Detectar a todos los ciudadanos que contraen el coronavirus ha sido una máxima desde que empezó la pandemia del Covid-19. Inicialmente, la sanidad no tenían ni los protocolos ni las herramientas logísticas y pruebas diagnósticas necesarias para reflejar una incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes que fuera real. Posteriormente, tras dejar atrás la etapa más dura y con la llegada de la bajada de la incidencia el número de pruebas diagnósticas realizadas en función del número de casos generó un dato más fidedigno. Sin embargo, las circunstancias han vuelto a
sembrar la duda sobre la exactitud de un indicador epidemiológico que marca las medidas de la política sanitaria.
Una vez que los cribados masivos han quedado relegados, los centros de salud han asumido el papel protagonista en la detección de positivos. Algo que con el aumento de la demanda de pruebas ha vuelto a colapsar al primer nivel asistencial del Sistema Nacional de Salud (SNS). “He podido hablar con compañeros de todas las comunidades autónomas y
la cantidad de positivos ha aumentado en todos los centros con una demanda de pruebas diagnósticas que ha vuelto a desbordar”, explica José Polo García, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
En el mismo sentido se muestra Pilar García Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “Atención Primaria sigue muy desbordada y es
imposible que sea capaz de detectar a todos los positivos. La incidencia acumulada no refleja la realidad, hay infradiagnóstico”, explica. Para Polo García, la incidencia acumulada sí que refleja al menos el incremento de casos que se está viviendo en la Atención Primaria. "Los médicos estamos viendo el aumento de incidencia y
se están haciendo más test porque nosotros los estamos demandando. Además, está habiendo más catarro común por lo que se están haciendo más pruebas para descartar que es covid”, recalca
Una ausencia de pruebas entre asintomáticos y covid leve
Detrás de este ‘escape diagnóstico’ también hay otros factores a tener en cuenta como la alta tasa de vacunación que se traduce en una mayor sintomatología leve. “Uno de los mayores problemas para saber el número real de contagios son los asintomáticos, ya que
no saben que tienen el virus, pero sí que actúan como un transmisor del mismo”, señala Rodríguez Ledo.
Además, según detalla la vicepresidenta de SEMG, si Ómicron se convierte en prevalente habrá más cantidad de contagiados con
síntomas leves: “
Probablemente, estos no se hagan pruebas y, por lo tanto, no contarán en los registros”.
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