Los alimentos mediante impresión 3D serán una realidad en los menús hospitalarios en dos años. Así lo vaticina Emilio Sepúlveda, el fundador de Natural Machines, la empresa española que ha inventado la primera impresora de comida capa a capa del país y cuyo invento ya se está aplicando en el sector sanitario, concretamente, en un hospital madrileño y en un centro de nutrición del País Vasco.
Foodini, como así se denomina este robot de cocina digital, está especialmente diseñado para la alimentación, ya que imprime un número ilimitado de ingredientes en varias texturas y formas. Su precio en el mercado es de casi 4.000 euros y se está abriendo hueco tanto en restaurantes, como hoteles y hospitales.
En sanidad, “esta tecnología permite a los médicos tener un seguimiento exhaustivo de la dieta de sus pacientes”, especialmente en aquellos con disfagia (bien porque sean mayores o hayan padecido cáncer), y tengan más complicaciones al tragar la comida, explica Sepúlveda a Redacción Médica. “Con Foodini, el personal sanitario sabe cuántos nutrientes tienen los alimentos que consumen los pacientes y permite sustituir las píldoras que toman por platos muchos más apetecibles”.
Sin embargo, las reacciones de los pacientes ante este tipo de tecnologías son diferentes, tal y como reconoce el fundador de Natural Machines. Si saben que su comida está previamente impresa por una máquina “no la comen y la rechazan”, mientras que si el sanitario se la da a probar sin contarle el proceso, “la opinión es totalmente positiva”.
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