El
transporte de órganos mediante drones no es una cuestión de ciencia ficción. Esta nueva fórmula para conectar de manera rápida y eficiente los hospitales lleva tiempo sobre la mesa del sector de la ingeniería española. Sin embargo, su aplicación todavía está marcada por la necesidad de mejorar las prestaciones de estos dispositivos para que cuenten con
una mayor autonomía y un sistema de
control remoto a larga distancia.
Pedro Oñorbe, uno de los vocales de Comisión Directiva de la
Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), ha detallado que buena parte de esta demora está condicionada por las limitaciones que presentan todavía las
baterías. Actualmente la mayoría de los
drones de ala rotatoria cuentan con un sistema de carga que apenas les permite permanecer en el aire entre
12 y 15 minutos, lo que lastra la posibilidad de hacer viajes con seguridad. “La gran dificultad es la poca autonomía”, ha relatado a
Redacción Médica.
El otro hándicap que ha condicionado su implantación a día de hoy es el desarrollo de
un control remoto efectivo. Actualmente, los drones más utilizados en el mercado se pilotan in situ a una distancia de
no más de un kilómetro del operador. Algo que fuerza a acompañarlos con
un coche, lo que hace que su uso en el transporte de bienes sanitarios carezca de sentido.
Sin embargo, Oñorbe ha calculado que la industria podría tener solucionados estos dos problemas a corto plazo si las investigaciones que ya están en marcha dan sus frutos.
“En dos o tres años puede que lleguen a volar durante una hora y que los puedas mandar en remoto a
100 kilómetros de distancia”, ha vaticinado el experto que también forma parte de la Asociación Española de Teledetección (AET).
Los drones en el transporte intrahospitalario
Las particularidades de los drones dificultan que puedan
transportar grandes cantidades de peso de manera coste-eficiente ya que un dispositivo de un precio que puede alcanzar los
5.000 euros actualmente apenas soporta una carga de
2 kilogramos. Eso convierte al
transporte por carretera en una realidad a largo plazo para trasladar grandes partidas de medicamentos o de material sanitario.
Sin embargo, sí que pueden resultar útiles para aquellos traslados que pesen menos y que reviertan una mayor urgencia, como es el caso de los
órganos destinados a trasplantes o la
sangre para trasfusiones. Esta realidad ya la han tenido en cuenta países como
Ruanda que ha comprobado que es posible reducir los tiempos de entrega de las bolsas gracias a esta tecnología, según ha revelado en un estudio la revista científica
The Lancet.
Si finalmente se resuelve el problema de la autonomía y el control remoto, esta posibilidad podría cobrar vida en
España. Algo que para Oñorbe se podría poner en marcha con apenas unas
reformas sencillas en los hospitales para establecer zonas de recepción y envío de drones. Así como un
sistema de comunicación desde el aeropuerto para controlar el viaje de un punto a otro.
La otra clave en el desarrollo industrial pasa por llevar a cabo un estudio sobre la confección de las pequeñas aeronaves para garantizar que no despierten ningún problema de índole sanitario o de salud pública.
“Los drones tendrán que estar homologados para que no transporten ningún
virus que pueda entrar en un hospital”, ha apuntado.
Internet limita la entrada del dron en los hospitales rurales
Otro de los potenciales beneficios que presenta la incorporación de los drones al sistema sanitario es la
entrega de suministros en las zonas rurales que están más alejadas. Es el punto de partida que ha planteado Ruanda con sus primeros pasos y algo que podría ser un potencial aliados para los
hospitales y centros de salud de la España vaciada. Pero el gran problema en esta situación es la necesidad de una
gran cobertura de internet.
Mientras que en los núcleos de las ciudades la conectividad a velocidades
4G está completamente implementada, Oñorbe ha advertido sobre las “sombras” que se producen en algunos lugares menos accesibles de varias provincias españoles, en los que sería necesaria una i
nversión en repetidores de telecomunicaciones para ampliar la cobertura. “Tienes que tener un radio de acción unificado”, ha apuntado. Algo que puede atrasar algo más su potencial aterrizaje.
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