La empresa española Bioinicia está revolucionando el sector biomédico y farmacéutico. ¿Su novedad? Es la primera fábrica del mundo que está desarrollando, por un lado, recubrimientos cutáneos y de implantes, y por otro, elementos que liberan, de forma controlada, fármacos, a través de nanofibras. Uno de sus cofundadores, Hipólito Montejano, revela a Redacción Médicas las principales características de esta innovación.
¿En qué consiste exactamente Bioinicia, la fábrica de nanofibras qué han impulsado?
Es la primera fábrica del mundo de materiales basados en fibras ultrafinas obtenidas por electroestirado en sala blanca que opera bajo certificación GMP y que comprende desde la recepción de la materia prima hasta el envasado del producto biomédico. Está diseñada para fabricar y convertir en producto comercializable más de 50.000 metros cuadrados (en su configuración actual) de material basado en micro-, submicro- y nanofibras de polímeros grado biomédico y/o farmacéutico.
¿Existe un invento similar a nivel mundial?
Existen otras pequeñas empresas que desarrollan productos en escala de laboratorio o piloto, algunas con nuestra maquinaria, pero ninguna similar a nuestra fabrica. Hemos tenido que escalar una tecnología de fabricación que nadie hacía a nivel industrial en aplicaciones bio.
¿Qué elementos emplea para producir nanofibras?
Típicamente, cualquier polímero permitido o experimental con o sin fármacos incorporados en su composición. También podemos incluir en las fibras cualquier tipo de aditivo o nanoaditivo funcional. En general es la forma de procesar los materiales de uso médico no su constitución lo que nuestra empresa aporta.
¿Qué aplicación tiene en sanidad?
Muchas y muy variadas, principalmente en recubrimientos cutáneos y de implantes, en medicina regenerativa (artículos biomédicos en 2D y 3D) y en liberación controlada de fármacos.
El material fabricado tiene la misma estructura que el tejido humano descelularizado y por tanto es fácilmente reconocible y colonizable por las células humanas. También permite hacer nanocápsulas diseñadas a medida.
A esto se suma la capacidad de estructurar el material en cualquier forma, tamaño y grado de porosidad y de incorporar en las propias fibras fármacos o factores de crecimiento.
¿Cómo cambia la manera de trabajar del ingeniero hospitalario y del médico?
Ponemos a disposición del sector biomédico la posibilidad de mejorar e incluso tratar enfermedades, algunas crónicas tales como el liquen plano oral (OLP). O en medicina regenerativa, dada la facilidad para la bioasimilación por el cuerpo de los artículos biomédicos resorbibles o permanentes manufacturados según nuestra tecnología.
Estamos abiertos a colaborar con empresas farmacéuticas, biomédicas, hospitales y cirujanos para resolver sus problemas de aplicación o de funcionalidad.
¿De qué manera beneficia al paciente? ¿Qué ventajas le aporta?
Como resultado de lo descrito se ofrece al paciente nuevos productos hechos siempre con materiales certificados para su uso biomédico más fácilmente implantables y reconocibles por su organismo que permiten acelerar su curación y en otros casos simplemente soluciones a problemas que no tienen un remedio eficaz en la actualidad.
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