Europa se encuentra inmersa en un "cambio político". Desde la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (
Efpia, por sus siglas en inglés) sostienen que
es el momento en convertir a la región en líder mundial en ciencias de la vida. Para ello, plantean una estrategia de competitividad para las ciencias biológicas, con la
creación de una oficina dedicada exclusivamente a esta rama y con sede en la Comisión Europea.
"Esto alinearía el sector con las ambiciones de los jefes de Estado y de Gobiernos europeos que han pedido públicamente esfuerzos para restaurar la ventaja competitiva de Europa e impulsaría la resiliencia sanitaria y la autonomía estratégica de la UE", explica el organismo dirigido por
Nathalie Moll.
En total, la Efpia
propone cinco recomendaciones para adoptar un nuevo enfoque en este ecosistema de ciencias biológicas, donde se dé prioridad "a conectar el sector" y garantizar la competitividad. La primera es la ya mencionada creación de una oficina, junto con la estrategia. El entorno legislativo actual está "fragmentado", lo que conlleva "políticas contradictorias e incoherentes" que afectan a las empresas que operan en Europa. Pese a la crítica, desde el sector reconocen los esfuerzos por racionalizar los procesos y mejorar la competitividad. "Una oficina específica podría orientar y coordinar la formulación de políticas, con la visión de hacer de Europa un líder mundial en ciencia, innovación y fabricación moderna", afirma.
En este nuevo lugar se tendría que crear una
supervisión y liderazgo estratégico, alineado con las políticas y al "nivel de la UE"; desarrollar controles integrales de competitividad de toda la legislación que afecta al sector; y optimizar la regulación, promoviendo
plazos de aprobación más rápidos para proyectos de fabricación e I+D en ciencias biológicas.
"A pesar de que los beneficios sanitarios y económicos de este sector son muy relevantes para 500 millones de europeos, a menudo se lo ve como un 'complemento' de múltiples departamentos de la UE, lo que en ocasiones da lugar a políticas inconexas. Recuperar la posición de Europa como líder mundial en ciencia médica requiere un enfoque estratégico y dedicado a nivel de la UE", concluye
Nathalie Moll, directora general de Efpia.
Las recomendaciones de la Efpia
Junto con esta gran medida proponen otras cuatro recomendaciones. La segunda se centra en
crear un ecosistema que pueda "transformar ideas en innovación". Con ello, se podría competir con los principales centros de Estados Unidos y cerrar así la "brecha de inversión". "Una estrategia europea en materia de ciencias de la vida debería fomentar agrupaciones biotecnológicas y farmacéuticos europeas competitivas, apoyar y retener a las empresas emergentes y fortalecer el capital de riesgo", explica la federación. Además, se debería
garantizar que los programas marco de la UE puedan fomentar las asociaciones entre empresas grandes y pequeñas, así como asociaciones para la seguridad sanitaria europea y reforzar los derechos de propiedad intelectual.
Otra de las cuestiones donde se ha de poner el foco son las
nuevas tecnologías. Efpia sostiene la importancia de desarrollar una ubicación "globalmente competitiva" para desarrollarlas y fabricarlas. Esto vendría acompañado con mejorar la
educación STEM, desarrollar ecosistemas de ensayos clínicos armonizados y ágiles, promover el uso de datos sanitarios y atraer inversiones en fabricación moderna.
También se propone convertir a Europa en un
actor biofarmacéutico mundial resiliente. En este punto, la revisión de la legislación farmacéutica tiene un importante peso, pues ofrece la oportunidad de que la región sea más atractiva para lanzar medicamentos y que la Agencia Europea de Medicamentos (
EMA, por sus siglas en inglés) se alce como líder en el establecimiento de regulaciones.
"Europa ha perdido el 25 por ciento de su
inversión global en I+D en solo 20 años; su proporción de ensayos clínicos también se ha reducido en una cuarta parte en los últimos diez años.
Debería aprovechar la oportunidad para avanzar con una dirección clara y unida para revertir estas tendencias y garantizar una Europa más sana y resiliente", defiende la Efpia.
Pero todo esto no tiene cabida si no se invierte en salud, en un contexto de envejecimiento, mayor carga de enfermedades crónicas, fuerza laboral menor e impacto del cambio climático. El sector manifiesta que la Unión Europea debe ayudar a los Estados miembro a mejorar sus sistemas sanitarios y cambiar el enfoque para colocar al gasto sanitario como una inversión de futuro. Por ello, piden que se
protejan los presupuestos sanitarios y se apoyen estrategias de financiación para mejorar las infraestructuras, la prevención o la digitalización, entre otras cuestiones.
"Facilitar el intercambio de mejores prácticas entre los Estados miembros para mejorar y modernizar sus sistemas de salud es una acción increíblemente valiosa y a menudo pasada por alto que la Comisión de la UE podría tomar ahora", recuerda.
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