El covid ha dejado tras de si nuevas necesidades a la hora de
configurar la organización de los sistemas sanitarios. Y eso para por las infraestructuras de los diferentes centros de salud. De esta manera, se ha hecho patente que el futuro de la Sanidad pasa por estar mejor preparados. Si desde el Gobierno ya trabajan en
reservas de materiales sanitarios y mejor formación de profesionales, los
hospitales ‘antipandemias’ serán también uno de los objetivos a alcanzar.
Un estudio publicado en la revista científica ‘PubMed Central’ y desarrollado por Fatimah Lateef, del departamento de Medicina de Urgencias del Hospital General de Singapur, explica que “el diseño físico y las infraestructuras de un hospital o institución son un
componente esencial de sus medidas de control de infecciones”.
De esta manera, la experta aboga por tener en cuenta estos objetivos al comenzar a planificar la construcción de un nuevo hospital. “El e
quilibrio entre el diseño de un hospital para que sea un lugar abierto, accesible y público y el control para reducir la propagación de enfermedades infecciosas es una necesidad”, indica el estudio. Así, propone que, desde los primeros planos de un futuro centro, se tenga en cuenta que este deberá ser flexible y adaptarse a necesidades que, en el momento de la construcción, pueden no existir.
Un hospital diseñado para las nuevas enfermedades
Así, Lateef deja reflejado en el estudio que, aunque en la construcción de un hospital, de manera general, la preocupación por las
nuevas enfermedades infecciosas “era mínima” ahora mismo es “fundamental adoptar una visión holística del diseño y la gestión de los hospitales”.
El estudio plantea como fundamental que el diseño de estos
centros como un espacio abierto “dificultar el control de la propagación de enfermedades infecciosas” e indica la necesidad de que los hospitales cuenten con salas de aislamiento en algunas zonas clave como las UCI o el área de Emergencias.
“La construcción de edificios hospitalarios debe basarse en múltiples factores, además del coste, como la resistencia del material de construcción, la higiene, la salubridad del edificio, la
protección medioambiental, el aislamiento acústico o el ahorro energético”, recuerda la experta en el estudio. Además, hace hincapié en la importancia de recopilar datos de manera sistemática para, una vez construido el centro, “poder modificar y actualizar la infraestructura” de manera continua.
Diseño flexible en pro del cambio
“La flexibilidad incorporada en el diseño es cada vez más crucial, principalmente porque la tecnología se queda obsoleta rápidamente y la población de pacientes cambia constantemente”, recuerda. La experta recomienda tener en cuenta desde el primer momento la
elección de materiales para el hospital o los acabados de este. Además, expone que dentro de la planificación hay que contar, por ejemplo, con habitaciones individuales o zonas de eliminación de materiales peligrosos, dos modelos de “medidas” cada vez más necesarias.
En general, la experta se inclina por un
cambio desde la raíz a la hora de configurar un nuevo centro hospitalario, que tenga en mente no solo situaciones pasadas como el estallido del Covid-19, sino que pueda estar preparado de manera más holgada a futuros problemas de salud pública.
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