Los cambios en los requisitos de la
Agencia Nacional Española de Acreditación, Aneca, han puesto las cosas más difíciles si cabe a los
médicos de Familia para que puedan ejercer la
docencia universitaria, por lo que “las facultades de Medicina se están quedando vacías”, sostiende el coordinador del grupo de trabajo de Universidad de
Semergen, Félix Suárez.
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Félix Suárez lamenta la poca presencia de la Medicina de Familia en la Universidad.
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“La Aneca, hace algo más de un año, cambió sus criterios y en principio se pretendía evaluar un perfil más
docente, más de gestión”, rememora. “Al final, ha sido peor, siendo mucho más difícil que cualquier médico que esté en la clínica pueda ejercer y tener su proyecto de
acreditación. Se pueden contar con los dedos de una mano los profesores acreditados como titulares”.
Suárez explica que se ha aumentado el criterio de investigación, pasando a ser más de un 60 por ciento del total del currículum. “Es difícil que los médicos de Familia tengan el 60 por ciento de su investigación en
revistas del primer nivel, porque las de Medicina de Familia no lo están”, lamenta.
Según expone, tiene que haber un equilibrio entre perfil investigador y perfil docente. “En los países anglosajones, en las universidades más prestigiosas,
existe un perfil docente de mucha importancia, y sin embargo la Aneca sigue poniendo el investigador a un 60-70 por ciento”.
Otro reto para la Medicina de Familia en la Universidad es “tener un departamento de Medicina de Familia propio, en el que estén incorporados todos los médicos de Familia en un mismo sitio y no en diferentes departamentos, como ocurre actualmente”, remata el coordinador de Universidad de Semergen.
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