Una de las
enfermedades estrechamente ligadas al
cerebro es la
depresión, patología que las mujeres tienen el
doble de probabilidades que los
hombres de experimentarla a lo largo de su vida. Los expertos afirman que
una de cada cinco mujeres sufrirá depresión en algún momento de su vida, y a raíz de este escenario la
empresa farmacéutica Lundbeck ha celebrado en la ciudad de
Sitges el XX seminario ‘
Depresión y género, en femenino y en plural’.
Eva Perea, directora de la Unidad CNS de Lundbeck Iberia, presenta el seminario afirmando que “consideramos importante
luchar contra el estigma y
humanizar las
enfermedades mentales. En este seminario buscamos detectar
diferencias,
factores sociales y
culturales y qué impacto tienen en la
salud de las personas. Las mujeres tienen
más del doble probabilidades sufrir depresión, especialmente en las etapas de transición hormonal como la
adolescencia,
embarazo o
menopausia. Realmente se tiene que realizar un abordaje distinto”.
Pubertad, posparto y menopausia, etapas con más riesgo depresivo
Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid y jefa de Sección de Psiquiatría del
Hospital San Carlos, analiza los aspectos más importantes dentro del
mapa de depresión en la mujer, empezando por los datos y la prevalencia: “La depresión es una enfermedad que afecta al
3,8 por ciento de la población. Se trata de la principal causa en el mundo de discapacidad que lleva al suicidio en muchos de los casos”.
Díaz recuerda que la
pandemia por coronavirus ha sido un factor clave ligado a la depresión, afectando especialmente a las mujeres y a los adolescentes: “Una situación estresante y de incertidumbre
carga más las cifras de depresión. En 2020 se generaron
53 millones más de
trastornos depresivos, y esta patología afecta a
mujeres y a
jóvenes, sobre todo. Todos los días tenemos 3 o 4 intentos de suicidios en la población adolescente. La pandemia tiene una traducción tambien en la salud mental”.
Díaz: "La depresión es una cosa de mujeres vulnerables, no débiles"
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Por lo que respecta a la
prevalencia, existe una gran diferencia entre los hombres y las mujeres. La especialista afirma que “la depresión en mujeres se duplica en hombres, un 7,1 por ciento frente al 3,5 por ciento. Esta prevalencia va ligada a la etapa
fértil, y las mujeres alrededor de los
40 años representan el 50 por ciento de los
casos de depresión”.
Los factores asociados que conllevan a sufrir depresión están ligados al
modelo biopsicosocial descrito por Díaz: “Es una
enfermedad multifactorial generada por una alteración neurobiológica o una predisposición genética, que unida a factores estresantes, el resultado es el episodio depresivo”. Las hormonas asociadas a las mujeres, los
estrógenos y la
progesterona, tienen un papel importante y que generan mayor incidencia de depresión en la mujer: “Los estrógenos aumentan la actividad serotoninérgica y potencian todas las funciones q esta facilita el sueño, el aprendizaje y el estado de ánimo. En los periodos de mayor
vaivén hormonal como es la
pubertad, el
posparto y la
menopausia es cuando aparecen más trastornos depresivos”, explica la Jefa de Sección de Psiquiatría.
Por el que respecta a los
factores estresantes ligados a alteraciones que generan depresión, algunos de ellos están asociados especialmente al
sexo femenino, tal y como recuerda Díaz: “El papel maternal, profesional, las exigencias belleza y juventud, dependencia económica, la discriminación laboral y la violencia género son factores determinantes”.
Abordaje terpaéutico y prevención en la depresión
La especialista destaca, a raíz de la depresión en mujeres, los efectos que llega a realizar el
síndrome disfórico premenstrual: “Es el síndrome premenstrual llevado a una
gravedad extrema. El leve es común y afecta al 75 por ciento de las mujeres. Cuando llega a un máximo exponente, afecta del 3 al 8 por ciento mujeres. Este síndrome surge más en mujeres que tienen comorbilidad con trastorno de ansiedad o depresión”.
