Hace ya dos años que se publicó por la
Guía de Calidad del Aire Interior, editada por la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid y bajo los auspicios de la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid y de Knauf GmbH. En este documento se analizan
los principales contaminantes presentes en el aire y en los materiales constructivos, así como los elementos de medición y las posibles soluciones mediante sistemas de ventilación y otros aspectos normativos y legislativos.
Desde el principio,
la guía introduce en la importancia de la calidad de aire interior. De hecho, y según explica
Tomás Higuero, consejero delegado de Aire Limpio, “nuestra exposición a los contaminantes ambientales no tiene lugar en la calle sino en los espacios interiores”. “Muchas personas no son conscientes de que
el aire interior está, de media, entre dos y cinco veces más contaminado que el exterior”. Nos creemos muy seguros en la oficina o en casa y es ahí donde, según la Enviromental Protection Agency (EPA) la exposición a químicos es de 72 por ciento del total de nuestra exposición.
El aire interior está hasta cinco veces más contaminado que el exterior
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En este sentido, Tomás Higuero asegura que “
la calidad el aire interior tiene una solución más fácil y económica que solventar la situación de calidad de aire exterior que sufren muchas de las grandes ciudades”.
De siempre, y sobre todo en los procesos de construcción, se intentaba minimizar los riesgos para la sociedad relacionados con la mala calidad del aire interior por la errónea premisa que tratar el problema era muy caro.
Los legisladores en materia de edificación han sido muy reactivos, aunque si bien es cierto, ha sido con las modificaciones al Colegio Técnico y el RITE en 2008, cuando en España empieza a tener en cuenta todo lo relacionado con la calidad del aire interior.
Merece la pena descargarnos la guía de la web, pues en ella se abordan, además de la calidad el aire interior, otros temas como la calidad del ambiente y la salud, la contaminación microbiológica, la calidad ambiental, los sistemas de ventilación o cómo medir la calidad.
Cómo tratar el aire en las áreas de hospitalización
Motivado por esta nueva y real preocupación por la calidad del aire interior, desde 2008 la
Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) organizó hace dos años una jornada técnica para la presentación de la DTIE 1.06 Instalaciones de Climatización en Hospitales. Este documento cuenta con el patrocinio de WILO y ha sido editado por Atecyr bajo la dirección del autor del documento técnico DTIE,
Paulino Pastor Pérez, ingeniero indutrial y presidente del Comité 100 de Climatización de Aenor; presidente del Subcomité 171.3 de Calidad Ambiental; director de Ambisalud y miembro del Comité Técnico de Atecyr.
En dicho documento se aborda el tema que nos ocupa, el tratamiento del aire, además de los sistemas de climatización, los parámetros a considerar, la higiene, la producción de frío y calor y las áreas de hospitalización (generales, obstetricia, críticas, diagnóstico y tratamiento, oficinas, etc.).
En esta misma línea, de nuestro interés como ingenieros y arquitectos hospitalarios, la AEIH organizó, junto a Sanitaria 2000, el año pasado el
V Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria en el Parador de Turismo de Segovia. En esta cita se abordó, entre otros temas,
la contaminación ambiental, una mesa redonda que tuve la oportunidad de moderar y en la que Paulino Pastor nos puso, otra vez de manifiesto, que controlar la contaminación ambiental del hospital no sólo consigue disminuir las infecciones nosocomiales, sino que ayuda a recortar su factura.
El experto nos hizo hincapié en que
un plan de ahorro energético del 20 por ciento de reducción de emisiones en centros sanitarios acorta en el coste de estos contagios. Si el coste medio de hospitalización al día por infección nosocomial es de 700 euros por paciente -y teniendo en cuanta que la estancia media puede alargarse hasta 9 días y que un hospital promedio puede tener mil infecciones al año-, no hace falta, compañero lector, ni ser economista ni ingeniero para echar la cuenta en cuánto se dispara la factura. Por ello, y de manera multidisciplinar entre los profesionales sanitarios, los ingenieros y la Administración deben realizar un plan de mejora, “evaluando el riesgo según la UNE 10003 para valorar, compara y comunicar el estado de las instalaciones y la adecuación a su uso” asevera el director de Ambisalud.
El coste diario de las infecciones nosocomiales es de 700 euros por paciente
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Si seguimos con el hilo conductor de este artículo, la
nueva ISO 16890 para la clasificación de los filtros de aire es el primer paso para la calidad del aire interior (pero no único). Esta normativo entró en vigor en 2017 (una entrada paulatina con una transición de 18 meses) y nos ha ayudado a aclarar la clasificación de los filtros de aire. Hasta ahora, los ingenieros nos amparábamos en la EN 779, la que durante 20 años nos ha servido para las pruebas y clasificación de los filtros.
Entender la ISO 16890, por la cual las pruebas serán más indicativas de las condiciones en las que funcionará el filtro una vez instalado,
ayudará a los ingenieros a saber qué comprar y qué buscar. Algunas empresas del sector han publicado una guía para la nueva norma de filtración de aire (los dos párrafos anteriores son copiados de dichas guías).
El tema es tan interesante que Javier Torron Lavin, ingeniero industrial y gerente-director general de Camfil en España, propondrá a la Junta directiva de la AEIH realizar, más adelante y si los asociados lo consideran oportuno, una jornada específica y concreta sobre el aire interior y calidad ambiental.
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