El
Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este lunes el
Índice de Precios Industriales (IPRI) del mes de mayo. Los resultados muestran que los datos relativos al suministro de
energía y gas han caído hasta un 21,7 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. Pese a estas cifras, el precio de la fabricación de los
productos farmacéuticos se comporta de una manera totalmente diferente: ha aumentado un 0,3 por ciento respecto a abril y si se compara con mayo de 2022, el
crecimiento alcanza un 2,7 por ciento más. La fluctuación en lo que va de 2023 es de un 2,3 por ciento y hace que el índice actual sea de 110,9.
Estos resultados son muy similares a los ya presentados en el mes de
abril, cuando el
índice se situaba en
110,6; la variación mensual era la misma (0,3) y la anual un 0,1 superior (2,8 por ciento).
En relación con el sector pharma durante este mes, la variación mensual de la
fabricación de especialidades farmacéuticas ha sido de 0,4, mientras que la anual h
a alcanzado casi un 3 por ciento, concretamente un 2,8.
La tasa mensual global desciende un 1,6%
El IPRI es un
indicador que muestra cómo evoluciona mes a mes los productos industriales fabricados y vendidos en el mercado interior, es decir, en el primer paso de comercialización. Además de los productos relacionados con la industria farmacéutica, se analizan todo tipo de sectores, como el de la alimentación o el de la energía, a través de 9.000 entrevistas. Estos datos después se relacionan con los obtenidos en el mes anterior o en el mismo periodo del año pasado.
La tasa mensual global de mayo refleja un
descenso de 1,6 por ciento de los precios. El sector que tiene mayor repercusión negativa durante este periodo ha sido el de la
energía, cuya variación de casi un - cinco por ciento influye en -1,434 a los descensos de los precios del refino de petróleo, la producción, transporte y distribución de energía eléctrica y la producción de gas.
Por el lado contrario, los
bienes de consumo no duradero presentan una variación del 0,4 por ciento y una repercusión de 0,104 causadas por el incremento de los precios en la fabricación de aceites y grasas vegetales y animales; y, en menor medida, procesado y conservación de carne y elaboración de productos cárnicos.
Si se comparan estos resultados con los del año anterior, la variación anual del IPRI es de casi un
siete por ciento. El sector que tiene mayor influencia negativa es el mismo que en la fluctuación mensual: la
energía, con una tasa de
-24’9 por ciento, debido al descenso de los precios del refino de petróleo, que aumentaron en mayo de 2022. También incluye, aunque menos, el resto de componentes antes mencionados.
El único sector con influencia positiva en la variación anual del índice general es el de
bienes de equipo, que mantiene su
tasa en un 3,6 por ciento, como consecuencia del incremento de los precios de fabricación de vehículos de motor, que fue mayor que el año anterior.
La tasa anual del IPRI
disminuye en todas las comunidades autónomas, especialmente en País Vasco, Región de Murcia y Castilla-La Mancha, cuyas tasas bajan 3,7 puntos. En la otra cara de la moneda se encuentra Principado de Asturias, La Rioja y Canarias, lugares donde menos se reduce la tasa anual entre un 0,2 y un 0,3.
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