La importancia de adaptar las infraestructuras sanitarias a las necesidades que presentan los pacientes de salud mental ha desencadenado un cambio de paradigma en el diseño de las áreas de
Psiquiatría de los hospitales españoles. Las últimas tendencias en el campo de la
arquitectura y de la ingeniería se han centrado en buscar soluciones técnicas enfocadas a favorecer su estancia y acompañar la labor asistencial. Explotar el uso de la
luz natural o incorporar medidas de
seguridad en cada uno de los elementos de estas plantas son las dos grandes líneas de actuación que ya se están aplicando en España.
Estas novedades ya han quedado plasmadas, por ejemplo, en el
Hospital Ramón y Cajal de Madrid que ha realizado recientemente una reforma integral de esta sección para renovarla y acompasarla a la realidad del campo de la Psiquiatría. El espacio se ha ampliado hasta los
1.100 metros cuadrados, cuenta con capacidad para albergar
500 ingresos anuales y acoge también la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
La luz se ha convertido en uno de los sellos diferenciales en las áreas destinadas a la salud mental. El equipo que ha diseñado los cambios en el Ramón y Cajal han apostado por dar cabida a
salas polivalentes, espacios de terapia ocupacional, un comedor o una sala de estar que no están presentes en otras zonas del hospital. El objetivo era que todos ellos contaran con un buen numero de ventanas al exterior para explotar las horas de sol. “Son pacientes que no están tanto tiempo en la habitación, no es como un enfermo encamado, sino que
es muy importante todas las necesidades de espacios”, ha explicado a
Redacción Médica, Beatriz Blanco, la jefa del Servicio de Ingeniería, Tecnología y Obras del centro.
La otra gran clave a la hora de diseñar este tipo de áreas es
la seguridad. Buena parte de las innovaciones más recientes se han dirigido a los circuitos de paso, tanto de pacientes como de personal sanitario o familiares. El uso de
esclusas de doble puerta en los accesos para evitar fugas,
lectores automáticos para el ingreso de acompañantes o un
sistema de cámaras de vídeo gestionado desde el Control de Enfermería son algunas de las novedades.
“Hay un sistema de desconexión. Puede ser que por cualquier razón el paciente se ponga agresivo en la esclusa o se estropea el sistema. Para eso
hay una tarjeta de seguridad en el Control que libera todas las puertas para ir a socorrer al sanitario”, ha relatado la responsable de ingeniería del hospital.
Materiales irrompibles en Psiquiatría
La evolución en el sector también ha traído cambios con el uso de materiales que ahora se emplean en las nuevas unidades de Psiquiatría. A diferencia de otras plantas,
los cristales de los espejos o ventanas son de plástico, los lavabos de los aseos de
acero inoxidable y los cuadros eléctricos se han sacado de las habitaciones para
evitar que los pacientes puedan autolesionarse con alguno de los elementos.
En la misma línea, se han anclado a la pared objetos como la alcachofa de la ducha, se ha instalado
cerraduras reforzadas en las ventanas y las tomas de los gases médicos, se ha retirado la barra de los armarios empotrados o se han eliminado los estores de separación entra camas. Mientras que las puertas de las habitaciones se abren hacia fuera. Unas particularidades que no están presentes en ninguna de las otras áreas del hospital. “Es muy importante que sea un espacio seguro tanto para el paciente como para el personal sanitario”, ha apostillado Blanco.
A nivel arquitectónico, el diseño de un área de Psiquiatría también requiere de algunas necesidades especiales. Los técnicos del Hospital Ramón y Cajal han diseñado un espacio que pivota en torno a una
plaza central que siempre está visible desde el Control de Enfermería. Mientras que han reducido la la presencia de puntos negros en los que un paciente pueda quedar escondido y tampoco han dejado a la vista
ninguna columna.
Toda esta batería de medidas también lleva aparejado un coste extra. Según las estimaciones del equipo de ingeniería, la puesta en marcha de un área convencional de hospitalización ronda los
1.600 euros por metro cuadrado, mientras que en Psiquiatría el presupuesto puede llegar a elevarse hasta los
2.000. “Los mecanismos de seguridad son lo que más encarece”, ha agregado Blanco.
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