El concepto de hospital ha cambiado. O al menos a los ojos del arquitecto neerlandés
Reinier De Graaf. El socio de la firma
Office for Metropolitan Architecture (OMA) es la cabeza pensante detrás del futuro complejo sanitario ubicado en
Catar que ha destacado en el panorama internacional por su innovadora apuesta. Dejará atrás la idea convencional de un edificio de muchas plantas para dar pie a
una estructura sin apenas altura, con módulos intercambiables y que es capaz de
construirse a sí misma.
La compañía ha presentado este mes el vídeo promocional en el que desgrana las claves de su proyecto
Al Dayaan. Este nuevo concepto de zona asistencial se ubicará en una gran superficie de casi
630.000 metros cuadrados junto a la futura ciudad de Lusail, situada a unos 15 kilómetros de
Doha. Su gran novedad es que a pesar de estar diseñado en horizontal, puede
albergar hasta 1.400 camas. “¿Qué ocurriría si un hospital fuera una estructura de poca altura? Concebido no como un edificio, sino como un sistema construido con módulos”, ha planteado OMA como punto de partida.
Este nuevo concepto implica un cambio inmediato en el ritmo diario de un hospital de grandes magnitudes ya que reduce la
necesidad de tomar ascensores para desplazarse desde un punto al otro. La organización está diseñada para que en la planta baja se alojen fundamentalmente los pacientes, mientras que en el primer piso se introduzcan los servicios clínicos. Entre unos bloques y otros, los autores han reservado
espacio para patios y jardines, algo cada vez más cotizado en
los nuevos proyectos de hospitales.
La clave de este diseño es que es completamente cambiante. De Graaf lo ha concebido como una estructura capaz de adaptarse a las necesidades del momento de cada hospital. Algo que se facilita gracias a su sistema de
impresión en 3D que permite que se construya a sí mismo. “Es una estructura que
puede ampliarse o reducirse pero que permanece operativa en todo momento. Es adaptable a demandas cambiantes”, han explicado en el vídeo.
El hospital del futuro produce energía, alimentos y medicinas
Para poder articular esta red de bloques bajos, el arquitecto ha planificado un
sistema subterráneo automatizado de flujos que permite que cada zona esté abastecida. Además, el complejo ha sido pensado para incorporar sus propias fuentes de producción de energía, alimentos e incluso medicinas con el objetivo de acercarse hacia un modelo de economía circular. Los residuos también se tratan.
Aunque De Graaf ha preparado esta estructura para ubicarla en las inmediaciones de la nueva ciudad de
Lusail que está en fase de construcción, su idea de un hospital con módulos intercambiables tiene como meta que el diseño pueda después trasladarse a otros lugares del mundo.
“El hospital del futuro está en todas partes”, han reivindicado.
Con esta estrategia persiguen desarrollar un modelo arquitectónico que sea más
adaptable a los cambios del futuro para evitar que quede antiguo con el avance de las tecnologías de última generación. “La vida esperanza de vida de los hospitales se está acortando. Cuanto más reciente sea su finalización,
antes estarán obsoletos”, han apuntado.
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