A día de hoy no existe ninguna duda de la importancia que representa
la instalación de ventilación y climatización en los hospitales. Además de colaborar al confort del personal sanitario, de los pacientes y sus familiares,
reduce los microorganismos nocivos, colabora a la curación de determinadas patologías y
controla el flujo direccional del aire, entre otras medidas.
Esta instalación se ha convertido en fundamental y de uso general en todo el mundo desarrollado, con
independencia de la climatología exterior del lugar donde se construye el hospital, y así ha sido reconocido por las agencias y organizaciones sanitarias de la mayoría de los países, incluida
la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De hecho, prácticamente todos los países desarrollados tienen
normativas específicas del ámbito hospitalario para el diseño, construcción, pruebas y mantenimiento de esta instalación, complementarias de las generales para todo tipo de edificios.
Un informe de la
Dirección Técnica de Promec aborda la importancia de esta instalación en la
pandemia actual de coronavirus Covid-19 y manifiesta que un adecuado diseño de la misma
colabora "a minimizar el impacto de esta epidemia y de las que aparecerán en un futuro, siendo
un elemento más que reforzará la resiliencia de los hospitales".
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