Marcos Domínguez. Madrid
Flexibilizar la financiación de aquellas vacunas que se sitúan fuera del calendario infantil redundaría en mejoras en el acceso a estos productos farmacéuticos y una mejora de las coberturas. Esta idea ha contado con el visto bueno de representantes de los profesionales sanitarios, la Administración y la industria farmacéutica reunidos este martes por la consultora Deloitte en la presentación del informe ‘El valor social de las vacunas. Elementos de reflexión para facilitar el acceso’.
Así, Sonia Tamames, jefa de Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública de la Junta de Castilla y León, ha explicado que la gestión de estas vacunas la lleven a cabo los sistemas de salud, a los que “puede interesarle introducir un copago”. Ha puesto como ejemplo la vacunación de la gripe para menores de 60 años, donde “desde el punto de vista de la salud pública no se considera que deba extenderse la cobertura” pero que sería beneficioso ya que redundaría en un menor uso del sistema sanitario. “Los proveedores de salud privados ya ofertan vacunaciones fuera de calendario”, explica, y es que “detrás hay estudios muy fuertes sobre sus beneficios”.
La adquisición individual y a través de mutualidades y convenios colectivos de trabajo es otra de las formas que plantea, poniendo como ejemplo el interés de las empresas “para evitar el absentismo”.
También se ha mostrado partidario de estudiar vías de financiación alternativas en el ámbito de las vacunas el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, pero dejando claro que “el ahorro conseguido con las políticas de vacunación debe reinvertirse en las mismas”, pudiendo ampliarlas. Y es que los acuerdos marcos de adquisición han alcanzado una gran eficiencia, con reducciones de precios de hasta el 30 por ciento. Pero advierte de “los riesgos de atenernos solo al criterio precio”, expulsando del calendario vacunas que pueden tener una mayor calidad por ser más caras.
No hay dinero para financiar al cien por cien
El estudio de Deloitte muestra que de 2007 a 2012, “en un contexto de restricciones presupuestarias”, el gasto en vacunas cayó un 6,2 por ciento mientras que el farmacéutico se redujo el 1,7 por ciento y, sin embargo, el sanitario aumentó el 1,2 por ciento. Así, en el último año analizado, las vacunas suponían tan solo el 0,35 por ciento del gasto sanitario total. Sin embargo, Gonzalo Casino, director de la industria de Life Sciencie & Healthcare de la consultora, ha señalado que, en estos tiempos de restricciones, no hay dinero para financiar al cien por cien algunas vacunas, “por lo que se sacan del canal, como ha pasado con la de la varicela”, por lo que considera positivo la introducción de un copago para que los ciudadanos pueden acceder a estos productos.
Por parte de la industria ha estado presente Emili Esteve, director técnico de Farmaindustria, que ha puesto de relieve los problemas que supone que “los periodos de financiación son más complejos”, así como su logística, lo que hace que haya poco proveedores de vacunas dentro de la industria. También ha advertido de un problema de acceso al haber “vacunas autorizadas pero que no están disponibles”.
ENLACES RELACIONADOS
Acceda desde aquí al informe completo