A la hora de realizar un
abordaje terapéutico eficaz en esta situación, la respuesta de Díaz es seguir el tratamiento de cualquier otra depresión: “Debemos realizar una
combinación de antidepresivos durante el tiempo que se necesita y psicoterapia asociada, disminuyendo el riesgo de recaídas. Otro aspecto es fomentar los
hábitos de vida saludable como mejorar el sueño, la alimentación, realizar actividades placenteras, etc. La mujer es más vulnerable al tener depresión, pero no es equiparable a debilidad. Una vulnerabilidad biológica no te hace más débil”.
La
prevención es otro aspecto fundamental a la hora de
abordar la depresión y que debe tener un seguimiento y accesibilidad por parte de los profesionales especialistas. “En la etapa infantil y la adolescencia, debemos prevenir el
retraso escolar, un posible
embarazo, maltrato infantil o el suicidio. En mujeres adultas y ancianas, debemos detectar factores de riesgo como la jubilación, violencia de pareja o acoso laboral”, argumenta Díaz.
El momento que se debe derivar al especialista es, según la Presidenta de la Sociedad de Psiquiatría, “cuando aparecen
síntomas psicóticos, ideas de suicidio y episodios depresivos como parte de un trastorno bipolar. Se debe dar respuesta ante un tratamiento adecuado en dosis y tiempo”.
El futuro para poder abordar con eficacia las
depresiones pasa por la
Atención Primaria. “Se deben realizar
programas de promoción y prevención de problemas psicosociales, realizar un cribado de depresión en población infantil, juvenil y en ancianos. Tiene que haber formación de profesionales en Atención Primaria sobre la evaluación niños y adolescentes, además de realizar actuaciones preventivas y apostar por un abordaje interdisciplinar”, finaliza Díaz.
Detección precoz y prevención de la depresión en AP
El siguiente bloque, la
detección y
abordaje de la depresión en
Atención Primaria, es dirigido por
Verónica Olmo, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria en el
Centro de Salud Torreblanca, en Sevilla: “Somos la puerta de entrada al sistema sanitario y el ámbito ideal para hacer un
abordaje preventivo. Conocemos a nuestros pacientes y muchos trastornos mentales tocan varias puertas de Atención Primaria”.
Olmo destaca que dentro de Atención Primaria hay una elevada
prevalencia de depresión y que la dificultad más importante para los especialistas es la falta de tiempo. “Las mujeres con depresión doblan a los hombres, generando una menor calidad de vida, además de que llega a aumentar el
riesgo de suicidio. Una de las dificultades que nos encontramos es que no aparece como un problema aislado, la principal queja no siempre es un síntoma psicológico. Los tiempos de consulta no son suficientes y existe dificultad para llevar un abordaje multidisciplinar”.
Dentro de las
adolescentes, Olmo explica que existen varios factores que pueden conllevar a la
depresión: “Existen las
comorbilidades, pueden aparecer trastornos en las conductas alimentarias, adicciones a los videojuegos o las redes sociales. Este tipo de conducta adictiva genera esa adicción, alimentando el germen para depresiones posteriores en adolescentes. También existen los
factores biológicos como por ejemplo embarazos no deseados, retraso escolar, etc. Finalmente tenemos los
factores sociales como el maltrato infantil, el acoso escolar o el ciberacoso”.
Olmo: "Los tiempos de consulta no son suficientes y existe dificultad para llevar un abordaje multidisciplinar"
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En la
mujer adulta, la especialista describe otros factores de riesgo: “Tenemos los biológicos, como es el nivel hormonal, experiencias traumáticas en la infancia y comorbilidades médicas. Debemos fomentar el
cribado de trastornos emocionales cuando vemos las comorbilidades médicas y tener en cuenta situaciones vitales estresantes, como el síndrome del nido vacío, jubilación, etc. Los factores sociales como el nivel socioeconómico bajo, la falta acceso educación o el bajo apoyo familiar también deben tenerse en cuenta”.
El
abordaje de la depresión en la mujer pasa, según la especialista, por “realizar con las familias entrevistas semiestructuradas, explorar la sintomatología y el entorno en la persona para saber qué apoyos tienen a nivel social y laboral. En los episodios del depresivo leve se debe ofrecer
ayuda psicológica o reglada y
medicación. En el episodio moderado o grave el tratamiento es medicación y psicoterapia reglada”.
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