David García / Marcos Domínguez. Madrid
El Gobierno ha indicado que “la prescripción de los medicamentos no sujetos a prescripción médica se recogerá en la historia clínica”, para poder realizar un mejor seguimiento farmacoterapéutico del paciente.
Esta inclusión es consecuencia lógica de dos eventos: la entrada de los fármacos de autocuidado en el Nomenclátor (la base de datos de medicamentos oficial del Sistema Nacional de Salud), y la prescripción enfermera que se instaurará a través de real decreto que se prevé que esté aprobado en Consejo de Ministros cuanto antes.
El Gobierno ha hecho esta puntualización ante la pregunta de tres diputados del Grupo Socialista, José Martínez Olmos, María del Puerto Gallego Arriola y Gracia Fernández Moya, sobre las ventajas de la inclusión en el Nomenclátor de estos fármacos y el papel de la enfermería ante estos productos, que podrá indicar una vez en entrada en vigor la citada norma.
“El paciente tendrá un seguimiento más amplio”, señala la contestación por escrito, “ya que al conocer los profesionales sanitarios todos los medicamentos que está utilizando, mantendrá un mejor control para evitar posibles interacciones perjudiciales”.
La respuesta puntualiza que se conseguirá, además del control por profesionales médicos, “una mejor atención farmacéutica con la participación de los farmacéuticos en el seguimiento farmacoterapéutico y en la educación sanitaria”. El citado texto parece ir más allá y sugerir un posible acceso del farmacéutico a partes del historial del paciente, una reivindicación clásica de la profesión, que la considera crucial para desempeñar su labor con la máxima eficiencia.
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