Las aguas bajan revueltas en
Novo Nordisk. En pleno proceso de reconstrucción de su ámbito organizativo, el laboratorio danés, cuya cabeza visible es
Erik Lommerde, ha anunciado un recorte de su plantilla que
afectará a 1.000 puestos de trabajo. La compañía justifica este drástico recorte encuadrándola dentro de un plan para la reducción de costes ante un 2017 en el que se espera un “entorno difícil”, especialmente en el mercado norteamericano.
“Hemos llegado a la conclusión de que es necesario para mantener un equilibrio sostenible entre ingresos y costes”, ha manifestado el director ejecutivo de Novo Nordisk,
Lars Sorensen, tal y como ha informado Reuters. Cabe destacar que Sorensen dejará el cargo el próximo mes de enero a favor del ahora director de Desarrollo Corporativo,
Lars Fruergaard Jorgensen.
Dinamarca, donde se ha estimado en 500 el número de despidos, será el
país más damnificado por una medida cuyo carácter es global y que afectará principalmente a las unidades de Investigación y Desarrollo (I+D), así como a la división comercial.
Con este despido colectivo, Novo Nordisk estima un
ahorro de hasta 150 millones de dólares, lo cual equivale a un 2-3 por ciento de los beneficios anuales libres de intereses e impuestos. En la actualidad la compañía, que ha anunciado que esta operación y sus costes derivados no cambiarán las perspectivas financieras de cara al año 2016, cuenta con una plantilla de 42.300 empleados.
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