Bajo el título ‘Tratamiento de la dependencia del alcohol: diferentes perfiles, diferentes objetivos’, el simposio Lundbeck, celebrado en el marco de las XLIII Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol, ha tratado de cambiar la perspectiva del tratamiento de los problemas derivados del consumo de alcohol.
Moderado por la doctora María Luisa Celorrio, coordinadora Médico Unidad Conductas Adictivas de Albacete y con la participación de los doctores Francisco Pascual, voordinador médico UCA Alcoi, vicepresidente de Socidrogalcohol y asesor de Caarfe, y Francisco Arias, del Programa de Alcohol del Servicio de Psiquiatría del Hospital Doce de Octubre de Madrid, en el simposio se ha puesto de manifiesto la importancia de personalizar el tratamiento a medida de cada paciente con el fin de que un mayor número de personas con un consumo abusivo de alcohol puedan beneficiarse de todas las estrategias terapéuticas existentes, entre ellas, las que tienden a la reducción del consumo.
Las intervenciones orientadas a reducir el consumo de alcohol ofrecen un abordaje complementario a la abstinencia. Este enfoque permite acceder a la terapia a pacientes que, de otra manera, no hubieran buscado ayuda y facilita que acudan antes a solicitarla. El tratamiento precoz mejora el pronóstico y disminuye las complicaciones asociadas a la dependencia. Y es que más del 40 por ciento de las personas dependientes del alcohol que precisa tratamiento no lo solicita por no sentirse preparado para dejar de beber.
Para Francisco Pascual “en muchos casos las personas que acuden a consulta no tienen como objetivo la abstinencia desde el primer momento. En aquellos casos de dependencia del alcohol grave, donde el objetivo del tratamiento es que se abandone el consumo de alcohol, comenzar con la reducción del consumo como objetivo terapéutico, con sus consiguientes beneficios, facilita el objetivo final de la abstinencia, siendo un buen paso intermedio”.
Nalmefeno, indicado para la reducción del consumo de alcohol en pacientes adultos con dependencia del alcohol que tienen un nivel de consumo de alto riesgo (> 60 g/día para los hombres,> 40 g/día para las mujeres), rompe el ciclo del consumo continuado restaurando el equilibrio del sistema motivacional mal regulado, bloqueando los receptores opioides, lo que reduce el ansia de beber alcohol.
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