Javier Cañones, médico de Familia en el Centro de Salud Isla de Oza y tesorero de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) de Madrid, lanza un mensaje de advertencia claro: “
Es fundamental cumplir con los tratamientos con antibióticos durante el tiempo determinado y la dosis recomendada”. ¿Qué supone su incumplimiento? Pues, a su juicio, “
cada vez que fracasamos con un tratamiento con antibióticos, estamos generando una posibilidad de resistencia a los mimos”.
Javier Cañones durante el III Congreso madrileño de la SEMG.
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La diferencia entre
cumplir o no con un tratamiento deriva en una eficacia del mismo de en torno al 30 por ciento, “algo que no es una broma”, ha explicado durante su intervención en el
III Congreso Madrileño de la SEMG. “Este porcentaje puede ser asumible para un paciente, pero para el sistema por el riesgo de aumentar la resistencia antibiótica”.
Una buena praxis médica pasa por advertir al paciente de los efectos secundarios, ha explicado Cañones, que ha centrado su exposición en
la erradicación de helicobacter pilory mediante cuádruple terapia.
Una patología en cuyo tratamiento se utilizan antibióticos y cuyos
efectos secundarios “son muy leves en la mayoría de los casos”. Por ello,
“es mejor que el paciente intente tolerarlos debido a los problemas de resistencia de antibióticos que genera el abandono de la pauta”.
¿Qué es el helicobacter?
El helicobacter pilory es una enfermedad con una prevalencia determinada a escala mundial del 50 por ciento, aunque se desconoce su incidencia en el caso de España. En la mayoría de los casos la infección se produce durante la infancia y en contextos de “bajo nivel socioeconómico”. Esto se debe a cómo se produce la infección: vía oral-oral u fecal-oral. Por eso, en aquellos entornos con mayor presencia de aguas fecales crece la presencia del Helicobacter, una enfermedad que, “por lo general es asintomática”.
Las principales consecuencias, tal y como ha expuesto Cañones, son las siguientes:
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Gastritis crónicas: 80 por ciento de los casos
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Atrodia y metaplasia intestinal: 15-29 por ciento
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Úlcera hepática: 15-20 por ciento
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Cáncer gástrico: 1 por ciento
Diagnóstico y tratamiento del Helicobacter
Respecto a los métodos diagnósticos invasivos, está la histología, la prueba rápida de la ireasa y el cultivo y antibiograma y, en el caso de las técnicas no invasivas, Cañones ha destacado la prueba de urea marcada en alimento, prueba de antígeno en heces y serología. En este sentido, es importante “evitar cualquier tratamiento antibiótico al menos cuatro semana antes” del diagnóstico, y suspender “la toma de IBP al menos dos semanas antes”.
En cuanto al tratamiento, el facultativo debe ofrecer tratamiento erradicador a todo paciente diagnosticado por helicobacter y comprobar la curación de la infección tras el tratamiento de todos los casos. Así, también sugiere el uso del tratamiento cuádruple sin bismuto concomitante. En caso de fracasar, propone el cuádruple con bismuto en cápsula única o con levofloxacino y bismuto. En caso de fallar como tratamiento el cuádruple con bismuto en cápsula única, siempre que el facultativo lo haya elegido como primera opción, optará por el cuádruple con levofloxacino y bismuto.
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