El
movimiento 'No Hacer', conocido internacionalmente como Right Care, es una aproximación moderna a la
gestión clínica que se caracteriza por promover, desde el debate profesional y académico, la
reducción de la ineficiencia derivada del sobrediagnóstico y la sobreactuación terapéutica, consiguiendo así mejorar la equidad de los sistemas sanitarios y la seguridad de los pacientes.
Dentro de este marco, la
Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), con el patrocinio de
Vifor Pharma, ha organizado la Jornada
‘Avanzando en las recomendaciones No Hacer’, en las que ha abordado los pilares de este movimiento, así como algunos casos de éxito de su aplicación en Andalucía.
Este movimiento internacional, con más de 10 años de antigüedad, cristaliza en España en 2013, de la mano del
Ministerio de Sanidad y las sociedades científicas que empiezan a trabajar en las primeras recomendaciones 'No hacer', que dieron
Los expertos abogan por desimplementar prácticas que conlleven al sobrediagnóstico
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lugar a la
publicación en 2017 de 135 medidas de mejora. Estas recomendaciones hacen referencia, entre otras, a la
eliminación de pruebas diagnósticas que no ayudan a la toma de decisiones, al
uso excesivo de medicamentos, o a las transfusiones innecesarias o evitables.
Blanca Fernández-Capel, directora gerente de la Escuela Andaluza de Salud Pública, ha señalado que su institución trabaja desde hace varios años en "una línea de investigación en relación a la
desimplementación de actividades no recomendadas en Atención Primaria, que quiere contribuir a la
mejora de la calidad de la atención al paciente, y a la reducción de los costes sanitarios, para ello es imprescindible contar con los profesionales del Sistema Sanitario, así como con los propios pacientes”.
Por su parte, Antonio Charrúa director general de Vifor Pharma, ha apuntado que uno de los objetivos de la compañía es
apoyar las prácticas clínicas de valor, entre ellas las "
Estrategias No Hacer que promueven dejar de hacer lo prescindible, para concentrase en las necesidades reales de los pacientes, contribuyendo a la vez a garantizar la sostenibilidad del Sistema Sanitario a largo plazo".
Ejemplos del 'No hacer'
Más del 50 por ciento de las
transfusiones en intervenciones quirúrgicas podrían ser innecesarias o evitables, reducirlas podría contribuir a disminuir las infecciones, alteraciones del sistema respiratorio o insuficiencia cardiaca que podría provocar el uso de hemoderivados. Según ha dado a conocer María Ángeles García Rescalvo, subdirectora quirúrgica del Hospital Universitario Virgen de las Nieves, "un umbral transfusional restrictivo y basado en la evidencia científica, con criterios bien definidos,
mejoraría de forma importante los resultados en salud".
En este sentido, la experta ha explicado la experiencia de su centro hospitalario, destacando que ha conseguido
"Con ciertos criterios se mejoraría de forma importante los resultados en salud", ha aseverado García
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disminuir la tasa de transfusiones de sangre en un 29 por ciento, con el consiguiente descenso de complicaciones quirúrgicas asociadas a las mismas y reduciendo el gasto que llevan aparejado.
García Rescalvo ha señalado que las cirugías mayores como las
prótesis de rodilla y cadera, histerectomías y algunos procesos quirúrgicos vinculados al cáncer son los que más hemoderivados consumen. En estos casos considera "crucial" una serie de recomendaciones, como valorar adecuadamente y de forma anticipada al paciente, así como minimizar pérdidas sanguíneas en quirófano, por ejemplo, evitando la hipotermia y cuidando que no ocurran hemorragias en todo el perioperatorio.
Gestión adecuada de infecciones
Dentro de la Jornada se ha abordado también el tema de la
prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria y el uso apropiado de los antimicrobianos de la mano del doctor José Miguel Cisneros, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas y director de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío.
Cisneros ha puesto de manifiesto una "triple necesidad": "no prescribir antibióticos cuando no estén indicados, no indicar antibióticos de amplio espectro cuando existan
opciones válidas de antibióticos de espectro más reducido y, por último, no realizar pruebas de diagnóstico microbiológico que no están indicadas".
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