A pesar de que las ventas de los productos de
autocuidado y de
medicamentos publicitarios no han hecho sino crecer en los últimos años, lo cierto es que este tipo de productos
no termina de penetrar en el sistema sanitario español, o al menos en sus sistemas de
prescripción. En el debate '
El medicamento publicitario y el autocuidado buscan su sitio en el SNS', de Sanitaria 2000, representantes de las Administraciones Públicas, de la profesión farmacéutica y la industria del medicamento consideran que es necesario que determinados escollos en las
infraestructuras informáticas y de gestión de las autonomías se resuelvan, al tiempo que opinan que es indispensable emprender iniciativas de
educación en salud, tanto entre los profesionales sanitarios (para extender el empleo de estos productos) como entre los más pequeños.
¿Cuál es el punto de vista del Ministerio de Sanidad respecto a los productos de autocuidado y su uso en el SNS?
María Jesús Guilló Izquierdo.
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María Jesús Guilló Izquierdo, subdirectora general adjunta de Farmacia del Ministerio de Sanidad: Estos medicamentos están expresamente excluidos de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. Por tanto también hay que considerar que no están sujetos a prescripción médica. Otra cosa es que no dejan de ser medicamentos, no dejan de tener unos efectos secundarios, o unas contraindicaciones o que puedan interferir si se está tomando otra medicación. Desde ese punto de vista a nosotros nos interesa que todos los pacientes del Sistema Público tengan una atención adecuada y conocer toda medicación que tome el paciente, pero no porque la o no prescriba el médico sino debe quedar reflejado en la historia clínica y de esta manera se pueden evitar problemas de contraindicaciones, o de efectos cruzados de medicación o ese tipo de situaciones.
De esta manera, el Nomenclator refleja estos productos y puede servir como instrumento de cara a la prescripción de medicamentos que están sujetos a prescripción médica pero no incluidos en la prestación farmacéutica.
Jaume Pey, director general de Anefp: A ver, en el centro del autocuidado está el ciudadano sano, dado que el paciente es el enfermo. Hoy es difícil pensar que hay un plan terapéutico sin un producto, sin un medicamento no sujeto a receta médica. Porque no olvidemos una cosa, los medicamentos no sujetos a receta médica han demostrado eficacia y seguridad, por eso son medicamentos no sujetos a receta médica. Después hay un elemento que no es menos importante, que es la sostenibilidad del sistema. En Anefp hicimos un estudio junto al Centro de Investigación Fármaco-Económica de la Universidad Pompeu Fabra en el que se demuestra que el uso de los medicamentos no sujetos a receta médica en cinco años representa un ahorro tanto en coste directo como de oportunidad acumulado de 3.400 millones de euros para el SNS, con lo cual estamos hablando de cifras importantes.
Rosa López-Torres, tesorera del Consejo General de Farmacéuticos: Como Consejo de Farmacéuticos, y como farmacéutica, cuando un paciente llega a solicitar un medicamento para el que no se necesita prescripción médica para aliviar un síntoma menor, es la labor profesional del farmacéutico que haga una valoración de la otra medicación que toma, que haga una valoración de si el paciente tiene que ser derivado a consulta médica, etcétera. Es decir, solo recomendamos un fármaco cuando entendemos que va a ser útil para el paciente y que no va a necesitar de la actuación del médico o de un profesional sanitario distinto a nosotros.
¿Podríamos llamar a esta actividad prescripción farmacéutica?
Rosa López-Torres: Nos gusta llamarla indicación farmacéutica, es un servicio reconocido como tal y para el cual el propio Consejo ha elaborado unas normas de buenas prácticas en farmacia comunitaria y unos protocolos a seguir por un buen profesional farmacéutico.
Sabemos que el autocuidado tiene su sitio en la farmacia entonces… ¿Pero y en el SNS?
Rosa López-Torres: La sostenibilidad del SNS también se puede aliviar usando estos productos en síntomas menores, evitando que ese paciente tenga que acudir a consulta médica si no es necesaria, evitando que tenga que consumir unos medicamentos que sí están financiados por la prestación pública… Por no hablar de otros costes para el ciudadano, como el tiempo que necesita para acudir a consulta médica, para superar una prueba… Aquí hay que tener en cuenta que tenemos que ser útiles a la salud global del paciente. No recomendar por recomendar, sino entendiendo qué se hace cuando se debe hacer.
