Actualmente la
emergencia climática ha dejado de ser un
problema futuro para convertirse en una realidad que no
puede ser pasada por alto. La
Unión Europea ha llegado a reconocer que uno de los edificios más
contaminantes y
generadores de residuos son los
centros hospitalarios, y debido a ello el
Hospital Universitari Mollet-Barcelona defiende una mirada de
responsabilidad social corporativa a gran escala. El pasado año lograron el premio Plata de los
Ashikaga-Nikken Excellence para los
Hospitales Verdes, organizado por el
International Hospital Federation, y ahora su próxima meta es seguir reduciendo las
emisiones de CO2 y cumplir los compromisos de la
Cimera de Acción Climática impulsada por la
Generalitat de Catalunya.
Jaume Duran, especialista en Medicina Familiar i Comunitaria y director general de la
Fundació Sanitària Mollet, afirma en
Redacción Médica que la
construcción del hospital, ahora hace 12 años, se realizó siguiendo un cambio estratégico que afectase a “ámbitos de tipo laboral, buen gobierno, económico etc, y uno de ellos, además del social, es el
medioambiental. A partir de aquí nace el proyecto y hemos ido aprovechando varios elementos para consolidarlo y convirtiéndolo en un
ideal de hospital que tiene más notoriedad que nunca”.
Apostar por el medio ambiente dentro de los centros sanitarios consiste, según Duran, en “ser
coherente y
corresponsable. En los hospitales se llega a consumir mucha energía las
24 horas durante los
365 días del año. Ser parte del problema nos obliga a ser parte de la solución”. Además, el director general recuerda que en el hospital “recibimos los
efectos de salud directamente relacionados con el
cambio climático que son muchos, como por ejemplo enfermedades cardiovasculares, respiratorias, alérgicas, nuevas infecciones etc. Recibimos las consecuencias y tenemos que estar comprometidos”.
"En el hospital recibimos los efectos de salud relacionados con el cambio climático"
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Uno de los elementos usados para contrarrestar la emergencia climática en el hospital yace en sus propios cimientos, debido a una clara apuesta por la
arquitectura sostenible. “Decidimos aprovechar al máximo el
terreno natural, sin apenas transformar la
realidad de la naturaleza. Otro aspecto que tuvimos en cuenta fue el procesamiento de la
luz, determinante a la hora de orientar las consultas y los espacios dónde hay flujos de pacientes. En nuestro caso la habilitación de
patios interiores ha facilitado que todos los lugares de trabajo y en los que el paciente esté hospitalizado cuentan con
luz natural. Aparte del
impacto emocional y del
bienestar que supone, nos vincula con la naturaleza generando un ahorro directo del 40 por ciento del consumo eléctrico. Hacer los hospitales con esta
mentalidad sostenible facilitará en un futuro todo el concepto de bienestar emocional y de gestión medioambiental”, puntualiza Duran.
Concienciación cultural para luchar contra el cambio climático
El Hospital de Mollet quiere seguir la estela de muchos otros centros sanitarios, fomentando una
concienciación cultural con la emergencia climática. Duran explica que “a nivel europeo cada vez hay más
sensibilidad sobre este tema. Un ejemplo parecido sería el del
coche eléctrico. No es un tema de consumo ni de ahorro, sino de concienciar. Realizar una arquitectura sostenible no resulta más caro. Es necesario pensar en cómo queremos orientar la disposición de los espacios. Es mucho más eficiente un espacio de 3 metros bien orientado que de 5 mal orientado. La
limitación estructural no tiene que ser una barrera. No todo tiene que ver con paredes o infraestructura. Siempre hay recorrido por hacer y pienso que cada vez hay más sensibilidad, principalmente en el
norte de Europa:
Suiza,
Alemania y otros países como
Canadá o
Japón han logrado crear un compromiso en relación con la
responsabilidad social.
Llevar a cabo una
gestión correcta de los
residuos, reducir el impacto
acústico y
lumínico en espacios de trabajo y asistenciales ha permitido, según el director general, “mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y permitir a los pacientes interiorizar mucho más
el ritmo de la vida de forma natural, facilitando su recuperación y bienestar”.
"Cada vez hay más sensibilidad con la emergencia climática, sobretodo en el norte de Europa"
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Defender esta conciencia y
contar con un compromiso con el medio ambiente permitió al hospital lograr el segundo premio a nivel mundial como
Green Hospital dentro del
44º Congreso Internacional de Hospitales. Duran recuerda que “quisimos explicar nuestro relato de 10 años, logrando hasta ahora reducir un 71 por ciento las emisiones de CO2. El reconocimiento confirma el propósito y ofrece ánimos a seguir apostando por este camino, que en un contexto de emergencia climática parece que es la dirección correcta. No cambiaremos sustancialmente nada, pero participaremos y continuaremos este camino. Si queremos mejorar la calidad de vida y salud de las personas, no se puede obviar esta
responsabilidad con el
medio ambiente”.
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