Los inhaladores de polvo seco evitan la emisión de gases contaminantes

Los dispositivos de polvo seco y de niebla suave contaminan menos y son "seguros" para tratar el asma

Un inhalador de polvo seco contamina entre 100 y 200 veces menos que uno de dosis media.

08 nov 2024. 07.00H
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A pesar de que el uso de inhaladores para el asma tienen un inevitable impacto en el medio ambiente, la huella de carbono varía según el dispositivo. Los estudios confirman que los inhaladores de dosis media son más contaminantes que otros, como los inhaladores ‘verdes’ de polvo seco y de niebla suave, cuya huella de carbono es entre 100 y 200 veces menor que los anteriores. Pero es que sus beneficios son también mayores para el paciente.

El Consejo Nacional del Asma de Australia (NAC, por sus siglas en inglés) se marcó como principal objetivo la reducción del impacto medioambiental en el tratamiento del asma. En ese sentido, hizo pública una declaración por el Día Mundial del Medio Ambiente en el que se detalla cómo minimizar la huella de carbono sin perjudicar la salud de las personas con problemas respiratorios.

Controlar el asma para usar inhaladores 'verdes'


“Un mejor control de la enfermedad del asma a menudo conduce a un menor uso de inhaladores que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y eso es bueno tanto para los pacientes como para el planeta”, según Brett Montgomery, médico de cabecera de Perth y miembro del Comité de Directrices del NAC.

En pos de ello, para el experto es “de suma importancia” elegir el tipo de dispositivo apropiado para cada paciente. Aunque reconoce que un inhalador de dosis media es “la opción más segura” para una persona con asma, señala que los inhaladores de polvo seco y los de niebla suave son igualmente “apropiados” para tratar esa enfermedad, a lo cual se añade el hecho de que “evitarán la emisión de los gases propulsores de los inhaladores de dosis media”.

Si los inhaladores de dosis media son los más contaminantes es porque contienen propelentes de hidrofluorocarbono que se liberan durante el uso y a través de fugas después de la eliminación. Estos dispositivos son los más utilizados en Australia: al año se recetan más de cinco millones. Se estima que sus emisiones anuales de gases de efecto invernadero en el país oceánico equivalen a más de 350.000 toneladas de dióxido de carbono.

Educar al paciente desde la consulta


“Si no hay ninguna razón especial para elegir un inhalador de dosis medida, una buena opción podría ser elegir una opción menos contaminante, que en el caso del asma suele ser un inhalador de polvo seco. Enseñar al paciente a utilizar su nuevo dispositivo es importante, sea cual sea el dispositivo elegido”, asegura Montgomery.

“Tener una conversación con un paciente puede ser una oportunidad importante para que los médicos de cabecera empoderen a los pacientes y les muestren que pueden ser ecológicos con sus inhaladores y reducir su huella de carbono”, sentencia el especialista.

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