María Jesús, en el pasado portavoces de su departamento han visto con buenos ojos organizar en algún momento un gran plan sobre el autocuidado en España. ¿Ha existido ese planteamiento de verdad en algún en el Ministerio de Sanidad?
María Jesús Guilló Izquierdo: Al menos yo lo desconozco.
¿Qué barreras hay para el autocuidado en el SNS?
Jaume Pey: Hay que incrementar el conocimiento. Tenemos que formar más al ciudadano en el conocimiento del medicamento no sujeto a receta médica, cómo utilizarlo, cuándo utilizarlo. Esta formación tiene que llegar también a médicos, farmacéuticos, otros profesionales del SNS… Países como Portugal o Gran Bretaña están haciendo campañas activas en este sentido. Para mí es extraño que en las escuelas se pueda hablar de la seguridad vial y en cambio no se pueda hablar de cómo utilizar los medicamentos no sujetos a receta médica. Puede haber gente que con 18 años llega un momento que van a la universidad y aún no saben cómo utilizar un Ibuprofeno 400.
Con los médicos hemos tenido etapas, como la de cuando se desfinanciaba y parecía que el producto dejaba de existir, como si hubiera perdido casi valor, lo cual es totalmente incierto, porque el ratio eficacia-seguridad es máximo, lo cual que permite que el medicamento no esté sujeto a receta médica. Continúan siendo productos que tienen una historia de eficacia y seguridad y una farmacovigilancia diría que muy buenas. El médico los necesita especialmente en Primaria, y necesita tomar conciencia de que para un plan terapéutico completo son necesarios, aunque ya no estén dentro de financiación.
Y no quisiera restar importancia a la irrupción del personal de enfermería que esté habilitado para prescribir, que es otro colectivo más con capacidad para dar a conocer mediante su, vamos a llamar, prescripción enfermera, a través de la orden de dispensación enfermera, este tipo de productos.
¿De qué importancia diría que dotan los médicos al autocuidado?
Jaume Pey: Yo diría que está en ascenso y podremos profundizar más. El ejemplo de Cataluña tras incluir estos medicamentos en la receta electrónica espectacular. En un trimestre se han generado más de 800.000 prescripciones que incluyen medicamentos no sujetos a receta médica. Esto significa que cuando un médico tiene la capacidad de ver estos productos dentro de su sistema de prescripción los considera, los utiliza y los incluye.
Dado que el Ministerio de Sanidad aprobó la entrada de estos productos en Nomenclátor, ¿cuál fue el periodo que se dio para que las comunidades autónomas asimilen ese registro electrónico?
María Jesús Guilló Izquierd: No es que se incorporen al Nomenclator, sino que las tecnologías de la información van avanzando. Entonces no es que nosotros lo hayamos incluido en el Nomenclator si no que las herramientas a su vez van mejorando. Desde el año creo recordar que el año 1993 ya se hizo un modelo de receta específico en el Sistema Nacional de Salud para aquellos medicamentos que no eran financiados pero que necesitaban una prescripción o que el médico consideraba que podían ser prescritos aunque no estuvieran incluidos en la prestación farmacéutica. En 2010, cuando se modificó toda la normativa de receta, ya se le dio un carácter más como tenía que ser, con una herramienta informática que permitiera ese tipo de información y que permitiera a su vez esa prescripción. En nuestra base de datos, Alcántara, ya disponemos de toda la información. Hay que verlo no como una inclusión si no como una evolución y una mejora.
Rosa López-Torres: El problema es que muchos de estos medicamentos sin receta no vienen en ese listado de Nomenclator y que hay que avanzar en la infraestructura informática, para que las bases de datos estén actualizadas. Digamos que las revisiones de los productos financiados son muy rigurosas, muy periódicas, y si hay un error se detecta rápido, pero evidentemente si las bases de datos no están actualizadas no habrá comunicación entre el prescriptor y el dispensador.
María Jesús Guilló Izquierdo: Una matización. Siempre hemos utilizado la palabra Nomenclator para este listado de medicamentos que recogía solamente aquellos medicamentos que eran facturables por las oficinas de farmacia del Sistema Nacional de Salud, pero también disponemos de otros medicamentos envases clínicos, medicamentos de ámbito hospitalario que no pueden ser dispensados por las oficinas de farmacia, o este tipo de medicamentos no financiados. Nuestra base de datos es absolutamente completa.
