La
Organización Médica Colegial (OMC) está profundizando en el debate de una posible
reespecialización entre los especialistas del
Sistema Nacional de Salud (SNS). Es decir, la posibilidad de que un facultativo pase de una especialidad a otra sin tener que hacer de nuevo el
examen MIR y su residencia pertinente. La
OMC propone un periodo de entre
dos y tres años de formación para que adquieran los conocimientos primordiales con los que poder llevar a cabo su labor en la nueva especialidad. Una opción que desde
Medicina de Familia no ven con malos ojos.
Según un informe reciente del
Sindicato Médico de Granada, en la sanidad española se darán dos escenarios en los próximos lustros. El primero es que la Medicina de Familia sufrirá un
déficit de profesionales, mientras que el segundo habla de un
superávit de internistas en el Sistema Nacional de Salud. En esa situación, los facultativos del
primer nivel asistencial creen que se podría dar esa
reespecialización de Medicina Interna a Medicina de Familia. Pero, para ello, la
especialidad cree conveniente que los internistas que quieran pasar a ser médicos de Comunitaria, deben formarse fundamentalmente en la
“atención al individuo, a la familia y a la comunidad”.
“Habría unas competencias específicas que serían las que tendrían que tener todos los residentes que pretenden dar el salto a otras ramas de las
especialidades médicas. Concretamente las de Familia, serían, sobre todo,
la atención al individuo, a la familia, a la comunidad, a los grupos especiales, y la investigación y docencia. Son esas las líneas en las que tendría que formarse el sanitario de forma sobreañadida”, detalla
María José Gamero, responsable del Área de Residentes y Tutores de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (
Semergen).
En esa labor de adquirir las competencias de la
Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC), desde la sociedad médica explican que en lo referente a la atención al individuo se encuentra, entre otras cuestiones, la asistencia de las
patologías cardiovasculares del paciente, las respiratorias y el trato con su entorno. En definitiva, saber y poder gestionar las “
situaciones clínicas que se dan”.
Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (
SEMG) apuntan a las diferentes enfermedades que atienden en una especialidad y en la otra. "Hay algunas patologías que no se ven en la formación del internista y que en la Atención Primaria se atienden. Hablamos, por ejemplo, de
enfermedades ginecológicas, oftalmológicas o incluso del otorrino. Estas no son el tipo de patologías que se abordan en la Medicina Interna", especifica Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta segunda de la SEMG.
Es decir, que las
especialidades en las que el internista que quiera pasar a Familia tendrá que hacer
más esfuerzo formativo son:
-
Cardiología
-
Ginecología
-
Oftalmología
-
Otorrinolaringología
Superación de pruebas para acreditar la aptitud en Familia
Por otro lado, Gamero indica que los
médicos de cualquier especialidad que quieran adherirse a Familia tendrían que haber superado un
examen para determinar sus conocimientos en las competencias principales, además de haberse iniciado en las
competencias específicas de la especialidad.
No obstante, en la Medicina de Familia inciden en que entre las cualidades fundamentales para trabajar en los
centros de salud se encuentra también la manera en la que se abordan las patologías de los pacientes. Tal y como afirma Rodríguez Ledo, el internista debería conocer las
condiciones que tienen en la especialidad para saber
diagnosticar y tratar la enfermedad: "No es lo mismo atender una
insuficiencia cardíaca desde el hospital, donde tienes acceso a toda serie de pruebas de laboratorio y radiológicas, que desde la Atención Primaria, cuando te manejas en un terreno de incertidumbre".
Además, desde la SEMG inciden en que una cosa es la parte teórica que se estudia en los periodoso formativos, y otra, cómo se lleva a la práctica esa teoría. "No es lo mismo la atención que se le presta a un
paciente crónico en el ambiente hospitalario que en el ambiente de Primaria, ni tampoco el seguimiento que se le hace. Y eso, no se aprende, aunque se haya hecho la
rotación", remarca Rodríguez Ledo.
Las competencias generales saldrán en el programa formativo
“Hay unas competencias que se denominan transversales, que serían comunes a todas las especialidades tanto médicas como quirúrgicas. Esas van a salir en el nuevo
programa formativo de la especialidad”, recalca Gamero. Un programa sobre el que
ya se han presentado las alegaciones por parte de las sociedades médicas de Medicina de Familia, y que busca, ahora, el visto bueno de las autoridades para su implementación. En dicho documento se especifica que algunas de esas competencias serían
“la bioética, la comunicación clínica y la seguridad del paciente”.
Además, en el hipotético caso de que se de el salto de Interna a Familia, en Semergen creen que el internista no partiría de cero, puesto que tendría ciertos conocimientos que le valdrían para desenvolverse en el primer nivel asistencial. Gamero cita, por ejemplo, las rotaciones que hacen los residentes, puesto que en algunas especialidades esas rotaciones son “comunes”, como es el caso de Interna y Familia. “Ya hay rotaciones por hospitales que son comunes, como en
Reumatología, Cardiología o Neumología, por lo que la cuestión no es que el internista desconozca completamente cómo funciona una consulta de
Atención Primaria”, argumenta a este diario.
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