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El IIR, vía de formación en tecnología 3D para ingenieros hospitalarios

Para la AEIH, el trabajo de estos profesionales junto a los médicos supone "un cambio cultural" que hay que fomentar

Luis Talavera, vicepresidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).

08 abr 2024. 15.20H
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La integración de la tecnología 3D dentro de los hospitales está marcando un antes y un después en la forma en la que se abordan diagnósticos, tratamientos y cirugías. A pesar de ser una herramienta muy útil para los profesionales sanitarios, sobre todo de cara a la creación de prótesis, su incorporación a los centros llega acompañada de múltiples retos. Para Luis Talavera, vicepresidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), el primer desafío es el de integrar al ingeniero dentro de la actividad sanitaria, y hacerlo desde su formación, como si fuese un “Ingeniero Interno Residente” (IIR).

Talavera considera que es el facultativo quien debe tratar de trabajar mano a mano con el ingeniero, para hacer que sea “uno más dentro de su equipo, para que le ayude y esté cerca de él”. “Estos desafíos son más difíciles de resolver que los técnicos” asegura el vicepresidente de la AEIH. “El ingeniero especialista en tecnología 3D debe estar en los antequirófanos y en las salas de los quirófanos híbridos, apoyando la actividad del sanitario cuando está operando”, explica.

“Esto es un cambio cultural”, señala Talavera. “Antes no ocurría; rara vez se unían ambos profesionales, solo si había algún problema. Ahora no es y no debe ser así”. En su opinión, el reto actual es el de “avanzar y llegar a un nivel competencial que permita hacer las piezas y ayudar al médico de la mejor forma y en el menor tiempo y coste posible”. Junto a esto, Talavera añade que es esencial que el conocimiento se vaya “difundiendo entre hospitales”.
 

Introducir tecnología 3D en hospitales


Desde un punto de vista menor, los desafíos económicos también afectan de cara a la inclusión de la tecnología 3D en los hospitales. Según Talavera, la inversión tanto en la adquisición tanto de impresoras, como de infraestructura y maquinaria es necesaria, pero si se compara con el coste que maneja de forma general un hospital, no es alta.

Talavera plantea también “otro cambio de cultura” asociado a los desafíos burocráticos. En su opinión, este es un cambio que debe llegar de la mano de la propia administración. “Estamos hablando de contratar perfiles de carreras que son relativamente nuevas, que la administración no contempla en su relación de puestos de trabajo. Para el sector público, no tener reflejados estos perfiles ni plazas, supone una imposibilidad a la hora de contratar a ingenieros biomédicos o especialidades que antes no existían”, explica.

En estos casos, lo que se hace es contratar a profesionales en categorías diferentes a la suya, tal y como detalla Talavera. “Eso traerá problemas en el futuro porque no tienen continuidad en su trabajo, e incluso de cara a una valoración de méritos para una oposición posterior”, señala.

“Lo que se hace en muchas ocasiones es sortear la rigidez burocrática a través de contrataciones por funciones de investigación, las cuales son temporales por su propia naturaleza. Esto complica mucho la continuidad de los técnicos”, detalla. En su opinión, “el mayor problema” llega de la mano del propio Ministerio de Sanidad, ya que “va muy por detrás” de la realidad de la Ingeniería, de la clínica y de la “realidad del mundo”.


Formación específica para ingenieros sanitarios


Contemplar una formación específica dentro del sistema educativo se presenta para Talavera como una de las bases para mejorar la capacitación de los ingenieros hospitalarios en el uso de tecnologías 3D. “Una de las vías es hacer una especie de formación dentro de los hospitales durante un tiempo, como si fuese un Médico Interno Residente (MIR), o en este caso un Ingeniero Interno Residente”.

Este profesional se integraría dentro de los equipos médicos para formarse, conociendo el funcionamiento de la parte sanitaria y combinándolo con la técnica de la ingeniería. “Sería un trabajador mucho más útil para el sistema”, señala Talavera.


Ingeniería clínica e impresión 3D en los servicios de salud


La ingeniería biomédica o clínica es esencial dentro de los hospitales, ya que la impresión 3D se realiza con ingenieros que trabajan apoyando a los médicos en la parte asistencial de distintas formas. Por una parte, modelizando, a través de las imágenes de diagnóstico, la patología en 3D para que el médico pueda estudiar con antelación los casos más complicados. “Eso le ahorra tiempo al médico y le da más seguridad al pacientede cara a la operación”, comenta.

Otra cuestión en la que se utilizan estos avances tiene que ver con la creación de guías quirúrgicas que sirvan para hacer intervenciones más seguras para el paciente, con mejores resultados, en menos tiempo y con menores riesgos y secuelas.

La otra vía, más conocida, es la de la elaboración y el diseño de implantes a medida. Hay hospitales que ya cuentan con el proceso de homologación y disponen de máquinas de impresión 3D para hacer prótesis para los pacientes. Las ventajas de este avance son muchísimas, según señala Talavera. “La primera es que son elaboradas a para cada paciente, no una pieza estándar que después se tiene que intentar encajar”, comenta.

Por otra parte, disponer de la pieza, supone que la operación vaya a estar “mucho más definida”. “De entrada sabemos cómo se va a atacar y dónde hay que hacerlo. Hay menos ensayo-error, menos daño al paciente, y las operaciones son más rápidas y con menos complicaciones”, explica Talavera.


Particularidades en la regulación de la impresión 3D en sanidad


España es un país que presenta particularidades respecto a la regularización de la tecnología 3D en hospitales y centros sanitarios. Este sistema requiere una estandarización concreta para su uso, acompañada de un tipo de certificado u homologación sanitaria para poder ser “puestos dentro de un paciente” tal y como detalla Talavera.

“No es que yo imprima una figurita para poner encima de la mesa. Es que estoy imprimiendo una prótesis que debe tener una característica técnica de resistencia, además de ser estéril”, comenta el experto. “Debe cumplir requisitos como si fuera un producto farmacéutico”. Eso requiere tiempo para acreditaciones y homologaciones.

Con el tiempo se puede conseguir “una estandarización” de ciertos materiales para que el centro logre hacerlo tal y como requiere el servicio, pero continúa dependiendo de las homologaciones y, por supuesto, de “dinero, estructura y mucho trabajo”.
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