El impacto de la pandemia de
Covid-19 ha provocado un cambio en la concepción de los
circuitos de visitas de los hospitales. La crisis sanitaria ha roto una tendencia marcada por una integración progresiva de los familiares en el seno de los centros sanitarios para recuperar algunos modelos ya obsoletos como las
entradas duplicadas en Urgencias. La necesidad de aunar el acceso de la ciudadanía con la prevención de contagios ha llevado a los equipos de arquitectos a buscar nuevas soluciones que pasan por la implantación de
pasillos dobles o de esclusas.
Luis González, arquitecto ejecutor del
Hospital 12 de Octubre de Madrid, ha explicado a
Redacción Médica que la instalación de esclusas es una de las
grandes demandas que ha dejado la crisis del coronavirus. Esta tecnología está compuesta por
dos puertas estancas con un espacio aislado en su interior en el que los visitantes pueden vestirse con
batas, gorros, calzas y mascarillas antes de entrar en contacto con médicos u enfermos. Su aplicación permite aumentar el aislamiento en pequeñas secciones del hospital para grupos reducidos de pacientes.
“Tener previsto donde se pueden hacer esclusas siempre es una buena solución. Estamos previendo que en un momento determinado
si hay un problema se pueda cerrar un trozo del hospital. Al pasar de una sección a otra, tienes que cambiarte”, ha explicado el miembro de la Junta Directiva de la
Agencia Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).
González ha explicado que esta demanda ha cobrado mayor fuerza en las áreas de
enfermedades infecciosas, en las unidades de
críticos o en las zonas que albergan a
pacientes oncohematológicos, ya que sufren problemas de inmunodepresión que les convierten en un perfil de riesgo ante potenciales infecciones.
Este nuevo paradigma de las esclusas encaja en un modelo arquitectónico con
pasillos dobles para cada una de las unidades de hospitalización, en los que los
controles de enfermería quedarían ubicados en la parte central. “Es más fácil porque puedes cortar un trozo de uno sin afectarle al otro”, ha relatado González.
Puertas automáticas y ventilación en los hospitales
El diseño del circuito hospitalario post pandemia también está marcado por un cambio en los recorridos que convierta el trayecto hasta las unidades de infecciosos en
una distancia más corta que el resto de áreas de atención sanitaria. La creación de nuevos
espacios polivalentes o la puesta en marcha de “automatismos” como las
puertas y grifos automáticos para reducir al máximo el contacto de los familiares con las superficies son otras de las claves.
La otra gran lección que ha dejado la pandemia es la importancia de
impulsar la ventilación. El objetivo en el que trabajan desde los hospitales pasa por conseguir que la renovación de aire de una estancia como un quirófano se repita hasta
22 por hora, frente a las 15 o 16 que eran habituales antes de la pandemia. Un reto que en algunos casos viene condicionado por las limitaciones de las tecnologías de calefacción de los hospitales más antiguos y por
los objetivos de sostenibilidad.
González ha calculado que aplicar todos estos cambios en materia arquitectónica tendría un impacto inferior al
5 por ciento del presupuesto que puede manejar un hospital medio en el Sistema Nacional de Salud (SNS), incluyendo el refuerzo que requieren los sistemas de
distribución de gases medicinales tras la demanda de la pandemia.
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