Rosa López-Torres: Me refería más a la tecnología de implementación en las comunidades autónomas.
María Jesús Guilló Izquierdo: Quizá el problema está en materia de gestión, que es diferente, pero nuestra información es absolutamente completa.
Jaume Pey: Tal y como comprobamos en un foro de comunidades autónomas donde discutimos sobre esta situación, la información, que está contenida en un módulo de gestión del nomenclátor, no se está implementando de la misma manera ni a la misma velocidad en todas las comunidades autónomas, eso es evidente.
Jaume Pey, María Jesús Guilló Izquierdo, Eduardo Ortega Socorro y Rosa López-Torres.
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¿No hay plazos para que las regiones tengan que adoptar esta información?
Jaume Pey: No nos consta. Es verdad que la complejidad del sistema de salud de cada comunidad autónoma es distinto. Por ejemplo, en Cataluña tuvieron que cambiar nueve aplicaciones distintas por el tipo de áreas de salud que tiene, y en el caso de Galicia es un sistema mucho más centralizado y, por tanto, mucho más sencillo. El tema es que cada comunidad autónoma tiene unos tempos, hay unas inversiones y unos temas de software y hardware que dependen del modelo sanitario que tengas. Lo que sí hemos visto es que en todas las comunidades autónomas hay la voluntad de hacerlo y algunas ya lo tienen disponible. Concretamente, Valencia, Cataluña, Canarias, Galicia y Extremadura. Probablemente vamos a tenere una gran mayoría ya funcionando a plena normalidad.
Rosa López-Torres: El paciente acude a médicos del Sistema Nacional de Salud, también acude a médicos y clínicas privadas, utiliza esta automedicación, unas veces se deja aconsejar, otras veces no se deja aconsejar… Pero en su historial farmacoterapéutico debería figurar todo aquello que se ha utilizado. El farmacéutico debería tener la oportunidad de, tras aconsejar un medicamento, incluirlo en ese historial, de manera que el médico pueda tenerlo en cuenta cuando necesite evaluar cómo está ese paciente adjudicar o responsabilizar de determinados efectos, que puedan ser de su enfermedad, que puedan ser de la toma de fármacos, que pueden ser de las interacciones, etcétera.
Además, un profesional sanitario que está haciendo el seguimiento de un tratamiento de un paciente, y aquí incluyo también al farmacéutico, debe conocer qué está tomando. Tenemos que facilitar el conocer qué medicación está tomando un paciente yo creo que tenemos que facilitarlo.
Pero para eso el farmacéutico debe tener acceso a las bases de datos del historial farmacoterapéutico del paciente.
Rosa López-Torres: Ese acceso también depende de cada comunidad autónoma. Al final vamos a velocidades distintas por distintos motivos.
María Jesús Guilló Izquierdo: El acceso está ya recogido en el Real Decreto de Receta. Lo que ocurre es que las comunidades autónomas tienen capacidad de gestión y distintas orientaciones, pero hay una regla general que es común para todos, ya está previsto.
Entonces es un problema de infraestructura informática.
Rosa López-Torres: A veces sí, pero no siempre. Los desarrollos informáticos se han hecho a distintas velocidades a lo largo de muchos años, pero no en todas las comunidades y unas veces es de una forma y otras de otra, y ahora el gran esfuerzo es que se entiendan esas recetas electrónicas.
Y cuando no es siempre...
Rosa López-Torres: También hay decisiones de las autonomías o de otros profesionales, lo comentaba María Jesús. Hay decisiones que en un momento dado plantean una serie de accesos.
Jaume Pey, María Jesús Guilló Izquierdo, Eduardo Ortega Socorro y Rosa López-Torres.
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¿Es necesaria una centralización?
Rosa López-Torres: No es necesario. El medicamento es responsabilidad del farmacéutico cuando lo está indcando.
María Jesús Guilló Izquierdo: Y necesita acceder a la información suficiente para ejercer sus funciones. Otra cosa es cómo lo interpreta luego cada administración autonómica.
Jaume Pey: Creo que un historial terapéutico único es una aspiración y creo que es lógico, pero deberíamos extenderlo más allá del medicamento. A veces un complemento alimenticio puede interferir también en un tratamiento, con lo cual yo creo que llegará un momento que todo aquello que un paciente utiliza y que le es recomendado por el médico o le es recomendado por parte de la farmacia tendría que constar dentro de este plan terapéutico único. El paso primero tiene que ser que se puedan incluir los medicamentos no sujetos a receta médico.
