tiene un número de plazas para formar y las sacan casi siempre todos los años, por lo menos en Madrid. Las plazas que tienen de Medicina Interna y de Cardiología son como fijas y se cubren prácticamente todos los años.
Ana de Santiago: He sido jefe de estudios en el Hospital Universitario de Guadalajara hasta hace unos años y no siempre se han cubierto todas las plazas acreditadas, por cuestiones económicas. En cuanto a expectativas laborales, me gustaría hacer también una observación. ¿Qué es lo que le estoy ofreciendo al médico de Familia que sale de la residencia? Estoy ofreciendo suplencias, plazas de tarde de 14h a 21h. No hemos sabido encontrar un equilibrio entre la accesibilidad de los pacientes y que nuestras plazas sean algo compatible con la vida familiar. Un trabajo de 14h a 21h es una condena, y yo lo he sufrido durante ocho años. Hay que saber encontrar horarios flexibles y hacer compatible lo que es un derecho de la población con lo que es una mediana capacidad de vivir de forma normal para el médico. Los médicos estamos sujetos a unas condiciones laborales espantosas. El que haga alguien guardia 24 horas teniendo una hora para comer y siga trabajando por la tarde, ¿eso es de recibo? Hay que ser capaces de, como colectivo, negociar unos horarios laborales y una flexibilidad que lo haga compatible con una vida normal. Y eso también es una asignatura que tenemos por ganar.
Para José Barberán, en la Universidad el alumno se empapa del hospital, no de Primaria.
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Juana Sánchez: Hay que ser franco. Una persona que hace el mismo trabajo que otra debe de ganar lo mismo, bajo ningún concepto se le puede, o yo, por lo menos lo denuncio así, contratar de lunes a viernes, para que no cobre sábado y domingo y volver a contratarle a la semana siguiente.
Deberían salir más plazas y, además, la formación del médico de Familia se tenía que cambiar, en realidad la de todas las especialidades. Se debería remodelar un poco porque los tiempos cambian. Hay que volverse hacia la consulta virtual y establecer una continuidad asistencial que es fácil, ¿quién no lleva hoy en día una tablet?
Pero tenemos un hándicap que hay que denunciar: no utilizamos los mismos sistemas informáticos. El hospital tiene uno, Atención Primaria tiene otro, el acceso no siempre es el mismo: hablando de continuidad asistencial, nosotros mismos nos ponemos las piedras en el camino.
¿La Medicina de Familia ha sufrido especialmente la crisis que hemos vivido los últimos años, más que en el hospital?
Juana Sánchez: Yo creo que la hemos sufrido todos, no haría diferenciación. En la universidad igual, es algo que como lo ha sufrido todo el país, estés en el estamento que estés. A veces hemos hecho las cosas bien y otras veces regular o mal y hay que reconocerlo, pero no quedaba otra.
José Barberán: A nivel hospitalario, la carrera profesional se ha quedado ahí: un médico puede hacer durante toda su vida lo mismo, sin tener una carrera profesional. En sitios donde hay residentes tienes la ayuda, pero en hospitales donde no hay residentes puedes tener un médico de 60 años y es como cuando tenías 30: recibes al paciente, le haces la historia clínica, lo exploras, lo ves todos los días igual.
Los invitados al debate de Sanitaria 2000 exponen sus recomendaciones para hacer más atractiva la Medicina de Familia en el MIR.
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Conclusiones
Juana Sánchez: Soluciones, el favorecer que los médicos de familia estén en la universidad, explicando qué es la Medicina de Familia. Mayor rotación por los centros de salud, para que vean cómo es el día a día, sobre todo la visita domiciliaria, y otras actividades que a veces no pueden hacer porque no están así programadas. El que realmente sabe del número de plazas que hacen falta son las Comisiones Nacionales de las distintas especialidades, Y en este caso, de Medicina de Familia, y se deben de ofertar las plazas en función de esto.
Blanca Lucio: Establecer unos créditos fijos en cada universidad, porque sí que es verdad que la Medicina de Familia, a pesar de ser obligatoria, como no se contemple con créditos como tal los estudiantes no van a contemplarla como una posibilidad. Para darle prestigio, simplemente aumentar las prácticas y ver que existen Unidades Docentes de Atención Primaria, que existe la posibilidad de ver todas las oportunidades laborales, que no sólo es el centro de salud.
Ana de Santiago: Para mí, seguir como seguimos hasta ahora. Este año para nosotros es un año muy especial. Es el primer año que el 80 por ciento de las facultades de Medicina han tenido un grado en el cual la Medicina de Familia es obligatoria. El 20 por ciento ha implementado la Medicina de Familia en años anteriores, pero este es el primer año que podemos decir que realmente ha sido obligatoria y se han enseñado competencias específicas de Medicina de Familia en la facultad. Con lo cual, en este primer año podemos hacer un balance de lo que ha sido la formación en Medicina de Familia en la universidad y podemos analizar. Probablemente, y yo quiero creerlo, este año va a ser positivo y va a ser diferente en el MIR, porque este año sí que las cosas han cambiado y las encuestas así lo dicen, que todo el mundo está contento con nuestras prácticas. Mi mensaje es: seamos positivos, sigamos haciendo las cosas tan bien como las estamos haciendo hasta ahora, y cada vez un escaloncito más, porque vamos por el buen camino.
José Barberán: Desde la Universidad es un éxito que ya en todas las facultades, en el Grado de Medicina, la asignatura de Medicina Familiar Comunitaria sea obligatoria, con sus prácticas reglamentarias. En mi universidad debería trasladarse para cursos posteriores, no tiene mucho sentido estudiar Medicina Familiar y Comunitaria cuando estás dando la fisiopatología. Has acabado de estudiar: entonces, vas a ver cómo los médicos de Familia aplican la Medicina que has aprendido. Son los médicos de Familia en los que deberían estar mostrando lo que hacen para hacer competentes a los alumnos en vuestras actividades diarias.
Primera parte del debate.
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Segunda parte del debate.
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