La
prevención del suicidio ha sido el tema sobre el que se han cimentado las 27ª Jornadas de la Sociedad Castellano-manchega de
Médicos Generales y de Familia (SEMG CLM) celebradas recientemente en Cuenca.
"El suicidio no se puede predecir, pero sí se puede prevenir. Para ello es importante conocer los factores de riesgo, los factores de protección y las señales de alarma, pues, según sean unos y otros, hay más o menos
probabilidades de suicidio", puso de manifiesto, el psicólogo Enrique Galindo, uno de los expertos encargados de hablar en este congreso de la prevención del suicidio desde las consultas de Medicina de Familia.
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La gente en realidad no quiere morir, lo que quiere es dejar de sufrir, se halla en una ambigüedad en la que es posible intervenir, para ello es preciso hacerles dudar y hablar con ellos, sobre todo en
Atención Primaria que es la puerta de entrada para las personas con ideación suicida", reiteró en experto, que aseguró que "hablar salva vidas, el silencio mata".
Por su parte, Francisco Celada, enfermero de urgencias y psicólogo, explicó ante los presentes los factores contribuyen a este problema. Por un lado, comentó la
existencia de mitos y tabúes que dificultan la identificación de los factores de riesgo y las señales de alarma. Por otro, el estigma social y el silencio en torno al suicidio que obstaculizan que las personas afectadas busquen ayuda. "Existe una creencia errónea de que el suicidio es un asunto privado y una elección personal, ignorando las adversidades que pueden influir en la capacidad de tomar decisiones", aseguró y subrayó que: "la comunicación y
divulgación responsable sobre el suicidio son fundamentales, evitando tanto el silencio absoluto como el sensacionalismo".
Cómo prevenir el suicidio
Celada también coincidió en que la prevención del suicidio es posible. "Existen programas y recursos a nivel mundial, nacional y regional, y cualquier persona con la debida formación puede
desempeñar un papel en la prevención. Todos tenemos derecho a vivir una vida digna y nadie merece morir de esta manera. Es esencial recordar que el derecho a la vida es fundamental y que cada individuo puede encontrar su propio propósito y sentido en ella", aseguró el enfermero.
El psiquiatra Alfredo Guerrero, que fue otro de los expertos que participó en las jornadas, consideró que uno de los retos de la farmacología antigua y sobre todo moderna, por la
alta tasa de suicidios, es el tratamiento farmacológico en la prevención del suicidio. "Se trata en parte de una quimera porque podría interpretarse una manera de modificar la voluntad de un paciente con fármacos, sin embargo, existe una gran experiencia con muchos psicofármacos, destacando a nivel de eficacia por encima de los demás las clásicas sales de litio y los controvertidos antidepresivos y más recientemente los compuestos glutamatérgicos", destacó.
En España, se registran cerca de 4.000 muertes por suicidio al año (4.097 en el 2022), tres veces más que las muertes por accidentes de tráfico y más de
setenta veces más que las muertes por violencia contra las mujeres. A nivel mundial, se producen más de un millón de muertes por suicidio cada año, lo que equivale a una muerte cada cuarenta segundos. Estas cifras superan con creces las muertes causadas por todas las guerras en activo, según advirtieron los expertos.
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