La profunda crisis por la que está atravesando Daiichi Sankyo está teniendo sus consecuencias en la plantilla de la compañía japonesa. De hecho, solo en Francia, la farmacéutica ha anunciado el despido de 284 de sus trabajadores, el 93,7 por ciento de su personal allí.
Lo desesperado de la situación de los trabajadores ha conducido a que seis de ellos hayan iniciado una huelga de hambre en la reclaman a la empresa mejores condiciones de despido y que la empresa venda la licencia de su fármaco edoxaban (Lixiana) al laboratorio francés Majorelle, que se habría ofrecido a reubicar, con esta condición, a entre 50 y 100 de los trabajadores de Daiichi Sankyo que están bajo la espada de Damocles del despido.
Asimismo, también reclaman la jubilación anticipada para los trabajadores despedidos mayores de 55 años y formación aquellos que lo necesiten para integrarse en el mercado laboral.
“Lo intentamos todo durante tres meses y medio, pero la empresa se nieva a oírnos e informarnos”, ha denunciado Sylvie Pavenchet, una de las participantes en la huelga.
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