La semana pasada, el Gobierno cumplió su promesa y aumentó las plazas de
Formación Sanitaria Especializada en un 3,9 por ciento. En total, hay
8.772 plazas MIR disponibles para los futuros residentes. Las vacantes de
Medicina de Familia también aumentaron, a pesar de que este año
131 quedaron desiertas. Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) apuesta por
bajar el punto de corte "si fuera necesario" para poder cubrir todas las posiciones.
Para que no haya una repetición de lo sucedido en la última convocataria, Rodríguez pide un
"seguro de cobertura" para las plazas de Familia. "La situación actual de recursos humanos hace necesario que se incrementen las plazas.
Se deben ofertar el mayor número de plazas posibles que sean asumidas para una formación de calidad", indica. "Hay que poner todos los mecanismos para que no queden plazas desiertas", añade la presidenta.
Para SEMG, esto significaría que se recuperase la
"elección con información a tiempo real" y que se dispusieran formas para que no quedasen vacante, "como una OPE", señala. "Si para eso hay que
bajar el punto de corte, hay que bajarlo", apunta Rodríguez. "No podemos permitirnos el lujo de, con la necesidad que tenemos de formar a personas en Familia con calidad, que queden vacantes, es incoherente y no es admisible", añade.
La especialista explica que hay gente que se presenta al MIR pero con su nota no accede a la especialidad. "Esas personas, aunque sea
ilegal, por la falta que hay de recursos humanos, están siendo contratadas para
trabajar en muchas comunidades autónomas", indica, haciendo hincapié en que estos estudiantes carecen de formación que les habilitaría para ese trabajo y, por tanto, "es mucho mejor" que se le de forme como residentes.
Medicina de Familia en la universidad
La presidenta de SEMG reconoce que la falta de residentes en Familia es un
problema "complejo" y que "no se puede arreglar con parches". Rodríguez señala que es necesario "un abordaje desde la universidad". Entre sus demandas está
incrementar la presencia de Familia en la universidad: que haya profesores suficientes que impartan la asignatura de Familia, que esta sea una asignatura reconocida y no "camufable dentro de departamentos múltiples que ni siquiera lleven el nombre de Medicina de Familia". En definitiva, "que el alumno conozca la medicina de Familia tanto en la práctica como en la teoría desde el inicio", apunta.
María José Gamero, vocal de la
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), indica que, además de dar a conocer la Medicina de Familia en el grado, es necesario que haya
cupos "controlados" de residentes por cada tutor para ofrecer una "buena docencia". Para Semergen, el límite de 1.500 alumnos por tutor permitiría a estos dedicar horas a la docencia. "Hay que darle visibilidad a la Medicina de Familia y sus posibilidades. Y la administración debería intentar que los cupos donde se imparte docencia sean asumibles, donde el tutor pueda impartir la docencia y no tenga que ser todo asistencial", señala la vocal.
Ambas especialistas tienen claro que si no hay cambios,
volverán a quedar plazas vacías. "Si seguimos haciendo las cosas igual no hay capacidad de mejora", afirma Rodríguez. "Si no se hacen las plazas más atractivas, el resultado va a ser el mismo", sentencia Gamero.
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