Teresa Benedito, profesional en El Ejido (Almería) y secretaria general de la Sociedad Española de Médicos Generales y Atención Primaria (SEMG), es una de las tantas médicas de Familia que este año
ha decidido no seguir siendo tutora.
"Este año he renunciado. De hecho no tengo ningún residente, porque en mi centro de salud, de cinco médicos que trabajamos, ahora mismo estamos tres. No es consecuencia de bajas médicas ni por Covid-19, sino porque la Atención Primaria hace muchísimos años que está muy abanadonada y nos encontramos con una situación crítica", explica.
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Así que con dos compañeros menos (uno se fue en un traslado y otra ha dejado la sanidad pública para pasarse a la privada), y en vistas de que su refuerzo estival, una graduada que se prepara para presentarse por segunda vez al MIR, se va en agosto, ha decidio que no es momento deo tener residentes. "
No creo que pueda darle formación a la situación en la que se encuentra el centro de salud", afirma.
Renuncia "con todo el dolor del corazón"
Y esa renuncia la ha hecho "con todo el dolor del corazón". "
He disfrutado mucho a tener residentes. Me gusta muchísimo. Pero
es inviable hacer consulta con esta sobrecarga y ser responsable de la formación de un MIR. Por eso he rechazdo".
"Los centros de salud están desbordados. Hay un repunte de casos muy importante en población joven. Hay que hacer un esfuerzo muy importante en conseguir que se pueda vacunar esta población, que ahora mismo es muy vulnerable", afirma. Ahora están atendiéndolos, como al resto de casos Covid, que se suman a las demás patologías. "
En este último mes me he encontrado con tres pacientes de la consulta con diagnóstico de cáncer", explica. Su prioridad es sacar adelante la consulta. Y si no se consigue durante la jornada laboral, en la que se suman los avisos domiciliarios y las urgencias, menos va a poder dedicarse a la formación.
La pandemia Covid lo cambió todo
Sí tuvo una residente hace dos años. A ella le tocó terminar el MIR durante la pandemia. "Hasta entonces disfruté mucho de su año de residencia.
Es muy enriquecedor ser tutor. Te obliga a estudiar, a esforzarte mucho más. Es muy gratificante". Pero en marzo, con el Covid-19, todo cambió. Estuvieron sin la figura del rastreador hasta meses después.
"A los MIR se les cortó la residencia y se les derivó al hospital para atender las urgencias Se pararon las rotaciones. Hubo un parón", relata.
El residente no pudo beneficarse de ese periodo de formación que está estipulado que debe hacer. Eso supuso un antes y un después. Los médicos de Atención Primaria estamos viviendo muchas consecuencias muy duras. La sobrecarga se ha multiplicado y también derecho a tener acaciones después de un año de muchísimo trabajo. Hay mucha carga emocional, tanto en consulta con pacientes que han fallecido como a nivel familiar. Ha sido un año para el personal sanitario muy duro en el que hemos hecho un esfuerzo tremendo y muy poco reconocido", afirma.
Para ella,
coseguir que los médicos se queden en España y se mejoren las condiciones laborales y económicas es indispensable para que los médicos de Familia apuesten por seguir tutorizando a residentes en el futuro.
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