"Un médico de Familia tiene que tener claro que las
urticarias no son casi nunca
alergias. Tampoco hay que tener miedo a los
antihistamínicos. El tratamiento de elección son estos fármacos de segunda generación administrados hasta cuatro veces su dosis licenciada", cuenta a
Redacción Médica Mireia Serrano, coordinadora del
grupo de Dermatología de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (
Camfic).
"Si a las cuatro semanas no ha habido una buena respuesta al tratamiento, el segundo paso sería aumentar los antihistamínicos de segunda generación vía oral. Y, sobre todo, es importante buscar los
factores agravantes o desencadenantes de la urticaria, entre los que destacan por ejemplo los
antiinflamatorios", añade.
Serrano ha participado en la
Guía clínica para el manejo de la urticaria en Atención Primaria, elaborada conjuntamente entre médicos de Familia y dermatólogos, y "destinada a ayudar a los compañeros de
Atención Primaria y
Pediatría, porque la urticaria puede afectar a la población de cero a 120 años". Reconoce que a la hora de redactarla se dieron cuenta de los retos ante los que se enfrenta un profesional sanitario que no es dermatólogo: "El primero es diferenciar que está frente a una urticaria. El segundo, evitar que se confunda urticaria con
alergia. Y, por último, el manejo, no solamente terapéutico, sino hacer una buena
anamnesis para llegar al diagnóstico y anticipar, si se puede, el factor desencadenante o los agravantes".
¿Cuándo hay que derivar al paciente
Dermatología? "En el momento en que el médico de AP dude sobre el diagnóstico porque haya una
presentación atípica de esta urticaria, cuando el manejo sea difícil –por ejemplo, que ya se haya subido hasta cuatro veces la dosis licenciada de antihistamínicos– o cuando se produzcan varias
exacerbaciones y sea necesario aplicar
cortisona. Lo ideal es no esperar y derivar a Dermatología, porque hoy en día existen terapias de tercera línea para tratar urticarias, entre las que destacan los
anticuerpos monoclonales y los
antileucotrienos".
La formación, necesaria
Aparte de la guía, Mireia Serrano participa en jornadas donde enseña a profesionales de AP cómo deben actuar ante la urticaria: "La formación es un pilar fundamental para mejorar en cualquier especialidad médica. La urticaria, por ejemplo, ha sufrido cambios, tanto en su
clasificación como en el
manejo terapéutico, y esa información no ha llegado a todo el mundo con la misma rapidez".
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