El
linfoma de Hodgkin ha sido el protagonista de
grandes hitos a lo largo de la historia del cáncer. Fue el primero en ser reconocido como un
tumor en el siglo XIX y también en ser curado. Sin embargo, esta enfermedad todavía presenta retos como lograr que todos los pacientes resulten beneficiados de los
tratamientos en líneas más tempranas y que la toxicidad siga reduciendose.
De todo ello se ha hablado en la presentación de la campaña 'Viaje al linfoma',
impulsada por Takeda y con el aval social de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y el apoyo de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL). En esta iniciativa se plasma el
pasado, presente y futuro del abordaje del tumor hematológico y en ella se conocen
historias reales de pacientes.
"En este linfoma ha habido grandes avances en relación a la
investigación clínica, por lo tanto, miramos con optimismo a esta enfermedad aunque
sea compleja. En este proyecto queremos dar a conocer esta patología, que
afecta a personas jóvenes y les impacta durante toda su vida", ha explicado Andrea Naves, directora médica de Takeda Oncología.
Terapias dirigidas en linfoma de Hodgkin
Concretamente, una de sus principales características de este cáncer es que más de la mitad de los pacientes son
diagnosticados en la adolescencia y la etapa adulta, "cuando están empezando sus proyectos vitales", ha señalado Izaskun Zeberio, hematóloga del Hospital Universitario de Donostia. A pesar de no ser poco frecuente, se detectan
tres casos por cada 100.000 habitantes al año, y tener una alta tasa de curación; el 10 por ciento de los pacientes no responden al primer tratamiento y un 20 por ciento tendrán recaídas después. Por ello, la siguiente parada de este viaje es avanzar en las terapias dirigidas.
"Los tratamientos basados en
Medicina de Precisión hacen que individualicemos a los pacientes y así aumentemos su esperanza de vida. Es importante que se curen en las menos líneas posibles de tratamiento", ha apuntado Zeberio.
En esta misma línea, Ramón García-Sanz, hematólogo del Hospital Clínico Universitario, ha subrayado que el tratamiento actual de la enfermedad, aunque es el mismo que hace 50 años ha logrado
reducir los efectos secundarios notablemente: "Ahora cura a los pacientes con
menos toxicidad, menos esterilidad y menor aparición de leucemias a largo plazo". Todo para lograr que el paciente "no altere su proyecto de vida".
Esperanza entre los pacientes
En esta presentación también ha participado Rubén Merchán, paciente que
ha superado un linfoma de Hodgkin, para explicar sus vivencias junto al tumor. En su caso, le diagnosticaron con 18 años, le trataron con quimioterapia pero recayó a los dos años. Tras un autotrasplante que no funcionó tal y como estaba previsto, necesitó otro trasplante pero esta vez de
médula de un donante.
"Hace 15 años de aquello, ahora estoy bien, soy profesor de pádel y puedo seguir trabajando de lo que me gusta. No obstante,
he sufrido mucha toxicidad y la sigo pagando en el día a día porque tengo sequedad ocular, afecciones dermatológicas, consecuencias a nivel pulmonar… Pero
puedo llevar una vida normal", ha contado.
Por su parte, Marcos Martínez, gerente de AEAL, ha señalado la evolución de las asociaciones de pacientes a la hora de
acompañar a los afectados y sus familiares. "Son personas jóvenes y tiene una repercusión importante a nivel social. Nosotros nos hemos ido
adaptando a estas necesidades y les acompañamos en el asesoramiento reproductivo, en el laboral, etc", ha añadido.
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