La
impresión en tres dimensiones (3D) abre una vía médica inexplorada
: la planificación quirúrgica en
cirugía cardiovascular. Un equipo de especialistas de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista del
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz-Grupo Quirónsalud ha logrado tratar con éxito un aneurisma cerebral, mediante la implantación de un nuevo dispositivo de embolización por medio de un cateterismo cerebral
, gracias al ensayo previo realizado con una réplica vasal en 3D.
En efecto, para llevar a cabo la intervención, pionera en la Comunidad de Madrid, fue necesario
diseñar antes una réplica de la circulación cerebral del paciente mediante una impresora 3D
, lo que permitió realizar una planificación exacta de la operación, conocer con antelación las posibles complicaciones técnicas y por tanto ofrecer al paciente un tratamiento seguro y personalizado.
Reproducción de arteria cerebral impresa en tres dimensiones y utilizada para planificar la intervención posterior.
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Los aneurismas cerebrales, que
afectan hasta al ocho por ciento de la población en distinta medida
, son ensanchamientos anormales de las arterias cerebrales que, al crecer, pueden presionar distintos nervios provocando síntomas como problemas oculares o adormecimiento de la cara.
En caso de rotura, las consecuencias pueden ser muy graves para el paciente, que puede experimentar desde una cefalea intensa hasta crisis convulsivas, coma e incluso fallecer.
Según
Mario Martínez-Galdámez, jefe de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista del centro sanitario, gracias a esta novedosa técnica “es posible tratar aneurismas cerebrales con un solo dispositivo y en el transcurso de una intervención quirúrgica de apenas una hora de duración”.
La Fundación Jiménez-Díaz, a la cabeza en esta clase de cirugía
Esta operación sitúa además al
equipo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz-Grupo Quirónsalud en el grupo de cabeza del tratamiento endovascular de los aneurismas cerebrales y permite integrar a la Unidad en los
principales ensayos clínicos europeos en este ámbito.
“Al tratarse de un procedimiento intervencionista, únicamente requiere de dos a tres días de ingreso y un corto preoperatorio, por lo que el paciente puede volver a hacer su vida normal en un plazo corto de tiempo”, ha subrayado el especialista.
Configuración de pétalos entrelazados
El dispositivo implantado, denominado
Medina Embolization Device, está compuesto por una aleación de metales dispuestos en una configuración de pétalos entrelazados que conforman una cesta esférica que consigue evitar la entrada de sangre dentro del aneurisma cerebral.
“El hecho de evitar la cirugía, y de tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo con un nivel de precisión desconocido hasta ahora, nos permite ser muy optimistas de cara a generalizar este tipo de tratamiento en el futuro”, ha concluido Martínez-Galdámez.
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