En una rueda de prensa para presentar el resultado del concurso convocado en noviembre, el director del VHIR, Joan Comella, ha celebrado que el proyecto ganador se caracteriza por aportar un edificio emblemático, además de apertura a la ciudad, inclusividad, accesibilidad, amabilidad y acogida.
"Para nosotros hoy es un día histórico. Estamos haciendo una transformación de la organización basada en la participación de los profesionales y centrados en el enfermo", ha dicho el gerente del Hospital Vall d'Hebron, Vicenç Martínez, en el inicio de su discurso.
El arquitecto Antoni Ubach ha resaltado que el Vall d'Hebron es una pequeña ciudad por donde cada día circulan 50.000 personas -la mitad de los que entraron cada día en el Aeropuerto de El Prat el año pasado-, y que actualmente registra un caos de edificios percibidos como un "laberinto".
Además de levantar un edificio de investigación con aires mediterráneos, aprovechamiento de luz, un patio central, una gran azotea y creación de terrazas, el proyecto también prevé construir un nuevo edificio de recepción para aportar dignidad y humanización a la entrada de un hospital que, de entrada, se puede mostrar hostil.
De esta forma, en la zona donde se encuentran la cafetería y módulos prefabricados se plantea crear un nuevo vestíbulo a pie de la Ronda de Dalt con una plaza cívica delante con agua y esculturas, que podría acoger una nueva parada de Metro y paradas de autobús para convertirse en nudo de conexiones y ordenar tráfico interno.
Ello implicaría una cobertura de la Ronda de Dalt, y cambios y disposiciones a dialogar con el Ayuntamiento de Barcelona, unas medidas que los promotores y ganadores del concurso no han podido hablar con el consistorio por encontrarse el proyecto en una fase inicial de la hoja de ruta: "Esta operación idílica puede durar hasta 40 años en completarse", dice Ubach.
Se trata no solo de transformar un hospital y un instituto de investigación, sino de "transformar una ciudad un poco olvidada", ha resaltado Badia, que ha hablado de crear una rambla y unas escaleras mecánicas que suban desde la cota de la ronda hasta la montaña y que se conviertan en columna vertebral del campus.
El proyecto, que Badia ha definido como un "sueño con criterio" para superar los graves problemas que sufre el hospital, prevé eliminar el tráfico rodado del campus -con un gran aparcamiento en la entrada- para que todo el desplazamiento se pueda hacer con transporte público y escaleras mecánicas.