Respecto al tema de prescripción de estos productos y su inclusión en el Nomenclátor, el problema de las regiones es encontrar recursos y tiempo y que pase a ser una prioridad. No olvidemos que algunas han estado y están en una situación francamente de una economía muy difícil.
María Jesús Guilló Izquierdo: Lo que sí que creo es que es importante que estos productos se reflejen en la historia clínica digital. Eso es lo realmente importante y es lo que dice Rosa, ahí es donde realmente se puede controlar toda la medicación que está tomando un paciente. Necesitamos una historia clínica única, que se comparta con las distintas especialidades, para que haya un médico que controle esa medicación, porque muchas veces se pueden producir también duplicidades.
¿Por qué medidas apostarían para fomentar el autocuidado?
María Jesús Guilló Izquierdo: Más que de autocuidado, se debería tender a una educación sanitaria a la que realmente se pueda tener acceso, de manera que los ciudadanos puedan tener un criterio para saber lo que realmente necesitan. Hay que empezar en los colegios, y no solo en los que se refiere a medicación, son a hábitos de vida, alimentación… Hay que verlo como un asunto de salud pública.
Jaume Pey: Creo que esto en el futuro, y ya estamos colaborando con el Ministerio de Sanidad en temas de corregulación para que la publicidad llegue de una manera adecuada a los consumidores y pacientes, una manera de educar en sí misma, pero hay que ir más allá. Tiene que haber campañas institucionales y una educación de fondo. Además es muy importante que médico y enfermero, con la incorporación de la prescripción enfermera, puedan tener un bueno conocimiento sobre cómo se usan los productos de autocuidado.
Rosa López-Torres: En ese sentido, el Consejo General ha organizado 124 campañas sanitarias en los últimos 13 años, y van encaminadas a que la gente sea responsable del buen uso de los medicamentos o van encaminadas a mejorar sus hábitos de vida, y ahí es donde lógicamente incluimos todo el tema de autocuidado. Esas campañas no son lemas que se ponen en periódicos y que se difunden, son farmacéuticos a pie de obra, que trabajan en el día a día con sus pacientes, clientes, amigos, o sea, con quienes les rodean. Y todo ello aconsejando no solo sobre medicamentos sino en temas de salud bucodental, cuidado de la piel, prevención de la quemadura solar. Eso es a diario y todos los años.
CONCLUSIONES
Rosa López-Torres: Creo que el autocuidado es un derecho del paciente que está contemplado ya en el propio preámbulo de nuestras leyes, reconociendo que la sociedad avanza o debe avanzar hacia una mayor responsabilidad en el autocuidado y en el uso responsable de los medicamentos. Existe un arsenal terapéutico en el que hay medicamentos que no necesitan prescripción terapéutica, que tienen que ser indicados por un profesional conocedor del medicamento y de la situación del paciente, que pueden disminuir costes en el Sistema Nacional de Salud en el sentido de que esos síntomas menores pueden ser tratados fuera de medicamentos con financiación, y que la práctica colaborativa entre distintos profesionales sanitarios significará que el paciente estará mejor atendido, porque se conocerá de forma global cuáles son sus tratamientos terapéuticos.
María Jesús Guilló Izquierdo: Desde el punto de vista del Sistema Nacional de Salud creo que lo importante es dotar al sistema sanitario y a los médicos de una herramienta que contenga una información completa, que le dé la capacidad de gestionar esa historia clínica de esos pacientes. Otra cosa luego ya es la comunidad autónoma con la capacidad de gestión de la asistencia sanitaria.
Jaume Pey: Tenemos al ciudadano en el centro del autocuidado. Es muy importante que el ciudadano reciba una buena educación sobre el autocuidado, que reciba una buena información. Creo que también es muy importante que los que colaboramos en todo este sistema, facilitemos las campañas institucionales, el acceso a estos productos o la calificación de estos productos como medicamentos no sujetos a receta médica, garantizando su puesta en el mercado. Creo que España tiene que ser un país de primera división en autocuidado. Todos tenemos que colaborar para estar convencidos de ello y hacerlo, y creo que en los próximos años tenemos unos retos fantásticos para asumir y poner España a este nivel.
Primera parte del debate.
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Segundo parte del debate.
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