El
cambio climático es una de las mayores amenazas a la salud pública global y los sistemas sanitarios, con su alto consumo de energía y generación de residuos, son parte del problema. Sin embargo, también pueden ser parte de la solución y para ello, las administraciones públicas juegan un papel fundamental llevando a cabo la
descarbonización del Sistema Nacional de Salud (SNS). Según
Jesús Gamero, investigador especializado en el estudio de los
impactos del cambio climático en las sociedades y sus estructuras, estas deben asumir un rol de “
liderazgo”, que se debe mostrar “tanto a la hora de entender y abordar el impacto climático sobre la salud de las personas, como de adaptar los sistemas sanitarios a este fenómeno”.
En este contexto, son los
Gobiernos (tanto el central como los autonómicos), los que de inicio deben proporcionar un “
liderazgo institucional efectivo” que garantice que el sector de la salud está “adecuadamente
preparado ante el cambio climático y los
procesos de descarbonización del SNS”, detalla Gamero. Para Gamero, esa dirección y ese compromiso se debe traducir, a su vez, “en un
apoyo parlamentario” a todos los niveles, “que permita la
aprobación de leyes; conseguir mayor financiación; la mejora de infraestructuras; una disposición de recursos necesarios o facilitar la propia cooperación entre gobiernos regionales, gobierno central o entes locales”.
Por desgracia, a pesar de ser lo ideal,
esta no es la tónica habitual que se vive a la hora de llevar a cabo este procedimiento en los centros sanitarios. “Cuando observamos cómo se están llevando a cabo esos procesos de
descarbonización en la mayoría de los
hospitales, observamos que estos se deben a la
iniciativa particular de las direcciones y los trabajadores de los centros, sin apenas responder a un plan establecido por los Servicios de Salud y las Consejerías correspondientes”, detalla Gamero.
Medidas para la descarbonización del SNS
En cuanto a las
políticas o
medidas específicas que se podrían implementar a
nivel gubernamental, Gamero destaca que, a nivel estatal, “parece que desde el
Ministerio de Sanidad ya existe un compromiso de ejercer esa función coordinadora, de trasladar directrices o de facilitar el
compartir experiencias con las comunidades autónomas en el ámbito de la descarbonización”.
A pesar de ello, el investigador considera que se podrían promover más medidas en diferentes ámbitos, centrándose en la
investigación y en la
financiación. En concreto, en relación la investigación señala que se podrían establecer
centros de innovación climática y salud “que permitan profundizar en la reducción de emisiones en todo el sector,” facilitando, a su vez, la financiación de aquellas investigaciones que permitan estudiar la
resiliencia de los sistemas sanitarios ante el
cambio climático y su
descarbonización.
Por otra parte, en lo referente a
cuestiones económicas, Gamero detalla que se podrían habilitar o
mejorar las ayudas o fondos existentes para la rehabilitación energética hospitalaria. Además de esto, el investigador comenta que sería un avance integrar criterios vinculados con la descarbonización a la hora de conceder
ayudas públicas, o
reducir impuestos como el IVA en aquellos edificios sanitarios de alta calidad medioambiental y generadores de energías renovables.
Por otra parte, según Gamero, para el Gobierno, uno de los principales desafíos se presenta a la hora de
movilizar al sector sanitario y a las comunidades autónomas hacia la
descarbonización del SNS de manera
coordinada y rápida. Además, la política y las
ideologías juegan un papel crucial, ya que negar el
cambio climático puede obstaculizar estos esfuerzos.
Papel del SNS en la descarbonización
Por supuesto, el SNS y los servicios de salud regionales pueden contribuir a la
descarbonización de los hospitales mediante una coordinación eficaz y el intercambio de
buenas prácticas liderado por el Ministerio de Sanidad. Además, según Gamero, las comunidades autónomas, que gestionan las
responsabilidades sanitarias transferidas, también involucrarse activamente en este proceso.
En este sentido, según el investigador, las Consejerías de Sanidad y los Servicios de Salud “deben establecer
Unidades de Sostenibilidad en sus servicios centrales” para coordinar y
potenciar las acciones de descarbonización, replicando estas unidades en hospitales y gerencias. Junto a esto, para Gamero, es necesario un cambio de cultura organizacional que permita adaptarse al cambio climático, y que establezca
modelos a largo plazo que vinculen la atención sanitaria con la reducción de la huella de carbono.
La sanidad privada y la descarbonización
La
sanidad privada también juega un papel esencial en la descarbonización de los hospitales. En primer lugar, este tipo de empresas deben
aprovechar su autonomía para implementar cambios y
tecnologías sostenibles. Según Gamero, el sector privado, con sus conocimientos y tecnologías innovadoras, es “un aliado importante en la descarbonización”, al aportar su
experiencia tanto del sector sanitario como de otros sectores avanzados en este proceso.
Además, la
colaboración con el ámbito público se podría ver reflejada en la evaluación de la eficiencia energética; la
implementación de energías renovables; tecnologías de gestión de residuos y monitorización ambiental;
equipamientos médicos sostenibles y garantizar que los fabricantes; y proveedores cumplan con los objetivos de descarbonización en producción, empaquetado y transporte.
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