Solo
uno de cada 100 hospitales españoles es
completamente eficiente energéticamente, es decir, cuenta con un
certificado energético con la calificación A o B (las que representan a los edificios más ‘verdes’, es decir, más eficientes en términos de energía).
Así lo ha puesto de manifiesto
Fernando Durbán, responsable de Eficiencia Energética del Grupo Empresarial Electromédico (GEE), durante la inauguración del
IX Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, un evento organizado por
Redacción Médica, con el patrocinio de
Carburos Médica y la colaboración de
Camfil,
Ferrovial Servicios y
Grupo Empresarial Electromédico (GEE).
La Ingeniería Hospitalaria reflexiona sobre los nuevos modelos de gestión sanitaria.
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En su intervención, Durbán ha asegurado que, con estos resultados,
“hay un potencial de mejora enorme” en cuanto al consumo de energía de las infraestructuras sanitarias, especialmente teniendo en cuenta que
los hospitales españoles tienen, de media, 35 años de antigüedad y cuentan con escasa inversión en infraestructura. De hecho, ha ahondado el experto,
casi el 30 por ciento de los equipos sanitarios tienen menos de 5 años de antigüedad y un 44 por ciento, más de 10 (cuando lo ideal sería que el 10 por ciento de la tecnología tuviera más de 10 años de antigüedad).
“El
cambio climático es ya una realidad y, en concreto, el incremento de la temperatura”, afirma el responsable de Eficiencia Energética de GEE. Para combatirlo, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha marcado una serie de objetivos claros de neutralidad climática hasta 2050:
reducción de las emisiones de efecto invernadero del 40 por ciento actual al 55 por ciento en próximos años y aumentar la participación de las
energías renovables, para que supongan hasta un 40 por ciento del total.
Estos ambiciosos objetivos supone que todas las entidades, también las del sector sanitario, implanten una serie de requisitos inmediatamente:
aumentar la inversión en las instalaciones, elevar la participación de las energías renovables de autoconsumo y
gestionar sistemas de información más potentes e interconectados.
En este sentido, Durbán ha puesto sobre la mesa una serie de ejemplos de nuevos instrumentos de gestión para mejorar la eficiencia energética del hospital: desde la
detección de presencia (a través de una gestión total de los espacios); hasta fórmulas de
mantenimiento sustitutivo (una fórmula para la renovación tecnológica constante y eficaz para los equipos tecnológicos).
La mesa de debate 'Ingeniería Hospitalaria: nuevos instrumentos de gestión' ha contado con la participación de Alberto López-Rosa, Fernando Durbán y Jesús Martín, y ha sido moderado por Miriam González, directora de Gestión y de Servicios Generales de la Gerencia de Atención Primaria de Cantabria.
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Las seis claves para un instrumento de gestión eficiente
Por su parte,
Alberto López-Rosa, jefe del Servicio de Mantenimiento del Hospital Puerta de Hierro, ha explicado la necesidad de contar con “herramientas potentes” de gestión hospitalaria que evalúen
el inventario de los centros, el coste de las instalaciones y el tiempo de los procedimientos.
Unas herramientas de gestión que deben contemplar
seis elementos claves para ser eficientes, según ha indicado el experto. La primera es la
información (adecuada, veraz, fiable y extraíble) que permita recabar información en tiempo real de las necesidades de renovación tecnológica de los equipos sanitarios.
La segunda clave es que ese instrumento de gestión eficiente debe estar asistido por el
software GMAO (siglas para definir la Gestión del Mantenimiento Asistido por Ordenador) que incluya información del número de pacientes que trata cada sistema tecnológico, su antigüedad, coste, averías y tiempo de uso.
El tercer aspecto esencial es integre un
cuadro de mando integral (CMI) con datos a tiempo real para planificar la renovación tecnológica y para gestionar los contratos con los proveedores. El cuarto aspecto clave a tener en cuenta es
valorar la eficiencia energética de los nuevos instrumentos de gestión (en la red de iluminación, instalaciones de frío/calor, etc.).
El quinto elemento es la valoración de tender hacia
edificios inteligentes (a través de gestión de espacios, sensores de presencia, tecnología de CO2, control inteligente, etc.) y la suma, en sexto lugar, de
la innovación en sanidad, a través del big data y la inteligencia artificial (IA).
¿Cómo reducir el consumo energético del hospital?
En esta línea,
Jesús Martín, director económico del Hospital Marqués de Valdecilla, también ha presentado a los conferenciantes otros nuevos modelos de gestión, a través de la eficiencia en la utilización de los locales y su tipo de actividad. “El objetivo es conseguir
reducir el consumo de energía, el impacto presupuestario y en el medio ambiente, a través de la sensorización, la aplicación de datos, la
modelización de algoritmos y la toma de decisiones, a la vez que aumentamos el rendimiento de la infraestructura”.
En este sentido, Martín ha explicado una serie de ejemplos de nuevos modelos de gestión eficiente en los centros hospitalarios: del
cambio en la ocupación de las salas de espera (a través de las herramientas que miden el porcentaje de ocupación), a la
mejora de la eficiencia del proceso (con una rápida identificación de los equipos sin uso y una disminución del tiempo de respuesta ante una emergencia), a la
identificación de flujo de profesionales y pacientes en circuitos cerrados del hospital (con una correcta señalización y planes de evacuación), o la
automatización y logística de los procesos asistenciales (con la automatización y logística de ciertas técnicas e intervenciones, como las pruebas de diagnóstico o de quirófano).
“Las nuevas tecnologías son ya una realidad, por lo que la clave del cambio estará en la implementación de éstas en los hospitales”, ha asegurado Martín. “Utilicemos estas herramientas, no solo para la gestión energética y el gasto hospitalario, sino también valorar el uso que le damos a las instancias”.
Un momento de la mesa de debate del IX Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria.
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