En el abordaje del
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) adquiere cada vez mayor importancia su impacto emocional sobre el paciente, siendo la
falta de autoestima una de las principales consecuencias, que sirve como indicador en la toma de decisión sobre posibles
medidas terapéuticas, según explica
Takeda, que ha celebrado unas jornadas con expertos para analizar el abodaje de la patología.
“La razón más importante a la hora de determinar si hay que tratar a un niño con TDAH es que tenga la autoestima baja por culpa de su
hiperactividad, inatención o impulsividad”, afirma
José Ramón Gutiérrez Casares, psiquiatra infantil en Hospital Perpetuo Socorro de Badajoz y coordinador científico de las ‘Jornadas de abordaje 360 al TDAH:
Una mirada multidisciplinar al trastorno’.
Según este experto, a consecuencia de los síntomas del TDAH, muchas de estas personas no están bien aceptadas socialmente y además
suelen recibir comentarios negativos, reproches y castigos, lo que suele impactar sobre su autoestima. Cuando esto les afecta en exceso en la esfera emocional, hay que plantearse si tomar medidas para frenar la impulsividad o manejar las funciones cognitivas. “En el momento de implantar un tratamiento, hay que tener en cuenta
la terapia farmacológica y la psicoterapia, buscando la remisión de los síntomas y que puedan desarrollar las actividades sociales con normalidad.”, afirma Gutiérrez.
Por tanto, el tratamiento del TDAH debe ser
multimodal, con una combinación de medidas farmacológicas, psicológicas y psicopedagógicas, adaptado a las necesidades, características y circunstancias de cada niño o adolescente, y multidisciplinar, con la implicación también de su entorno. “Queremos profundizar en un abordaje del TDAH no solo desde la perspectiva del
psiquiatra, neurólogo o psicólogo, sino que tenga en cuenta a otros profesionales sanitarios como
los médicos de Atención de Atención Primaria, a los técnicos profesionales de enfermería, padres o profesores”, declara este psiquiatra.
Consumo de sustancias adictivas
Técnicas para mejorar la comunicación y para ayudar a mantener la atención, para
vencer la frustración, el fracaso y la sensación de fallar en todo, trabajar el autoconcepto, medidas de refuerzo y la educación, también de la familia y el medio escolar, forman parte de la estrategia para ayudar al paciente a mejorar los síntomas y a llegar a la edad adulta en mejores condiciones para afrontar el trastorno. El TDAH está
ligado al neurodesarrollo, por lo que el modo en que el paciente se enfrente a él durante su niñez y adolescencia
marcará su personalidad futura.
Otro de los aspectos abordados en las sesiones fue el consumo de sustancias adictivas, ya que las personas con TDAH tienen
mayor riesgo de caer en adicciones, sobre todo al alcohol y la cocaína, señala Gutiérrez. La aversión a
retrasar la satisfacción, común en estas personas, así como el
rasgo de impulsividad, explican esta mayor tendencia al consumo de sustancias.
Las jornadas también prestaron atención al TDAH cuando este viene acompañado de
discapacidades intelectuales y, especialmente, autismo. En este caso, es necesario reforzar las estrategias entorno a los problemas de aprendizaje, mediante
técnicas para fomentar la atención y concentración de estos niños y adolescentes.
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